21 jun 2020
Sin duda, este 2020 parece salido de una película de ciencia ficción, tal vez el inicio de un apocalipsis de Home Office, Amazon, Animal Crossing: New Horizons y Ubereats, en el que inevitablemente fantaseamos con todo aquello que hemos visto en pantallas de Hollywood.
Por lo que claramente, más de uno que crecimos viendo Los Simpson, recordamos aquel Especial de Noche de Brujas de Los Simpsons en el que Homero olvida cambiar la fecha de su computadora en el cambio de milenio, lo que desata un virus cibernético que lleva a la humanidad a un apocalipsis. Para la suerte de la familia amarilla, había un cohete en Springfield que llevaría a lo mejor de la humanidad a Marte para comenzar de nuevo, y solo las mujeres Simpson terminan en este destino futurista.
Así pues, dudo que haya sido la única que imaginó algo así pero con la familia Musk. Elon el CEO tecnológico de nuestros tiempos, Grimes la extravagante e innovadora estrella de pop, y a X Æ A-12 (pronunciado en español, “Exeiai”) el hijo en común de estos genios incomprendidos, saliendo del planeta Tierra en un cohete creado por SpaceX en dirección a Marte, mientras nuestro planeta de fondo se ve en llamas.
La realidad tal vez no es tan lejana como podríamos pensarlo, no sobre el fin del mundo, sino sobre la familia Musk visitando Marte.
Tal vez esa no fue la razón primigenia por la cual decidieron unir sus vidas, y engendrar un niñx (porque no sabemos su sexo ya que esperan que la criatura elija a futuro su identidad de género sin la presión del mundo), pero sin duda que una de las cosas primordiales que planea hacer Grimes sea visitar a nuestro vecino rojo, y que el fin último de SpaceX sea mandar humanos al mismo planeta, parece que el fin de su relación pueda ser esa meta de ciencia ficción.
Lo cierto es que con el despegue del SpaceX el 30 de mayo, no parece tan descabellado que en algún punto los Musk lleguen al planeta rojo, con Miss Anthropocene (2020) como soundtrack; una exploración tecno pop de diez apocalipsis posibles en voz de los dioses que propician cada uno de ellos, como la violencia, las drogas y la guerra.
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Una temática muy curiosa para este año más que convulso en el que nos encontramos.
Sea como sea, ¿realmente habríamos creído que todo esto pasaría si en 2018 nos lo hubieran adelantado?
Fue hace dos años que Musk y Grimes dieron a conocer su relación al mundo, en la Met Gala de ese año, y aunque compartan una casa y descendencia, esas fotos en la alfombra roja del evento de moda, siguen siendo las únicas donde están juntos. No podríamos esperar menos, definitivamente sería aún más extraño verlos como cualquier pareja promedio de la farándula.
Lo cierto es que más allá de que parece que viven en realidad paralelas, las que posiblemente jamás podremos entender, los dos tienen bastantes cosas en común, química, como lo llamaría una revista de espectáculos.
Grimes, antes de decidirse por la música estudió neurociencia, fantaseó con la idea de unirse a un programa espacial y hasta se metió en la carrera de Filosofía en la Universidad McGill, con una especialización en estudios de lengua rusa. En general, es una mujer muy curiosa, que todo el tiempo lee una inmensidad de cosas, investiga otras tantas en línea, ve película y series, medita y ahora su interés se encuentra en las posibilidades que da las Inteligencia Artificial.
Musk por su lado es un genio que a los diez años aprendió a programar, y a los doce vendió su primera startup. Aunque tuvo una infancia difícil, encontró refugio en la ciencia ficción, la cual volvió su vida, es multimillonario y dueño de empresas que están en el futuro antes que muchas siquiera lo divisen. Claro que las más conocidas son Tesla, automóviles eléctricos, y SpaceX, la empresa de vuelos espaciales.
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Sus declaraciones siempre son extrañas, siempre acercándose peligrosamente a delirios, sus vidas públicas radican en ser actores de sus propios personajes. Lo que los unió, fue algo tan tonto como un tuit.
Musk estaba planeando tuitear una broma sobre las complicaciones de la inteligencia artificial cuando descubrió que Grimes ya había dicho algo similar. Y listo, desde ahí se han separado, se han dejado de seguir en redes, han ido a eventos donde el otro participa, y ahora tiene problemas con el estado de California, por lo que tuvieron que cambiarle el nombre a su hijx a X Æ A-Xii.
Sin duda, sus pláticas han de ser las más extrañas, nadando en un estado de alteración de la consciencia rarísima, pero en lo que se han unido sin remedio, y que definitivamente pocos humanos entendemos es que los dos son unos workaholics.
Musk dice que trabaja 100 horas a la semana (una persona promedio trabaja 40), y Grimes puede estar cientos de horas en el estudio, ya que ella produce, hace los arreglos, hace las voces, crea las portadas, escribe las letras…
Cuando hago todo el ritmo y luego hago todas las voces, termino pasando cientos de horas en una canción. Es agotador y arruina la magia. Por eso fue tan difícil terminar este último álbum. Entonces, mi solución en el futuro es trabajar en dos EP simultáneamente. [...] Creo que de esta manera no pasaré años atrapada en un exilio autoimpuesto volviéndome loca tratando de hacer que un bombo sea perfecto.
Por lo que a veces las cosas simples son las que unen a las personas más excéntricas, en este caso, entender que el trabajo es lo más importante para los dos, y dejarse ser. Ya saben sin la típica “pelea” de película dramática de Hollywood, en el que la esposa le reclama al esposo que nunca tiene tiempo para ella y para sus hijos, sólo para su trabajo.
¿Los siete hijos de Musk sabrán realmente quién es su padre? ¿Lx pequeñx X Æ A-Xii lo sabrá?
Tal vez los que los observamos sólo somos muy humanos aún, y la libertad de los androides, planteadas en cintas como Blade Runner (1982), gracias a no tener familia ni un origen, es algo que la humanidad misma debería de buscar, o que los niñxs Musk tendrán que buscar con la ausencia de aquel hombre que trabaja demasiado.
Al menos Grimes ya tiene la idea de mandar a X Æ A-Xii una temporada con su abuelo, para que viva las inclemencias del bosque canadiense, alejadx de la fama y las comodidades que la riqueza le darán. Será interesante pensar en la nueva generación de niños que crecerán en el lujo desmedido, y que sin duda, dominarán al mundo.
Esperemos que la diosa del Antropoceno nos deje observar el futuro que niños como X Æ A-Xii Musk, Stormi Webster y Blue Ivy Carter nos darán.
Foto de portada: Daniel Oberhaus [CC BY-SA 4.0].
