El Antropoceno es la era actual de la tierra, la también llamada era de los humanos, es decir, desde el momento en el que nuestras acciones comenzaron a transformar las dinámicas de la tierra. Por lo que dentro del imaginario de Grimes, Miss Anthropocene es la diosa del calentamiento global.
Han pasado cinco años desde que Claire Boucher, mejor conocida como Grimes, lanzó un material de estudio de largo aliento. Después de volverse tan mediática como nunca quiso serlo, regresa con un álbum que parece que ha sido opacado por su relación con el multimillonario tecnológico Elon Musk, su primer embarazo, así como sus extrañas declaraciones.
Las que conocen a Grimes desde sus inicios, saben que nunca ha sido una persona “normal”, sino que en general es extraña, no por nada parece que ha empatado tan bien con Musk. Pero gracias a los nuevos reflectores en su vida, muchas de las críticas parecen centrarse en lo que se supone que dice el álbum Miss Anthropocene en vez de lo que aporta musicalmente.
Sabemos que cualquier expresión artística tiene muchas lecturas posibles, pero las declaraciones de Grimes sobre el significado de su más reciente álbum, parece que la condenó a que las críticas se basen en eso:
Una demonología moderna o un panteón moderno donde cada canción trata sobre una forma diferente de sufrir o una forma diferente de morir.
Cada canción es el posible apocalipsis de la humanidad, interpretado por un demonio distinto que disfruta con el exterminio.
Una visión casi contraria a la de Utopia (2017), de Björk, donde muestra una versión optimista de amor y fraternidad cuando el mundo como lo conocemos acabe; Miss Anthropocene explora el mismo tema desde la diversión y felicidad que, por ejemplo, el demonio de los opioides siente al ver que todos sucumben frente a las drogas.
Y aunque es uno de los álbumes más oscuros de la canadiense, así como crípticos en cuanto a composición, sin el contexto, no podríamos argumentar que habla sobre la extensión humana, ni que son demonios quienes cantan al respecto.
Tal vez es que no se siente tan ominoso como debió de ser, pero tristemente, Miss Anthropocene no está ni cerca de ser lo mejor en el trabajo de Grimes. La mayor parte de sus canciones son olvidables, ya que se sienten muy seguras, como si a pesar de la temática detrás, no hubiera querido salir de lo que sabe que hace bien.
Claro que no todo es malo, canciones como “So Heavy I Fell Through the Earth” es una entrada atmosférica que tal vez promete más de lo que da el resto del álbum; “Darkseid” tal vez sea la más memorable gracias al rap en mandarín de la taiwanesa 潘PAN (anteriormente Aristophanes); “4ÆM” una canción con una producción pulida y elegante, que tal vez no sorprenda que esté dentro de la banda sonora del videojuego Cyberpunk 2077.
Si eres de los fans de Visions (2012), es posible que quedes profundamente decepcionado, porque este nuevo álbum no se acerca a la frescura en el mundo del pop que representó el material discográfico más conocido de la canadiense. Tal vez la oscuridad será demasiado para los amantes de Art Angels (2015), un álbum que hasta su creadora odia a rabiar.
Sabemos que Grimes podría hacer grandes hits, ella misma lo ha dicho “podría hacer tontos hist todo el p*to día”, y “We Appreciate Power” u “Oblivion” pueden dar por hecho que es cierto, lo que nos deja pensando en que lo que impidió que Miss Anthropocene no fuera más, no fue una falta de talento (basta recordar que Grimes compone, produce, canta y a veces mezcla toda su música), sino fue una decisión propia.
Basta decir que el concepto es mejor de lo que fue su realización, si no me creen, échenle un ojo a los demonios y los dioses que plantea en cada canción, así como los créditos de Miss Anthropocene:
Grimes es un genio, que muchas veces se le van las cabras, pero eso también es parte de su encanto. Que quiere ser una madre cibernética, que lidia con su vida en línea creando un render, y que va a mandar al bosque a su hijo para que no crezca desde el privilegio de ser hijo de millonarios…
Es refrescante que personas como Grimes existan en el mundo, sólo esperemos que para su próximo álbum, decida transportar a la música todo esa innovación con la que su mente responde a entrevistas.