Cuando la ficción reclama su papel en el mundo real, los sueños e ilusiones se ven amenazados por la posibilidad de su materialización. Sin embargo, nuestra capacidad de asombro y su habilidad de ser inagotable, es la cualidad que nos distingue como seres humanos, y la misma que nos ha llevado a alcanzar lugares inimaginables en nuestra historia. 

De viajes a la luna, Marte, de road trips en todo nuestro sistema solar hasta alcanzar nuevas galaxias y más mundos posibles, está hecho nuestro archivero de los sueños más grandes y ancestrales que conservamos como humanidad. Desde que el hombre aterrizó en la luna por primera vez, en 1969, hasta el pasado mes de mayo que se lanzó, por vez primera, una nave espacial tripulada por parte de una empresa privada, Space X; nuestros sueños se ven más cerca de lo que cualquier historia de ficción podía contarnos. 

Ya lo dijo Armstrong al posar su pie sobre la arena lunar, por primera vez en la historia de la humanidad: “Un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad”. En aparentes pequeños pasos, a lo largo de estos últimos años, el mundo moderno se ha acostumbrado a dar saltos gigantescos de un momento a otro. Sobre todo si pensamos en cuestiones tecnológicas. 

Sobre la misión y sus logros

Una vez logrado el despegue y la misión que se proponía el Dragon Crew, al visitar la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), la euforia de aquellos científicos que tanto se esforzaron en hacerlo posible, como de los aficionados a las estrellas, el universo y sus misterios, fue tanta que las expectativas de la misión nos dejaron deseando lo que tanto ha prometido Elon Musk para el futuro no tan lejano: los viajes espaciales comerciales y, claramente, las nuevas expediciones tripuladas a Marte. 

Algo de lo más extraordinario sobre esta misión, fue la autenticidad del cohete, pues fue el primer modelo parcialmente reutilizable. Es decir, esta cualidad específica es una que representa un gran avance para la industria espacial, por la simple y sencilla tarea de reducción de costos operativos. En realidad, de esto va parte fundamental sobre el proyecto espacial de Elon Musk, poder construir cohetes reutilizables, para despegar repetidamente con un mismo cohete. 

Al momento de subirse a la nave espacial, los astronautas Robert Behnken y Douglas Hurley, con la confianza entera en este proyecto, cambiaron la historia de la humanidad. Pues este viaje es sólo el inicio de todos los planes ambiciosos que habitan en la mente de quien, hoy en día, es considerado el Tony Stark del mundo real. 

Sobre el regreso y sus detalles

Una vez alcanzado el primer objetivo, sobre salir y concluir la misión con éxito, el pasado 2 de agosto se cumplió el último: el de volver sanos y salvos a casa. Doug Hurley y Bob Behnken aterrizaron con éxito a bordo de la cápsula Dragon Endeavor, con la misma que partieron desde la Estación Espacial Internacional. 

Los astronautas mantuvieron su primer contacto con la superficie del planeta, sobre las aguas del Golfo de México, muy cerca de las costas de Florida. Mientras el barco Navigator, de SpaceX, lo aguardaba a unas tres millas náuticas del lugar para la recuperación de la nave.

Hace 45 años que la última cápsula tripulada de Estados Unidos retornó del espacio al océano, lo que convierte al Dragon Crew en algo histórico, al respecto de su amerizaje. Antes de este, el último amerizaje había sido de un vehículo Apollo que volvió al océano Pacífico después de un trayecto cercano a una nave soviética Soyuz sobre la Tierra.

El motivo por el que la NASA colaboró con Musk fue el siguiente, y es que desde hace unos años la responsable de grandes vuelos espaciales, decidió que ya no poseerá ni operará vehículos de transporte de tripulación en órbita terrestre. Por lo que empezó a comprar este servicio a socios comerciales, convirtiéndose así SpaceX, con base en California, en su primer proveedor.

No cabe duda, que la capacidad de soñar nunca superará la materialización con la que logremos muchos de estos sueños. Es decir, cuando antes pensábamos en que ir al espacio era una fantasía contada en novelas e historias para niños, cada día ya nos encontramos más cerca de pisar tierras lejanas, y más. 

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