La curiosidad nos levanta la cabeza para querer comprender, ¿qué son esas velas en el cielo que tintinean cada noche?, ¿por qué unas brillan más y por qué otras parecen que agonizan?, ¿somos una vela más en el manto de algún cielo fuera de nosotros?, ¿quiénes somos? ¿somos los únicos?, ¿hay alguien allá afuera? Preguntas y más preguntas, así hemos construido la historia de nuestra humanidad, con la esperanza de algún día resolver la inquietante angustia de saber nuestra misión en este plano tridimensional.
Así, desde la incertidumbre hemos escalado para ir cada vez más lejos, más allá de nuestro entendimiento, a sitios desconocidos. Desde que el Apolo 11 aterrizó en los desiertos de nuestro satélite nocturno, el 20 de julio de 1969, supimos que todo era posible. Así que aquí estamos, ya en 2020, preparados para la próxima parada: Marte.
La NASA se prepara y anuncia que estamos cada vez más cerca de llegar al planeta rojo. Un sueño que como humanidad hemos anhelado desde siempre, pero específicamente desde 1950 cuando se descubrió que era un planeta con condiciones muy similares a las de la Tierra. Entre tantos proyectos que abordan este fascinante viaje, está el de encontrar en tierras marcianas un nuevo hogar para la humanidad, pero también el de exploración.
Se trata de la misión Mars 2020 de la NASA, con unos objetivos bastantes claros y concisos:
- Encontrar bioseñales que indiquen la presencia de vida pasada en Marte.
- Analizar si hay condiciones propicias para una futura misión tripulada al Planeta Rojo.
- Recolectar y almacenar muestras de suelo y rocas marcianas para que una misión futura las retorne a la Tierra para su análisis.
Para emprender este viaje, el cual despegará de nuestro planeta a mediados de este año, la nave viajera que lo hará posible, y la cual todavía no tiene nombre, costó alrededor de unos 2,100 millones de dólares. Con tecnología pionera y toda la experiencia y dedicación del equipo que lo construyó, dotado por ingenieros y científicos de todo el mundo, está lista para explorar la posibilidad de vida en Marte.
En el equipo responsable de esta misión, se encuentra la mexicana Christina Díaz Hernández, ingeniera en sistemas de tres partes fundamentales de la misión. También está Diana Trujillo, líder de la faceta de superficie de Mars 2020. Asimismo, otro mexicano destacable es Fernando Abilleira, quien planea el diseño de lanzamiento, trayectorias interplanetarias y aterrizaje del vehículo, y Eric Aguilar, con una larga lista de responsabilidades para la misión, pero entre las que destaca su cargo es por cerciorarse de que todo el equipo de Mars 2020 esté desprovisto de contaminación previo al lanzamiento de la aventura marciana.
A pesar de que llevamos años soñando con ir al planeta rojo, el 2020 es el mejor año para emprender la misión, ¿por qué? Para empezar, en pocas semanas el planeta rojo se alineará con el nuestro, es decir, que la distancia entre ambos será la más corta –unos 54 millones de kilómetros– lo que facilitará el viaje, claramente, y se debe aprovechar porque esto volverá a suceder hasta 2022. Por eso este año se aprovechará para también mandar cuatro misiones robóticas al planeta, encabezadas por Estados Unidos, Europa y China, con las que buscarán indicios de vida.
Es importante mencionar que las misiones que se llevarán a cabo en este año hacia el planeta marciano, no serán tripuladas. Pero calma, no te desanimes, porque no estamos lejos de ver que eso sea realidad. La NASA anunció que mandará su primera misión a Marte tripulada en 2033. Así es, si la crisis climática o los dilemas políticos no estallan descontroladamente, aún tenemos la posibilidad de ver con nuestros propios ojos que el ser humano pise la arena marciana por primera vez.
Además, las misiones espaciales están regresando al panorama de nuestras vida cotidiana. Jim Bridenstine, administrador de la NASA, explicó que antes de que esta misión se lleve a cabo, se tiene contemplado un viaje a la Luna para el 2024, con el propósito de preparar la llegada del primer humano a Marte.
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Y a todo esto, nos preguntamos, ¿quiénes serían los afortunados de pisar Marte por primera vez? Pues aunque aún no hay una lista definitiva, la NASA anunció el mes pasado, en diciembre, los 13 nombres de los graduados que podrían convertirse en los primeros astronautas en participar de misiones a Marte.
Para ser seleccionados, todos los participantes tuvieron que completar su capacitación en caminatas espaciales, robótica, sistemas de la Estación Espacial Internacional, dominio del jet T-38 e idioma ruso.
Los nombres de los astronautas son: Kayla Barron, Zena Cardman, Raja Chari, Matthew Dominick, Bob Hines, Warren Hoburg, Jonny Kim, Jasmin Moghbeli, Loral O’Hara, Francisco “Frank” Rubio, Jessica Watkins, Joshua Kutruk y Jennifer Sidey-Gibbons.
Está claro, en definitiva todos queremos estar en primera fila para este lanzamiento y ver de cerca todo lo que suceda en el planeta rojo. ¿Estamos solos? Es la pregunta de la humanidad moderna, más allá de autodescubrirnos como seres pensantes en un plano tridimensional, en búsqueda del “sentido de la vida”, nuestra incertidumbre también evoluciona, y nos lleva a cuestionarnos sobre lo que hay detrás de todas esa oscuridad en el espacio, ¿qué hay detrás del telón? ¿O mejor dicho, quiénes están? Sin caer en el hilo conspiracionista, sino más bien en una tendencia sobre encontrarnos con más vida, vida como la entendemos desde un aspecto capaz de imaginar, vida capaz de comunicarse con nuestra forma humana, descubrir nuevos lenguajes, pensamientos y abstracciones, y cumplir, por fin, todas esas historias de ciencia ficción para hacerlas una realidad, ¿estamos más cerca de convertirnos en una civilización intergaláctica?