Crecimos rentando películas en las entrañables localidades de el Blockbuster. Íbamos deambulando en los pasillos por secciones, entre la ciencia ficción, terror y comedias hasta que elegíamos una, tomábamos el VHS y nos los llevábamos casa. Poco tiempo después, nos tocó vivir el cambio de era, la novedad de los DVDs llegó a nosotros. Pero cuando de verdad no pudimos con el cambio, o al menos no a la primera, fue cuando cerraron esos laberintos de historias, los cerraron todos y para siempre. ¿Ahora qué? Pensó una generación entera, pero ya tenían un truco bajo la manga: Netflix.
Te puede interesar - La nostalgia de los “mejores tiempos”
Del azul con amarillo y el inconfundible VHS de su logotipo, el paradigma cambió por unas simples letras rojas en un fondo completamente negro. El futuro llamó a nuestra puerta, y aunque fue duro al comienzo, la fascinación por esta nueva forma de reconocernos en historias y series televisivas nos enganchó por completo. A consecuencia de esto, más plataformas (HBO GO, Amazon Prime, Hulu, Fox, etc.) fueron sumándose a esta nueva era de la televisión y el cine.
Naturalmente, nuestras dinámicas y formas de consumo han cambiado. Cuando antes era común hablar de reunir a equis cifra de televidentes a una misma hora para mantenerla atenta frente al televisor, lo cierto es que eso ya es cada vez más un cuento de nuestras infancias y adolescencias, que uno que podamos concebir ahora. Sin embargo, aunque esto ha sido una revolución tecnológica y el inicio de nuevos lenguajes digitales, sigue existiendo el debate entre lo que significa el cine y la importancia de darle su espacio en una pantalla grande, ya pasó con la película Roma de Alfonso Cuarón o ahora con The Irishman de Martin Scorsese.
Pero como una de las compañías más grandes en el mundo, claramente Netflix no lo dejó pasar como una simple discusión. Después de que en agosto cerrarán las puertas del famoso Paris Theatre, debido a problemas con el alza del alquiler, en la ciudad de Nueva York, el gigante del streaming se hizo cargo del arrendamiento del famoso cine, y voilà Netflix ha conseguido su propio establecimiento para dar funciones en la pantalla grande. Seguramente te preguntarás de qué va esto, si es sólo el comienzo para empezar a ver cadenas de cines Netflix en todo el mundo, o ¿a qué viene esta adquisición para una de las empresas favoritas de los millennials y más generaciones?
Este salto comenzó tan sólo a unos pasos del Central Park, con la premiere de Marriage Story, protagonizada por Adam Driver (Star Wars: Los últimos Jedi) y dirigida por Noah Baumbach (Frances Ha).
Através de su cuenta oficial de Twitter, la empresa de Netflix comunicó unas cuantas respuestas a las preguntas sobre el suceso: “Este cine emblemático permanecerá abierto y se convertirá en el domicilio de Netflix para sus eventos excepcionales, sus proyecciones y sus estrenos en sala”.
“Fue el último cine de pantalla única (Paris Theatre) en la ciudad de Nueva York y luego cerró en agosto. Emoji llorando. ¡Pero ahora ha vuelto! La proyección de Marriage Story de Noah Baumbach allí hizo que Netflix se preguntara, ¿por qué no hacer de este un hogar permanente para mostrar lo que tenemos?” agregaron.
No cabe duda que muchas de las mejores ideas surgen de simples anécdotas, en las que no hace falta pensar y sólo dejarse llevar. En este caso, es más una cosa de fluir tanto con el séptimo arte como con la academia, pero principalmente con la audiencia. Habrá que ver el futuro de estos planes, porque aunque se pronostica que sea la única sede física de Netflix con pantalla grande, no sabemos si después pensarán en una idea multimillonaria como, no sé, quizá expandir el negocio y crear su propia cadena de cines por todo el mundo, quién sabe.
Todavía no tenemos certeza de lo que ocurrirá en el futuro con estos cambios de paradigmas, aunque bueno, para empezar con todo el caos climático y orden social en el mundo, es un hecho que la manera de volver este consumo más íntimo y personalizado ha creado una revolución de igual importancia en cuanto a los contenidos distribuidos. Mismo hecho que sigue poniendo interrogantes importantes en nuestro camino, sobre qué sucederá con el cine y la forma en la que lo consumimos y lo distribuyen, ¿estamos viviendo el final de una era de visitas al cine, para presenciar grandes estrenos desde casa?