Ya habrás notado que la tendencia del regreso ha estado más presente que nunca. Por naturaleza, las estéticas pasadas regresan de alguna u otra forma al mundo contemporáneo, pero justo ahora estamos viviendo un periodo bastante específico en el que el cine está repleto de remakes y spin-offs. La moda está gritando “ochentas” y “noventas”, las series televisivas también nos están regresando a los clásicos “remasterizados” pero, ¿qué pasa? ¿Es porque ya no hay creatividad, o qué?

Esta repetición de contenidos es un síntoma de nuestra generación millennial, quienes hemos optado por el mundo de la inmediatez, porque no sabemos qué nos depara el futuro. Anteriormente a nuestra edad, entre los 20 y 36 años, nuestros padres ya contaban con su patrimonio, una casa, un departamento, un coche, etc., pero nosotros no estamos ni cerca de poder conseguirlo. 

La incertidumbre nos ha hecho elegir los placeres más inmediatos, ¿por qué crees que en los últimos años han aumentado el número de festivales de música? Sí, obvio que también es un síntoma del sistema económico en el que vivimos, pero si prestas atención, es más fácil para nosotros los millennials comprar un boleto de mil 500 pesos cada tantos meses, que poder pagar una renta completa, o el enganche de un carro. 

Mientras nuestros padres ya tenían una casa y también muy probablemente ya estabas entre sus planes, nosotros para independizarnos tenemos que optar por los roomies, para la división de gastos y ni hablar de tener hijos. 

¿Qué tiene que ver todo esto con lo que sucede con los remakes y los spin-off? Claramente se trata de una nostalgia atorada en nuestra generación. El futuro se nos ha presentado incierto y la verdad es que parece que esa realidad no cambiará en un buen rato, entonces, ¿qué hacemos para sobrellevarlo? Mirar atrás siempre nos ofrece un reconfortante respiro. 

Pensar en los “mejores tiempos” siempre nos tranquilizará, y claramente no, los ochentas y los noventas no es que hayan sido épocas impecables y doradas, lo que pasa es que en esos tiempos nosotros nos encontrábamos cruzando una de las mejores épocas de nuestras vidas, nuestra adorada infancia y adolescencia, mientras nuestros padres tenían que lidiar con los problemas reales. 

Atesorar esos recuerdos nos resulta la forma más fácil de enfrentar la vida, pero al parecer se nos está saliendo de control, y la prueba es que estamos atascados de remakes y spin-off en los cines, y las estéticas ochenteras y noventeras, un tanto kitsch algunas, no sólo fueron una fiebre, parece que se han venido a instalar a largo plazo. 

Entonces resulta natural que las empresas elijan explotar este recurso, porque pues algo que sí somos los millennials (sino es que todos) es que somos predecibles. Entonces, apostar por darnos algo que nos encantó en esa época dorada de nuestras infancias y adolescencias, ahora que estamos aterrizando a la vida adulta y por ende somos grandes consumidores, es una gran estrategia de marketing. 

Claro que no todo corresponde a este alivio que podemos encontrar en los productos antiguos. Como todo, este fenómeno también responde a distintos matices, este regreso nos ofrece la oportunidad de reconciliación con personajes y héroes caídos de nuestras infancias y pubertades. 

Esta estrategia se alimenta, semana con semana entre los estrenos, tanto en el cine, como en las plataformas de streaming, de los vínculos afectivos que hemos creado como audiencia con las historias que están dispuestos a repetirnos, o darnos un poco más de esos personajes con los que tanto empatizamos, esto en el caso de los spin-offs. 

Ya lo dijo alguna vez Walter Benjamin, está en nuestra naturaleza querer que nos cuenten una y otra vez el mismo cuento antes de dormir, refiriéndose a este condicionamiento que necesitamos para sentir que las cosas están bajo control. 

Y, ¿qué importa que los revivals que nos puedan ofrecer sean mediocres, si lo importante es volver a ver a nuestros personajes favoritos? Claramente no siempre es así, la verdad es que las empresas como Disney y Netflix se han lucido con esta estrategia, y no todo necesita ser acerca de personajes conocidos, el ejemplo está en Stranger Things, el homenaje por excelencia que retrata este tema. Es la creación en la que los hermanos Duffer plasmaron de todo estos recursos para crear un producto nuevo. 

Quizá nos parezca un abuso de remakes o spin-off lo que está sucediendo ahora, pero lo que sí es cierto es que todo esto simplemente se trata de un síntoma que merece la pena reflexionar, y bueno, también se puede disfrutar que ya nos están regresando a esos “mejores tiempos”, mientras vemos qué sigue después.