Si todo sale según lo planeado, el próximo 30 de marzo de 2021, podremos presenciar el lanzamiento del Telescopio Espacial James Webb, quien tendrá la misión de buscar vida en otros mundos y encontrar galaxias nunca antes detectadas.
Las misiones espaciales tratan de viajes en el tiempo, recorridos al pasado que nos acercan al entendimiento del origen de nuestro universo y con ello, el origen de nuestras vidas. La luz de las miles de estrellas esparcidas en el universo viajan miles, millones y billones de años para contarnos una historia: la nuestra.
A lo largo del tiempo, la humanidad ha construido telescopios para intentar resolver grandes dudas existencialistas sobre nosotros y el universo. En esta ocasión, el turno será para el Telescopio Espacial James Webb de intentar resolver dudas que, hasta ahora, no hemos podido aterrizar en una certeza; ¿Cómo se formaron y evolucionaron las primeras galaxias? ¿Hay vida en otros planetas? ¿Es nuestro sistema solar único?
La construcción de este increíble telescopio, el cual ha representado un reto para la ingeniería, ha sido un trabajo en equipo, tanto la NASA como la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense han colaborado en este proyecto que se dispone a ser los ojos de la humanidad, en su historia pasada y futura. Se planea que este sea el sucesor de nuestro querido Hubble (puesto en órbita en 1990) y el responsable de grandes hallazgos astronómicos.
El objetivo del Telescopio James Webb (JWST por sus siglas en inglés), es encontrar el origen de las primeras galaxias en formarse. Algo que no hemos podido conseguir con la tecnología actual. También tiene la misión de estudiar el origen de estrellas, planetas, exoplanetas (planetas fuera de nuestro sistema solar) y novas.
Una de las principales y más llamativas misiones que tiene el telescopio se trata de la cercana y detallada observación de exoplanetas. Es decir, planetas que orbitan una estrella diferente a nuestro Sol, con intención de entender cómo están conformadas sus atmósferas y con la genuina esperanza de encontrar rastros o señales de vida como la conocemos.
Esta última intención mencionada, la podrá lograr de la siguiente forma. El telescopio podrá detectar oxígeno, dióxido de carbono, metano y otros elementos, como el agua, elementos esenciales para la vida. Por ejemplo, si llega a encontrar un exoplaneta con una atmósfera con presencia de vapor de agua, será una gran señal en favor a la habitabilidad.
Estará equipado con el espejo primario más grande jamás enviado al espacio, de seis metros y medio, más de seis veces mayor que el espejo primario del Hubble. Se trata de un telescopio grande, complejo y retador a toda la ingeniería, ciencia y esperanza de la humanidad en general. Se espera que cambie, por completo, el entendimiento que tenemos, hasta ahora, de nuestro universo.
Será el primer telescopio que detectará la luz de las galaxias más lejanas del universo, y como su tamaño es demasiado grande deberá doblarse para poder resguardarlo en el cohete que lo lanzará en el espacio. Para esto, los ingenieros lo construyeron a modo de origami, para que tuviera la capacidad de doblarse y entrar dentro del carenado de su cohete. Una vez que esté en el espacio exterior, se desplegará y se preparará para comenzar sus misiones, pero para eso deberemos esperar seis meses a que termine de desplegarse completamente y alistarse. Pero bueno, el tiempo es relativo, ¿no? Así que será cuestión de un instante, del universo, para que comience avistar la mirada de la humanidad.
En un mensaje alentador, la NASA lo ha declarado como un telescopio de la humanidad. El Telescopio Espacial James Webb es tuyo, es de todos y con eso descubriremos nuestra historia y más allá de nosotros.
“Este es tu telescopio. Una maravilla de la ingeniería, una potencia para la exploración. Utilízalo para mirar atrás en el tiempo y explorar las primeras galaxias que se formaron después del Big Bang, para observar las atmósferas de planetas orbitando estrellas lejanas. Es tu ojo a lo inexplorado, a lo desconocido e inimaginado”, redactó la NASA al presentarlo.
Ya lo dijo en su momento Carl Sagan: “El estudio del universo es un viaje al autodescubrimiento”. Al contrario de lo que muchas filosofías espirituales podrían decir, sobre voltear la mirada y vernos desde adentro hacia afuera, también funciona mirar al revés. El punto está en la observación consciente y buscar entender lo que vemos.