Nuestra capacidad de soñar se suma, siempre, al ímpetu por sobrevivir en este aparente sinsentido de la vida. Sin embargo, mientras una voltea a las estrellas, y la otra continúa con la mirada firme hacia las cotidianidades de nuestra vida humana, el espacio que queda enmedio sigue dibujando un horizonte de infinitas posibilidades.
¿Cómo combinar ambas realidades en una sola? Es decir, ¿a quién no le gustaría que todas esas fantasías intergalácticas y futuristas que vemos en nuestro enorme catálogo de cultura popular, fueran, de hecho, una realidad?
Sin duda, a este mundo no le hacen falta soñadores, pero seguramente sí que sean financiados y además dotados de un superintelecto, con la obvia dosis de locura que cualquier científico necesita para cambiar el mundo. Para esto, el mundo real ya cuenta con uno de esos, y se trata nada más ni nada menos que de Elon Musk.
Este nombre ha sido especialmente sonado en los últimos meses (desde el año pasado), cuando por primera vez dirigió un lanzamiento espacial tripulado por parte de una compañía privada: la suya, por supuesto que me refiero a SpaceX. Hasta sus locuras y logros científicos, circunstancias empresariales y monetarias también se han convertido en causa para que la palabra Musk no deje de aparecer entre las tendencias de las redes sociales y medios de comunicación en general.
Recientemente su nombre destacó, y no por un asunto que pareciera un capítulo más sobre esta serie no televisaba de ciencia ficción que está generando, sino por ganarle la delantera a Jeff Bezos (CEO de Amazon) en ser el hombre más rico del planeta.
La semana pasada se dio a conocer que el patrimonio de Musk se elevó a 189 mil 700 millones de dólares, convirtiéndolo en la persona más rica de la Tierra tras superar a Jeff Bezos. Y aunque uno pensaría que su riqueza se debe a la venta de sus auténticos automóviles Tesla, y demás, en realidad es por sus acciones.
Y aunque esta lista es ambivalente, con posibles ajustes, como ha sucedido en esta semana, que volvió a colocarse en el número dos, Musk sigue manteniendo un legado que, muy seguramente no dejará de elevar sus acciones hasta convertirlo casi, casi, en el dueño del espacio exterior.
Sobre esta línea espacial, no estará de más hacer un recuento de los planes que tiene Musk para el futuro no tan lejano. Y es que se trata nada más, ni nada menos, que de la premisa de nuestra propia historia de ciencia ficción, pero sin ficción.
El mundo está cambiando, y no cabe duda que ahora, en pleno siglo XXI y 2021, nuestros sueños siguen siendo más ambiciosos que nunca, y para ambiciones y acciones reales, Musk ha sido el genio que se ha atrevido a materializarlas, o al menos a intentarlo con todas sus ganas. Porque si su mayor sueño, hasta ahora, es que con sus “starships” envíe a más de un millón de personas a Marte antes de 2050, ¿qué estará pensando hacer en el intermedio?
Desde la creación de una base lunar hasta visitar Marte para colonizarlo. Algo así pinta el trailer de la película que, seguramente en algún punto será televisada, de nuestro Tony Stark en el mundo real.
Las starships de Musk y la ruta a lo imposible
Algo que sobresale de todo lo que ha hecho Musk, o pretende hacer, son sus starships. Y es que tan sólo al año, aspira a construir al menos cien de estas. De ser así, daría la suma de unas mil naves operativas en la próxima década. Además, cada una de ellas podría transportar 100 megatones de carga al año, "o unas 100 mil personas en cada sincronización de las órbitas de la Tierra y Marte". ¿Como plan de escape o como estrategia de colonización?
De acuerdo con los sueños de Musk, estas naves estarían saliendo del planeta cada 26 meses, en un periodo de 30 días. Algo como un éxodo espacial, lo cual permitiría transportar un millón de personas antes de 250.
No es raro pensar a Musk como el Noé de nuestra época, y no por fanatismo religioso o pensarlo como salvador, pero sí por la locura y ambición que lo domina. Sin embargo, es un hecho que entre estas ideas de aparente locura, habita el sueño de nuestra humanidad entera.
Ante este escenario fantástico, nos preguntamos algo inevitable, ¿cuánto costará viajar a Marte? Ya tenemos bien entendido que nada es gratis en esta vida, y muy seguramente tampoco lo será en Marte, así que se le ha preguntado a Musk al respecto, por lo que él ha dicho que será realmente viable. Y bueno, claro, que un multimillonario quizá a veces pierda de vista lo que es la realidad, y es que todo parece indicar que el boleto de ida rondará entre los 500 mil dólares (accesible, accesible, no será, al menos para los mortales).
Igualmente, Musk ha prometido trabajo para los “colonos” que se atrevan (y puedan pagar su boleto) a pisar el planeta rojo.
A pesar de que a nuestra cartera le parecerá una suma alta, en realidad si lo pensamos bien, un viaje a Marte no debe salir nada barato. Sin embargo, la tecnología por la que se ha esmerado nuestro Tony Stark, es la que apuesta por la reutilización de las naves, con el fin de hacer mucho más económico todo.
Llegada a Marte
Tener fechas, sobre todo en esta temporada pandémica, es algo riesgoso para prometer y más en un mundo en el que los medios de comunicación no dejan de crear marea alta de noticias. Sin embargo, ya se escuchaba el año pasado que Musk planeaba mandar una nave tripulada a Marte para 2024. Ahora vemos que las estimaciones se extendieron a 2026, pero a decir verdad, es que todo sigue siendo incierto y bastante apresurado darle una fecha exacta.
Aunque 2026 sigue siendo un año fijado en el calendario de Musk, para enviar una misión tripulada a Marte, sigue pareciendo poco probable teniendo en cuenta la fase de desarrollo de Starship, como todos los desafíos incluídos que plantea una misión tripulada mucho más allá de la órbita de la Luna.
Pero tampoco podemos quitarle su fama a Musk, y es que se ha dado a conocer como el científico loco ambicioso que está dispuesto a trabajar día y noche hasta conseguir lo que quiere, o mejor dicho para la prensa, lo que la humanidad anhela.
Sea como sea, definitivamente en los próximos años veremos un panorama completamente diferente en la exploración espacial, y no únicamente por los planes de SpaceX, sino que también por la NASA y su extraordinario objetivo de enviar una misión tripulada a la Luna, la misión Artemisa III, en 2024. Eso sin sumar los otros planes de la compañía de Elon Musk, como el sistema de transporte de un punto a otro de nuestro planeta, o misiones con mucha más frecuencia.
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