Los álbumes pop puedes encontrarlos hasta debajo de las piedras, ya que al ser uno de los géneros más desvalorados, todos creen que pueden hacer un hit pop. Es algo que ha llevado a padres a pagar por un beat barato e incluso un video musical, y hacer que su hija sea conocida por tener uno de los videos con más dislikes en la historia de YouTube.

Pero lo cierto es que el pop es más que un coro pegajoso, tiene su propia complejidad y no por nada los productores y artistas detrás de grandes canciones manejan más dinero que un país pequeño. El pop inunda todo y aunque todos creen que pueden hacer una canción pop, realmente pocos pueden hacer una buena canción pop, que logre que al escucharla o cantarla tenga una respuesta fisiológica parecida a subirte a un juego mecánico.

Así pues, basados en los puntajes de Pitchfork, haremos nuestro conteo de los mejores 6 álbumes pop de la década.

#6 When We All Fall Asleep, Where Do We Go?, de Billie Eilish (2019)

Puntuación en Pitchfork: 7.2

Billie Eilish ha tenido un ascenso meteórico, pero no sólo es basado en su fanbase gigante asentada en todo el mundo (al fin, es la voz de una generación completa), sino en el increíble talento de ella y su hermano Finneas O’Connell, el cual ha revolucionado el pop.

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Su álbum debut vino precedido a un EP y a una serie de singles que rápidamente la posicionaron dentro del imaginario juvenil, y sin duda, nos dejaba en claro que la adolescente preparaba algo increíble, pero cuando When We All Fall Asleep, Where Do We Go? sorprendió aún más, ya que revolucionó en muchos aspectos la música pop a la que todos estábamos acostumbrados.

Si algo ha determinado al pop de la última década, sin duda son los altos decibelios que hacen de cada canción un himno para gritar y subir la emoción hasta la estratósfera. Algo que los O'Connell vinieron a destruir, When We All Fall… es una oda al silencio y a los sonidos que nacen en esos momentos. Es un álbum susurrado, lo que pasaría si Eilish estuviera debajo de tu cama cantando, juega con el ASMR y con la plasticidad de los sonidos.

Es un álbum que ni de cerca es perfecto, que se siente íntimo, adolescente y verdadero, y aquí es donde encontramos el encanto del debut de Eilish.

Sin duda, ellos han dado el primer paso al futuro de la música pop, y lo que estaremos viendo en la próxima década.

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#5 ANTI, de Rihanna (2016)

Puntuación en Pitchfork: 7.7

La imagen de Rihanna sin duda es aspiracional, algo que después de sobrevivir a una golpiza por su exnovio, se ha explotado hasta el punto en el que lanzó su propia línea de ropa interior, y después de lanzar su runway inclusiva con todo tipo de cuerpos y bellezas, Victoria’s Secret se canceló. Tal vez sólo los tiempos se han transformado hacia el body positive, pero sin duda, la imagen de Rihanna desde ANTI no ha sido la misma.

Antes de este álbum que se siente empoderado y fuerte, Rihanna había lanzado en 2012 Unapologetic, el cual fue famoso por las increíbles “Diamons” (el “chain brai laik a daimon” es inolvidable para 2012) y “Stay”. Las dos aún sonaban muy pop, un pop comercial que aunque era de hits, sonaba triste y muy lejana a lo que ahora significa Rihanna en nuestro imaginario.

Y cuando el esperado octavo material de estudio de la barbadense llegó fue un grito de empoderamiento desde el pop y el hip-hop. En este álbum tiene la vulnerabilidad que amamos en “Stay”, pero ahora desde otro lugar, un lugar más solitario pero sin duda más fuerte.

ANTI no fue muy aclamado por la crítica, pero sin duda el público lo amó, al grado que en 2018 aún formaba parte de la lista de Billboard 200. 

Todos amamos la Rihanna que puede estar disfrutando de la playa mientras una bola de turistas la observan a un metro de distancia, y que puede derrocar el reinado de Victoria’s Secret casi sin esfuerzo.

#4 The Fame Monster, de Lady Gaga (2009)

Puntuación en Pitchfork: 7.8

¿Existía el mundo antes de “Bad Romance”? A veces pareciera que no, que así como nos parece de locos que antes vivíamos sin un smartphone, así parece la música antes de “Bad Romance” y The Fame Monster, el álbum que terminó por llevar a Lady Gaga a la cima del mundo en 2009.

Es cierto que muchos se enamoraron de la neoyorquina por su primer LP, The Fame, el pop plástico de calidad que hizo que todos volteáramos a verla, pero sin duda fue el segundo cuando se proclamó como la nueva reina del pop. En palabras de Pitchfork: “[The Fame Monster] afirma que Gaga es una potencial nueva Madonna en lugar de simplemente una nueva Katy Perry”.

Sin duda, su personalidad excéntrica, su propuesta visual que la hizo mundialmente conocida y las increíbles coreografías, nacieron a partir de este álbum y sin duda, siempre vamos a extrañar a esa Gaga.

Y es que gracias a ella tuvimos el gran pop de la década de 2010, y tal vez fue un augurio que una de las últimas cosas que hizo Alexander McQueen fue mandarle a Gaga prendas de su última colección sin que la cantante se lo pidiera, el mítico vestido dorado con tacones circulares que aparece casi al final del video de “Bad Romance”. Ella, al igual que él, cambiaron los paradigmas de lo visual

Sin duda este álbum marcó una época en el pop y cómo no hacerlo, si en un solo material de estudio conviven “Bad Romance”, “Telephone” (con Beyoncé), “Alejandro” y “Speechless”.

#4 El mal querer, de Rosalía (2018)

Puntuación en Pitchfork: 8.8

Rosalía es una cantante ecléctica, una hit-maker que casi cada que entra a un estudio la esperan afuera millones de euros. Pero sin duda, lo que hizo que todos, público y críticos, nos levantáramos del asiento para aplaudirle, fue su segundo álbum El mal querer.

En este álbum narrativo logra unir el flamenco con el pop, el hip-hop y el trap, a pesar de que incluso utiliza un sample de “Cry Me A River”, cada uno de los 11 capítulos suena inherentemente español. Rosalía logró crear un álbum profundamente arraigado en el melodrama del flamenco, pero sin dejar de apuntar al futuro de la música urban.

Sin duda, otro de los grandes aciertos de la española es su increíble propuesta visual que nos dejó a todos embelesados, ya que sin duda las imágenes que logra emular dentro y fuera del álbum han creado un imaginario de las nuevas propuestas musicales del porvenir.

No por nada este 2019 Rosalía arrasó en los Latin Grammys, sin duda, El mal querer fue el mejor álbum latino de 2018 y 2019; y de la década completa, sobre todo en cuanto a experimentación musical se trata, es una nueva demostración de lo que el pop estará mostrándonos en la nueva década.

#2 Melodrama, de Lorde (2017)

Puntuación en Pitchfork: 8.8

Lorde ha sido uno de los grandes descubrimientos juveniles de la década de 2010, comenzó su escalada mundial con Pure Heroine (2013), y fue cuando figuras tan futuristas como lo fue David Bowie dijo que la joven neozelandesa era el futuro de la música. No vivió lo suficiente para escuchar Melodrama, pero sin duda fue la afirmación de la adolescente que el futuro lleno de bajos profundos y letras lacerantes había comenzado con ella.

Melodrama como la acepción en español dicta, es una revolución de emociones desbordadas que muchas de las veces nos lleva a lugares poco agradables, e incluso cómicos. Pero muchas veces, no hay otra forma de sentir esa primera ruptura que hizo que tu mundo se desmoronara. Esta forma de sentir es tan adolescente que al poco tiempo se vuelve universal.

Sin duda, Melodrama vino a recordarnos a ese amor que nos destruyó, pero con la suficiente dosis irónica para reirte de la persona que propició aquello. Como lo demuestra uno de los picos musicales dentro del segundo LP de la neozelandesa, “Hard Feelings/Loveless”.

Una canción que musicalmente suena a melancolía, ese extraño sentimiento que es como una tristeza conforme, y al avanzar la canción, Lorde recuerda poco a poco todo aquello que compartía con esa persona y regala una oda a esos malos sentimientos que nos produce esa persona que amamos. Pero después del melodrama, llega una parte explosiva, la dolorosa etapa en la que simplemente dejas de sentir, acompañada de un bajo potente y una voz socarrona.

Eso es Melodrama de Lorde, no es algo que sea nuevo bajo el sol, pero ahí es donde radica la magia en ella, que es fácil sentirse comprendido por su música y su manera universal de ser adolescente.

#1 Magdalene, de FKA twigs (2019)

Puntuación en Pitchfork: 9.4

Desde el inicio, FKA twigs marcó una pauta en el mundo indie del pop, los críticos la han catalogado como la heredera de Björk y Kate Bush, ya que es de las pocas artistas con un estricto sentido autoral multidisciplinario. 

MAGDALENE es un álbum crudo y con sentimientos exabruptos, llegando por momentos a ser abrumador. La producción se rinde frente a lo que FKA twigs canta, con particular emoción y vocalidad que no habíamos escuchado antes en ella. Es un álbum que te recibe con cánticos medievales, y te va recreando un aura sentimentalista, que no duda en sumergirte en todo el dolor en el que la cantautora británica siente.

FKA twigs inició su carrera al comienzo de la década, así que simplemente no podíamos esperar más que perfección al hablar de su segundo material de estudio, el cual tardó muchísimo tiempo en llegar a nuestros oídos, pero llegó para cerrar los 2010’s pero marcando la pauta que escucharemos en la música en el futuro.

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