“La luz conecta lo cósmico al plano de la existencia ordinaria en la que intentamos vivir.”, en esta frase el propio James Turrell describe el trabajo de su vida.
Las posibilidades de la percepción del ser humano por medio de la luz ha sido la exploración que ha mantenido a Turrell en el ambiente artístico, estudiar psicología de la percepción y las matemáticas. Todo para crear piezas que él a menudo compara con el mito de la cueva de Platón.
Dentro de la caverna, el prisionero solo puede ver proyecciones del mundo, meras apariencias producidas por la sombra que deja el impacto de la luz sobre los objetos que crean una idea de la verdad y de la realidad supeditada a lo que logra observar.
Claro que esta vez el prisionero no está condenado a ver imágenes falsas, sino el espectador de las obras de Turrell logra “verse a sí mismo ver”, es decir, entender que lo que está viendo es la forma en que su cerebro ve lo que el artista presenta.
Una de las obras más famosas que lleva al extremo esta percepción, son las piezas Perceptual Cells, esferas blancas que son creadas para desafiar la percepción del espacio gracias a la luz, pero de una forma tan inmersiva que muchos de los asistentes juran ver flores, galaxias, etcétera, cuando en realidad no hay nada.
“En realidad no cambia, es tu percepción la que cambia. Esto es ver detrás de los ojos. Todas esas cosas que ves allí no se proyectan en esa cúpula, no hay nada en absoluto.”, en 2014, Turrell lo explicó para The Guardian.
El estadounidense siempre ha estado muy interesado en el estado theta, en el que se piensa sin palabras, una de las cúspides de la meditación, así como el camino del descanso hasta el sueño, la duermevela. Alcanzar ese estado es lo que espera Turrell cuando los espectadores se adentren su realidad distorsionada.
Muchos critican su obra argumentando que sólo ilumina paredes, pero la realidad es que en todas sus obras es necesario permanecer varios minutos para que alcancemos el estado theta y la distorsión de nuestro cerebro comience. En algunos casos la luz aparentemente inmóvil comienza a desplazarse, o incluso se crean imágenes como en sus Perceptual Cells.
Ver esta publicación en Instagram
Sin duda es un viaje silencioso que nos obliga a cuestionar lo que vemos y aprender de qué forma lo hacemos. Sus piezas son sobre la forma en la que cada cual entiende el mundo, pero de una forma tangible, y fácilmente distinguible.
Para nuestra suerte, el Museo Jumex en la CDMX tendrá del 22 de noviembre de 2019 al 29 de marzo de 2020, la exposición James Turrell: pasajes de luz en la mayor parte de sus salas, para que puedas disfrutar de un viaje introspectivo.
Aunque tal vez no has escuchado tanto el nombre de James Turrell, sin duda es uno de los artistas contemporáneos más valorados en el mundo, a pesar de que su obra no siempre sea objeto de sesudos debates sobre lo que fue real y no, sus colores brillantes han sido el fetiche de estrellas.
Como el caso del rapero Drake y el famosísimo video de “Hotline Bling”, donde todo el video se desarrolla en instalaciones de Turrell.
Tal vez para evitar los cientos de espectadores vestidos con una chamarra roja bailando como tío para sus redes sociales, el Museo Jumex, en petición del propio artista, prohíbe las fotografías dentro de las instalaciones. Y posiblemente sea mejor así, para que podamos sumergirnos de lleno en el mundo que nos propone James Turrell.
Sin duda una de las exposiciones más interesantes e impresionantes para cerrar el 2019, así que no dudes en acudir con la mente abierta y con el celular apagado, para dejarte llevar en el estado tetha.
Un dato importante, para poder acceder a la instalación inmersiva monumental, Amesha Spentas de la serie Ganzfeld, se debe hacer de antemano reservaciones en línea y no se pueden comprar en taquilla, aunque el acceso general al resto de piezas sí se pueden adquirir directamente en el Museo Jumex.
Para saber más sobre los lineamientos para visitar James Turrell: pasajes de luz, da clic aquí.
Fotografía: James Turrell Apani, 2011 De la serie Ganzfeld © James Turrell / Foto: Florian Holzherr.