El pasado 31 octubre el mundo del cine se volvió a vestir de luto tras el fallecimiento del actor británico Sean Connery a la edad de 90 años.
Connery formó parte de esa generación de actores de la vieja escuela del cine, de esos que ya no hay en estos tiempos “progresistas” y “diversos”. Así como Lee Marvin, Charles Bronson y Burt Lancaster, el actor escocés tenía presencia, porte y una masculinidad que inundaba la pantalla. Su papel como el agente 007 lo convirtió en un ícono de la cultura popular en todo el mundo. La creación de Ian Fleming, quien inicialmente era reacio a que Connery encarnara su personaje, jamás podría haber entrado con la misma fuerza al imaginario colectivo de no ser por la mirada y personalidad del actor.
Connery hizo de todo un poco antes de arribar a la actuación: lechero, modelo, salvavidas y hasta niñero. En algún momento Connery incluso fue considerado para jugar en el Manchester United, pero declinó la oferta y se dejó envolver por la actuación. Su aspecto brusco y excesivamente varonil preocupaba un poco a los productores de la saga de James Bond debido a que el personaje debía ser sofisticado y elegante. El director de las primeras aventuras del agente Terence Young se encargó de pulir las habilidades de Connery para que pudiera alcanzar los estándares requeridos. De esta manera una página en la historia del cine comenzaba a escribirse.
Luego de su salida de la franquicia, el actor logró hacerse de una carrera estable y así evitó vivir solo a la sombra del personaje.
Sean Connery comenzó su carrera en el cine en los años 50, una trayectoria en la que participó en más de 70 películas y que nos dejó personajes emblemáticos además del agente británico, desde el padre de Indiana Jones en Indiana Jones and the Last Crusade (Steven Spielberg, 1989) hasta el presidiario de The Rock (Michael Bay, 1996), pasando por el aventurero Danny Dravot en The Man Who Would Be King (John Huston, 1975), el Capitán Marko Ramius de The Hunt for Red October (John McTiernan ,1990) o Jimmy Malone en Los Intocables (Brian De Palma, 1990), que le valió el único Oscar en su palmarés, así como un BAFTA por su actuación en El Nombre de la Rosa (Jean-Jacques Annaud, 1986).
Despedir a una estrella de gran magnitud, como es el caso del actor Sean Connery, nunca es sencillo, sin embargo la mejor manera de seguir honrando su estela fílmica, es recordando su legado. Es justo repasar algunas de las mejores películas de Connery y disfrutar de su carisma y personalidad más allá de James Bond, el personaje al cual le entregó un significado y relevancia única en la historia del cine.
Murder on the Orient Express, Dir. Sidney Lumet, 1974
Adaptación de la novela homónima de la escritora Agatha Christie en la que Connery, tras haber cumplido con su labor en la franquicia Bond, dio vida al coronel Arbuthot en el drama que sigue de cerca al detective Hércules Poirot (Albert Finney), quien se encuentra viajando en un tren que atraviesa una fuerte tormenta de nieve.
Una mañana, tras una fuerte ventisca, un multimillonario que viajaba en uno de los vagones es brutalmente asesinado, lo que llevará al detective a sospechar de cada uno de los pasajeros. Connery formó parte de un nutrido reparto de actores en esta versión dirigida por Sidney Lumet, reparto que incluye a Lauren Bacall e Ingrid Bergman.
Indiana Jones and The Last Crusade, Dir. Steven Spielberg, 1989
Tercera entrega de las aventuras del famoso arqueólogo interpretado por Harrison Ford, la cual una vez más era dirigida por Steven Spielberg. Pese a que no había tanta diferencia de edad entre ambos actores, Connery dio vida a Henry Jones, el padre de Indiana.
Padre e hijo deberán evadir las fuerzas del ejército nazi en la búsqueda del mítico Santo Grial.
Time Bandits, Dir. Terry Gilliam, 1981
El realizador Terry Gilliam y el resto de la tropa de Monthy Python se embarcan en esta increíble aventura en la que un niño viaja a través del tiempo con un grupo de enanos forajidos. Connery interpreta al rey Agamenón, uno de tantos personajes que aparecen en esta fantástica cinta, de esas que ya nadie hace.
Finding Forrester, Dir. Gus Van Sant, 2000
Una de las últimas grandes interpretaciones de Sean Connery, se dio en esta cinta del año 2000, en donde podemos ver al actor personificando a un escritor solitario y excéntrico, que se convierte en mentor de un joven de Nueva York que posee un gran talento literario.
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Foto: Wikimedia.