El lento andar de Tool

Entretenimiento Calendario 05 sep 2019 Iván González

 

Tool, formado en Los Ángeles en 1990, implica singularidad y misterio; compositores matemáticos de sonido perfecto y con videos extraordinarios. Únicos en su clase, que han tratado de ser calificados y clasificados en un sinfín de géneros, cuyas raíces más aceptadas por los fans oscilan entre el rock y metal progresivo, psicodélico y art rock. A eso se agrega que apenas tienen cinco álbumes y que la espera por un nuevo material crea un interés inusitado, además de marcar un hito. No le pasa como a otros grupos, cuyos seguidores prefieren los primeros discos. Pearl Jam, por ejemplo, que son sus contemporáneos, tuvieron sus mayores años de gloria durante la década de los años 90, en cambio los fanáticos de Toolsiempre sueñan con nuevo material.  

La primera etapa del grupo los mostró como una banda de metal, esa primera etapa duró entre la salida de su EP debut Opiate en 1992, cuando el panorama del rock había cambiado por completo. El año había iniciado con Nevermind de Nirvana destronando simbólicamente al Dangerous de Michael Jackson del listado de Billboard Top 20, lo cual marcó la transformación del grunge, de ser una escena local a lograr una influencia internacional. Opiate se ubicaba entre el sonido grunge que estaba de moda y el atrevido sonido del heavy metal que poco a poco estaba perdiendo importancia. Más tarde llegaría los larga duración Undertow (1993) y Ænima de 1996. Hasta este 2019, habían pasado 13 años sin que la banda publicará un nuevo disco de larga duración y es de celebrar que por fin tengamos a nuestro alcance el Fear Inoculum, lanzado este 30 agosto. 

Es cierto que todo es nicho y es probable que, quien no esté en la franja de los 30-40 años, el fenómeno que es y ha sido Tool ni le suene. O tal vez a las nuevas generaciones les empieza a ser familiar, gracias a cómo se ha viralizado Tool con internet. También es cierto que estos trece años sin un nuevo álbum han servido para inflar la burbuja especulativa. Las causas fueron múltiples y la banda nunca pretendió, al parecer, una excelsa fama, ni hacerse rogar por sus fidedignos seguidores.  

 

 

El afecto entre la banda y sus seguidores me parece apasionado, y si tuviera que explicar en qué se basa semejante nivel de pasión, Lateralus (2001) es el disco que elegiría para hacerlo. Lo selecciono porque ni siquiera es necesario disfrutar sus canciones para entender que se trata de una hazaña creativa. En lo personal Lateralus se ubica en el mismo cajón que OK Computer de Radiohead o Dark Side of the Moon de Pink Floyd, obras maestras donde existe una gran densidad conceptual que permite otorgarles numerosas interpretaciones.  

Si bien Tool es una banda que ejerce mucho control sobre cada cosa que hace, siempre deja espacio para que la imaginación trabaje. La muestra es su más reciente álbum, Fear Inoculum, el cual se compone de 10 temas que pretenden ser una espiral de significados ocultos, como no podía ser de otro modo, pues es lo que más les caracteriza y lo que les hace únicos. Y es así que, por contagio, Tool consigue que una reseña sea algo extremadamente difícil, arriesgado, peligroso, ambiguo e inconcluso. Como ya se había mencionado, el álbum gira en torno al simbolismo del 7, en temáticas, compases y otros asuntos menos explícitos. 

 

 

 

Y como en un principio lo mencionamos la emoción por el más reciente disco de Tool es algo de celebrar, y fue precisamente lo que algunos seguidores hicieron durante el Burning Man, el festival anual de siete días de duración que se desarrolla en Black Rock, Nevada. Este encuentro se describe a sí mismo como una “metrópoli temporal” en donde una de las tradiciones principales es hacer arder una gran estatua de varios metros de altura y pasar un fin de semana al estilo de Mad Max (aunque el propio “Burning Man” tenga mayores referencias a The Wicker Man). 

Durante el Burning Man un grupo grande de fans se reunieron como en los viejos tiempos para escuchar el nuevo álbum. En una fiesta organizada por el artista gráfico Alex Gray, responsable de diseñar la portada del Fear Innoculum y de los dos previos discos de la banda, Lateralus y 10,000 Days, lograron reunir al menos a mil personas para la escucha del disco, haciendo que la gente tomara un pequeño descanso de la música electrónica que predomina en el festival. 

 

 

"Me siento muy agradecido de estar en el lugar más libre de la Tierra, para celebrar la apertura de una de las mejores bandas del mundo", dijo Gray a la entusiasmada multitud. 

 

 

La última razón para celebrar se debe a que la discografía de Tool por fin está disponible en todas las plataformas digitales.  

 

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