Un juego de palabras y cómo acomodarlas para cada versión
Dentro de todas las fuerzas físicas naturales, las gubernamentales e institucionales y, sobre todo, protagonista para que toda una civilización se desarrollara, el lenguaje es quien vibra con más intensidad en el mundo que conocemos. Desde su abstracción, el lenguaje ha construido y derribado más muros que cualquier temblor. Piénsalo, han existido más guerras por diferencias discursivas, que por recursos naturales.
El tema no es nuevo. Sin embargo, las vicisitudes por las que ha pasado este espectro que no vemos, pero prevalece, muta y se transforma, de acuerdo con la boca de quien sea emanado, es la retórica con la que se ha edificado la realidad. “El lenguaje define de qué lado estás”, es uno de los diálogos iniciales en The Report, película escrita y dirigida por Scott Z. Burns y protagonizada por Adam Driver (Star Wars, la última trilogía) y Annette Bening (American Beauty).
Sobre esta sencilla línea, la narrativa de The Report comienza a construirse, como el propio laberinto que supone la vida misma. ¿Qué es la verdad? Las versiones que nos contamos a nosotros mismos están atadas a un compendio de justificaciones racionales, en las que adjudicamos un sentido discursivo, al que definimos como verdadero.
Con esto, recordé a uno de los escritores más prolíficos del siglo XIX, Fernando Pessoa, quien en algún fragmento de El Libro del Desasosiego mencionó la confusión que suponen dos verdades. Él contaba la historia de dos buenos amigos suyos que tuvieron una pelea, ambos le contaban por separado cada una de sus versiones, y él sólo quedaba aturdido y confundido “ante esta doble verdad”. Pues ambos tenían razón, desde su respectiva experiencia.
The Report cuenta la historia real sobre la investigación que cuestionó los métodos a los que recurrió la CIA para descubrir la verdad sobre el atentado de las Torres Gemelas el 11 de septiembre del 2001. Evento del cual las heridas abiertas siguen sin cerrarse, y el miedo se ha respirado desde entonces.
Luego del trágico suceso, en las investigaciones la desesperada patria norteamericana hizo todo lo necesario, literalmente todo, por hallar un culpable y “cortarle la cabeza”. The Report habla de un reporte clasificado que causó una controversia sobre los métodos utilizados para recurrir a la resolución de dichos responsables. ¿Hasta qué párrafo podemos justificar la crueldad? O mejor dicho, ¿de qué manera se ha de manipular el lenguaje para encubrir delitos de lesa humanidad?
En esencia, The Report habla de uno de los eventos más dolorosos para la historia de la humanidad, sobre todo, para el mundo occidental. En esta ocasión, Scott Z. Burns decidió apostar por contar la versión que no habla necesariamente de buenos y malos, o más bien, la versión que no enaltece a los norteamericanos. Cuando una potencia mundial ondea la bandera de la paz en cualquier tierra que pise, sobre todo en aquel entonces, es difícil que agache la cabeza y reconozca una de las más atroces verdades que la acechan.
Sin embargo, más allá de reconocer una postura o atreverse a caminar sobre la cuerda floja que supone la tambaleante frase de: “el fin justifica los medios”, The Report muestra las dos caras de la moneda. ¿Podría justificarse torturar a ciudadanos musulmanes, por ser quienes son, desde la desesperación por hallar y saciar una clase de sed de venganza por lo sucedido el 9/11? Bajo la justificación de “proteger” a miles de ciudadanos, y prometerles una narrativa en la que hallarían a las cabezas del momento que arrebató la vida de cientos de inocentes, la crueldad humana también puede asomarse en el intento de encontrar justicia.
Con la impecable, como era de esperarse, actuación de Adam Driver, quien encarna al personaje de Daniel Jones (Dan), encargado de la investigación que cambió por completo la historia de Estados Unidos, The Report cuenta con una cinematografía pulcra. En cuanto al guion, vemos una historia que, a pesar de saber cómo terminará, nos envuelve naturalmente con el ritmo y los giros constantes que dibuja la trama.
“Interrogatorio Mejorado” fue el título que pusieron a estos nuevos métodos de interrogación para “evitar” futuros ataques terroristas en el país vecino. Esta cinta nos muestra la fragilidad de la humanidad, desde la cuerda floja en la que todos los días caminamos, sin notarlo. El poder que cada palabra tiene para construir o derribar es inaudito. No se trata de una verdad o una mentira, sino de qué lado de la cuerda estás dispuesto a caer.
"Recuerdo haber pensado que tenía una comprensión tan simple de ese evento (la publicación del informe) cuando sucedió y simplemente asumí que era por mi propia ignorancia, lo que probablemente era, que no sabía más detalles o el nivel de personas empujando una agenda equivocada”, mencionó Adam Driver sobre su participación en la cinta.
“Y Scott me dijo, no, en realidad, cuando salió este informe, no había una persona que hablara o una persona física a la que pudiera mirar para representar lo que el informe encarnaba. Pero había mucha gente en la oposición que lo veía como un tema partidista que estaba más que ansioso por decir cómo estaba mal. Dan, como miembro del personal del Senado, no podía ser la persona que plantara su bandera públicamente y hiciera una declaración: va en contra del decoro de (ese trabajo). Así que parecía una oportunidad increíble para presentar algo que fuera justo y equilibrado sobre cómo nos identificamos como un país moralmente dentro de nosotros mismos y como un país en general”, agregó.
Esta película habla de un hecho real, uno muy específico, pero también nos recuerda la importancia del discurso y la intenciones que pueden albergar en él. Justo como George Steiner, filósofo, crítico y teórico de la literatura y de la cultura, retrató en algún momento:
“El lenguaje lo permite todo. Es algo espantoso en lo que no solemos reparar: se puede decir de todo, nada nos ahoga, nada corta nuestra respiración cuando decimos algo monstruoso. El lenguaje es infinitamente servil y no tiene —a eso se debe el misterio— límites éticos”.