Si nuestra especie se distingue por algo es por su nostalgia, más allá de su inteligencia y capacidad de raciocinio, lo cierto es que somos seres conmovidos por la nostalgia de un pasado registrado a miles de millones años luz de nuestro universo. El registro de las primeras imágenes del telescopio James Webb son la prueba de ello.
Cuando el ser humano alzó la cabeza por primera vez para preguntarse qué eran aquellos puntos brillantes en el cielo nocturno, la aventura comenzó. Queda claro que a partir de las preguntas y la búsqueda de respuestas es cómo nos hemos desarrollado como civilización. En este sentido, comenzamos a asomar nuestra mirada hacia el universo y sus misterios, a través de telescopios que comenzaron siendo pequeños artefactos rudimentarios de uso casero, para convertirse en enormes telescopios orbitando nuestro planeta.
Asimismo, nuestros ojos han logrado un alcance a más de cientos de millones y billones de años luz en la historia de nuestro cosmos. De ahí la nostalgia mencionada, pues en los términos básicos de la fotografía, todo lo que se imprime en imágenes es luz, y cuando hablamos del universo, hablamos de luz viajera a miles de millones años luz de nuestro planeta.
Hasta ahora todo lo que ha llegado a nuestro alcance y conocimiento es el pasado ancestral de nuestro universo. Sin embargo, más allá de lo poético y nostálgico, es verdad que esto nos ha servido como punto de estudio esencial en el campo de la ciencia astrofísica, astrónoma y todas las demás ramas científicas en conjunto.
La nitidez y sus novedades
Las redes sociales y los medios de comunicación ya se han llenado de todas las novedades que el telescopio James Webb, sustituto del entrañable Hubble, trae para nosotros.
En un evento en el Centro de Vuelo Espacial Goddard en Greenbelt, Maryland, expertos compartieron las más recientes imágenes que el telescopio registró durante la primera etapa de su trabajo en la pasada primavera. Entre estas imágenes nos encontramos con una estrella que explotó, una guardería estelar y hasta un planeta alienígena a miles de años luz de distancia.
Igualmente, en otro evento simultáneo a esto, en Baltimore, en el Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial, científicos estudiaron a detalles el arduo trabajo de este gran telescopio y lo discutieron de manera apasionada y veraz.
Hasta ahora, han sido cuatro imágenes las que se mostraron:
- La Nebulosa de Carina
- Un cúmulo galáctico, el Quinteto de Stephan
- Lecturas atmosféricas de WASP-96b, un planeta que orbita una estrella distante
- La Nebulosa del Anillo Sur
La primera imagen que se mostró se trató del pómulo de estrellas SMACS 0723, un pómulo de galaxias a 4 mil 200 años luz de nuestro planeta y es reconocido por su gran masa. De hecho, es tan masivo que deforma el espacio tiempo, por lo que actúa como una lente gravitacional que magnifica las galaxias más lejanas. Es por eso que se alcanzan a ver galaxias “distorsionadas”.
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Por otra parte, tenemos la radiografía de la atmósfera de un exoplaneta, o planeta tucson características muy similares a la Tierra. Sobre esto, es importante recordar que una de las misiones de este telescopio es la búsqueda de estos planetas, por lo que no podemos pasar por alto la importancia de este hallazgo.
Esta imagen muestra al exoplaneta WASP-96b, mismo que está ubicado a algo más de mil años luz de nuestro hogar. Se trata de un exoplaneta que era conocido, según, por ser el primer exoplaneta sin nubes. Sin embargo, y gracias al telescopio James Webb, descubrimos que en realidad hay una gran posibilidad de que estas existan en su cielo.
Otra gran imagen que nos ofreció el James Webb fue una imagen que en su momento el Hubble ya nos había dado, pero ahora la obtenemos con mucha más nitidez y resolución. Se trata de la Nebulosa del Anillo Sur en las que se alcanza a ver en su interior dos estrellas, una muy brillante y otra mucho más tenue. En las primeras imágenes del Hubble estas dos estrellas se distinguían, pero gracias al James Webb, ahora hemos podido observar a detalle que la estrella más tenue del par expulsa grandes cantidades de gas y polvo a su alrededor.
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Igualmente, el James Webb nos mostró el quinteto de Stephen con lujo de detalle, uno de los grupos compactos de galaxias más antiguos que se conocen. Se encuentra a unos 290 millones de años luz y esta imagen aporta a los científicos gran cantidad de información sobre los fenómenos desencadenados cuando estas interaccionan de esta manera.
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Y para finalizar, no podemos olvidar a la Nebulosa Carina, una de las más extensas y brillantes que hay en nuestro firmamento. Está ubicada a mil años luz, y aunque ya ha sido estudiada con el Hubble, todavía apreciamos más detalles que permitirán un estudio más profundo.
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