No hay nada más pretencioso que creer que podemos entender el universo, y debemos admitirlo. Es decir, cómo podríamos entenderlo, sería casi como decir que podemos resolver las grandes dudas que nos han acosado como humanidad desde el principio de los tiempos. ¿Por qué estamos aquí? Y toda la fila de interrogantes que ya conocemos, pero que, si nos vamos a la opinión científica, desconocemos por completo su resolución.
Está bien, no se trata de entender al universo, pero, ¿qué pasa cuando la curiosidad es tan grande que no nos basta una simplificada explicación de los hechos naturales y los fenómenos cósmicos que suceden a las afueras de nuestra atmósfera? Está bien, ya admitimos que “entenderlo” así, tal cual, no podremos hacerlo, al menos no ahora, pero, ¿cómo satisfacer esta curiosidad científica que nos habita?
La divulgación científica es un género literario del que poco se habla hoy en día, pero que, sin duda, sigue siendo de los más devorados por aquellos de mentes inquietas y quienes apuestan por una ficción apegada a lo que es o podría llegar a ser el mundo, según la ciencia. Grandes mentes se han resguardado en este género, con una mente extensa y ágil para explicar lo más difícil en palabras muy fáciles de digerir. Entre quienes han hecho de este género unos realmente amados, sobre todo en el ámbito espacial y cósmico, han sido personajes como Michio Kaku, Carl Sagan y hasta el mismísimo Isaac Asimov
A continuación te recomendamos cuatro libros para que tu acercamiento al universo sea más claro, lo suficiente para que quizá pueda parecer que lo entiendes…
Los tres primeros minutos del universo de Steven Weinberg
El físico Steven Weinberg, ganador del Premio Nobel en 1979, escribió en 1976, uno de los grandes libros de divulgación sobre la teoría del Big Bang y el nacimiento del universo.
El mundo y sus demonios de Carl Sagan
¿Estamos al borde de una nueva edad oscura de irracionalismo y superstición? Es la pregunta de contraportada de este gran libro. En sus páginas, Sagan explica el método científico y cómo animar el uso del pensamiento crítico o escéptico.
Se trata de una reflexión contra la pseudociencia, y al mismo tiempo es una defensa profunda de los beneficios que la ciencia ha producido a lo largo de la historia. Incluso, Sagan en uno de sus capítulos hace referencia al mal uso que se ha hecho de la ciencia, y enfatiza que en buena medida se debió a la "ingenuidad" de aquellos científicos que lo permitieron.
La materia oscura y los dinosaurios de Lisa Randall
Cuando hace más de 66 millones de años un objeto arrasó con lo que ahora conocemos como los dinosaurios, y cientos de especies más, el mundo cambió.
“Desafiando los habituales supuestos sobre la composición del 85 % de la materia del universo que no podemos ver, Randall explica cómo la materia oscura podría haber desencadenado el cataclismo”.
En este libro, la física teórica estadounidense que trabaja en física de partículas y cosmología, con referencias de la cultura pop y de puntos de vista sociales y políticos, “revela las profundas relaciones que existen entre lo visible y lo oculto, así como la increíble belleza de las conexiones que nos rodean”.
Los sonámbulos de Arthur Koestler
Publicado en 1959, por Arthur Koestler, autor de Espartaco, la rebelión de los esclavos, Los sonámbulos es un libro que no puede quedar fuera de esta lista. A pesar de que no se trate de un divulgador científico como tal, en este libro recrea de manera literaria y amena “las ideas que sobre el universo y su origen, según se han ido formando en occidente desde los antiguos griegos hasta Galileo, deteniéndose con un cariño especial en Kepler”.