A menudo trabajamos fuera de nuestro horario habitual y, en la mayoría de casos, es porque no logramos aprovechar nuestro tiempo al máximo.
Aquella frase “el tiempo vale oro” parece controlar nuestras rutinas y limitar nuestros objetivos y deseos. Pero, ¿es realmente el tiempo lo que vale? ¿O serán las acciones que hagamos en ese momento?
Siendo un término amplio y abstracto, de acuerdo a la RAE, el tiempo es definido como la “oportunidad, ocasión o coyuntura de hacer algo”. Por tanto, cuando nos referimos a una correcta administración del tiempo no es más que saber administrar nuestras tareas diarias, creando un equilibrio en nuestra vida laboral, social y especialmente personal.
Traza objetivos claros
La correcta gestión del tiempo es como un mapa, para ir en la dirección correcta necesitas trazar una ruta clara de a dónde quieres llegar dentro de tu misión personal.
Una técnica útil y versátil es hacer seguimiento de tu rutina diaria y registrar el tiempo que dedicas a cada actividad, bien sea laboral, académica o personal, y durante al menos una semana. Esto te puede ayudar a tener una perspectiva completa de las actividades que pueden suponer una pérdida de tiempo en tu día, y aquellas a las que puedes prestarle más atención y darles mayor prioridad.
No te desconectes
Muchos tenemos la fortuna de seguir trabajando desde casa. Al hacer Home Office, se puede tener rápidamente la sensación de estar solo: faltan los encuentros fortuitos en la máquina de café y las comidas conjuntas con los compañeros.
Busca un sustituto: organiza una videollamada, por ejemplo, para empezar el día juntos o para llamar al final de la jornada. También es posible un almuerzo o una pausa para el café. Esto debería darte nuevas energías; si estas llamadas tienden a agotarse, utilizarlas con moderación para no perder completamente el contacto con el equipo.
La ley de Pareto
Conocida como la Regla 80/20, esta técnica mantiene que el 20% de tus esfuerzos producen el 80% de tus resultados. Es decir, que cuanto más frecuentemente pongamos en marcha una acción, más posibilidades tendremos de lograr los resultados que queremos obtener.
Con ella se entiende que, en realidad sin la necesidad de malgastar energía o recursos en pobres resultados, existen ciertas acciones que son capaces de dar mayores satisfacciones con menores esfuerzos.
De hecho, otra de las formas de aplicar este método es a través de la organización de tus actividades por bloques de tiempo. Según la Ley de Pareto, para lograr administrar mejor tu tiempo, dedícale aproximadamente 96 minutos del día a aquellas actividades importantes, y así poco a poco, lograrás un equilibrio y una mejor gestión del tiempo en tu rutina diaria.
Si te relajas, rindes más
No se trata de convertirse en una máquina de trabajo. Sería increíble, sí, pero no sirve. Ninguna exageración es buena. El cerebro humano puede concentrarse durante unos 90 minutos, aproximadamente, así que es vital dar a tu cuerpo y mente un descanso. Esto es igualmente de importante para la productividad que cumplir la rutina. Puedes estirar las piernas durante 20 minutos, comer algo no muy pesado o acariciar a tu mascota. Da igual. Lo importante es que te tomes un tiempo para ti mismo para permitirte mejorar la concentración.
No te angusties por los fracasos
A nadie le gusta fallar, la verdad. Ahora, bien, más vale descartar algo que no funciona que insistir en fracasar una y otra vez. Cuanto antes te metas en el trabajo, más pronto sabrás el resultado y esto te evitará penar con incertidumbre por horas. Puede sonar raro pero el fracaso es gran parte del éxito ya que nos da la oportunidad de aprender de nuestros errores y nos ayuda a crecer. Si te preocupas, te detienes.
Aplica la Técnica pomodoro
La técnica pomodoro, con un nombre bastante peculiar, es una técnica desarrollada por Frances Cirillo quien propone este método para una correcta gestión del tiempo, con la finalidad de hacer un buen trabajo y alcanzar nuestro máximo nivel de productividad, sin sacrificar actividades familiares o personales.
Conoce más de la técnica Pomodoro AQUÍ.
Duerme bien
Por último y quizás el principal obstáculo para la productividad es el agotamiento. Vivimos en un entorno en el que el estrés, la fatiga y la falta de sueño son el pan de cada día. Tenemos que superar el mito que dice que para ser súper productivos hay que dormir cada vez menos. Si erradicamos esa creencia, inmediatamente empezamos a ver resultados en términos de creatividad, memoria, productividad y toma de decisiones.
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Foto: pixabay.com