Sólo basta entrar a ciertas plataformas para encontrarnos con historias duras, incontrolables y frustrantes. Sobre todo en estos días que las redes sociales han estado repletas de historias sumamente tristes, y hay algo que nos impulsa a continuar con el scrolling.
A esta necesidad de seguir leyendo estas noticias se ha denominado doomscrolling, una combinación de los términos ingleses "doom" (desastre, fatalidad) y "scrollen", concepto que describe la necesidad inagotable de consumir malas noticias.
El fenómeno suena paradójico y, de algún modo, lo es. Aquí actúa el llamado “sesgo de negatividad” o “efecto negativo”. Los seres humanos tenemos una tendencia natural a la negatividad. Por ejemplo, la crítica tiene mayor efecto en nuestro comportamiento y a nivel cognitivo que la alabanza. Lo mismo se aplica a las malas noticias.
“Nuestro cerebro elabora las palabras negativas más rápido, mejor y más intensamente, y eso lleva a que también las retengamos mejor”, indican los expertos. Y eso tiene sentido, al menos desde el punto de vista de la evolución biológica. “En tiempos del tigre diente de sable y del mamut, una mala noticia pasada por alto podía costar quizás la vida”.
Nuestro cerebro sigue tratando de luchar contra la incertidumbre buscando información. Queremos estar preparados para las amenazas que nos acechan. Cuantas más malas noticias leemos, mejor preparados nos sentimos. Pero es una falacia.
El método puede haber funcionado contra los mamuts, pero no sirve en tiempos de aplicaciones y redes sociales. Porque las redes sociales como una bolsa de papitas, buscan ser adictivas, el llamado “experimento del tazón de sopa sin fondo”.
Algunos de los participantes en el estudio recibieron tazones de sopa que volvían a llenarse solos, sin que lo pudieran notar. Y tomaron un 73 por ciento más de sopa que aquellos que recibieron una porción definida. Además, no creyeron haber comido más ni se sintieron más saciados que los integrantes del grupo de control.
Los resultados de este experimento podrían aplicarse a nuestro comportamiento de consumo tanto de papas fritas como de feeds de noticias.
Y claro que la unión de lo instintivo en una adicción nunca trae buenos resultados. Leer malas noticias puede influir en nuestros niveles de serotonina. Lo que inevitablemente hace que nos sintamos más inquietos, temerosos, deprimidos y pueden ser un factor adicional en enfermedades más graves como la depresión.
Por lo que es importante medir nuestros atascones de mala información, porque tuvieron picos muy altos con la pandemia y hasta cierto punto, nos acostumbramos a esta forma de consumir noticias. Por ello aquí te dejamos algunos consejos para ayudar con el doomscrolling.
- Limitar el consumo y acceso a medios de comunicación: idealmente no por la mañana ni antes de dormir
- No ver la misma noticia en distintos medios: con una vez debería ser suficiente.
- Mindfulness. Cuando comiences a sentirte físicamente incómodo por las noticias, como por ejemplo con presión en el pecho, síntoma que suele asociarse la angustia, aplica técnicas de mindfulness. Cuando prestas atención conscientemente a los malos sentimientos, como la ansiedad, la agitación o el estrés, es más probable que te motive a poner freno, que es la forma en que tu cuerpo dice alto.
- Evita el “catastrofismo”. Esto pasa cuando tu mente salta directamente al peor de los casos. A menudo, estos pensamientos son posibles pero no realmente probables. Se debe intentar atraer a tu mente pensamientos o preguntas positivos o realistas, como cuál es el resultado más factible o probable de la situación sobre la que estás leyendo.
- Practica la detención del pensamiento. Esta es una técnica cognitivo-conductual, utilizada para terminar con los pensamientos obsesivos o ansiosos. “Cuando tengas dificultades para desactivar un pensamiento, imagina una señal de alto roja. El poder de la imaginación es útil para frenar los pensamientos oscuros”.
- Revisa tu teléfono conscientemente, no compulsivamente. La verificación compulsiva es algo que se hace automáticamente sin siquiera pensarlo mucho. Así que cuando levantes tu teléfono, haz una pausa por un segundo y sé consciente de lo que estás haciendo. Si la señal de alto no funciona y todavía te encuentras participando en demasiado doomscrolling, intenta usar una banda elástica alrededor de tu muñeca como recordatorio físico.
FOTO: Maxim Ilyahov on Unsplash
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