Con estos tiempos de home office, las juntas de Zoom y otros servicios de videollamada están explotando en todos lados. Nos vemos en Zoom, hablamos por Zoom, la clase es por Zoom, nos reunimos por Zoom, fiesta en Zoom…
Esa palabra, “Zoom”, se ha convertido en parte del léxico cotidiano y una herramienta infalible para poder trabajar desde casa y para llenar esos vacíos, ya sean laborales, educativos, amorosos o amistosos.
Hubo un tiempo en el que, estando en tu casa, tu jefe te podía llamar por teléfono con una emergencia y tú contestarle en pijama. Al fin y al cabo, por la voz no se sabe cómo vas vestido. Tiempo al tiempo y con el desarrollo de la tecnología, hoy tu jefe no te llama, realiza una videollamada, y entonces tienes que dar la cara, de manera figurada y, sobre todo, textual.
Si antes Zoom era una aplicación útil en la oficina para conferencias remotas, hoy se ha convertido en nuestro aliado para casi todo. Según el New York Times, desde marzo los usuarios activos de la aplicación, que bien sirve para computadoras de escritorio o teléfonos móviles, aumentaron a más de 200 millones. Y es que solo basta con enviar un link para reunir a máximo cien personas en una misma sala de chat con la posibilidad de verse, escucharse, escribirse y ponerse fondos divertidos para simular que están en la playa o cualquier otro lugar del mundo.
Zoom no es una aplicación nueva, nació en el 2013, sin embargo, con este crecimiento abrupto han aparecido los mejores consejos para explotarla en toda su potencia. Seguro te has percatado de que hay usuarios que manejan con maestría el arte de salir bien en una videollamada, se podría decir que su encuadre parece una superproducción de Hollywood. ¿Cómo se consigue esto? Con tres trucos sencillos.
Limpia la cámara: Un halo nebuloso, no es un efecto, es suciedad. Sin darnos cuenta, mientras utilizamos el smartphone plantamos el dedo en los objetivos de las cámaras traseras dejando una marca de la huella, lo mismo podría suceder si te llevas de un lado a otro tu laptop.
La luz es lo más importante: Siempre que sea posible, hazlas durante el día para aprovechar las horas de luz natural. Si no, asegúrate de tener una luz cerca, pero ¡cuidado! si la luz está detrás de nosotros y enfrentando la cámara, provocaremos lo que se conoce como contraluz y solo se vería nuestra silueta negra.
El encuadre también importa. Ten en cuenta que la cámara potencia aquello que ponemos más cerca de ella. Por eso, si enfocamos nuestra cara desde abajo hacia arriba (contrapicado), estaremos dando mayor visibilidad a nuestra papada. Si lo hacemos a la inversa, de arriba hacia abajo (picado), conseguiremos el perfecto encuadre de selfie, pero recuerda que no es una selfie, es una videollamada. Te recomendamos crear un plano centrado y con la cámara a la altura de los ojos, frontal a tu cara.
El bonus. Diviértete, encuentra el mejor fondo, ese que coincida con tu personalidad, y ¿por qué no? También ofrecerle un buen rato a los que están del otro lado de la pantalla.
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Foto: Adobe Stock.