Sólo bastan dos notas y un “umm-yeah” para lograr que cualquier fiesta sepa qué es lo que viene a continuación, “Oops!... I Did It Again” de Britney Spears. Una de las canciones pop más reconocidas en el mundo y que permitió que la novia de Estados Unidos dejara de ser una colegiala en una prepa católica para ser una alien sexy.
Eran los años 2000 y una adolescente de Mississippi hacía solo un año había roto las expectativas con un álbum que salió de la nada y rápidamente se había posicionado en los primeros lugares de las listas, el clásico inmediato “...Baby One More Time” le había regalado al mundo una canción pop en toda regla.
Claro que después de que la maestría del súper productor Max Martin y su colaborador Rami Yacoub, se unieran al infinito carisma de Spears, en el primer gran hit de los suecos y de la estadounidense, la disquera Jive Records (hoy desaparecida) puso una increíble presión para su segundo álbum.
Querían otro éxito instantáneo, por lo que decidieron irse por la segura y dejarle el trabajo nuevamente a los suecos Martin y Yacoub, quienes con tan sólo unos meses de trabajo le regalaron al mundo Oops!... I Did It Again (2000).
Un álbum con una fórmula bien recibida que intercalaba temas bailables con baladas, en las que incluso se unió una herejía, la versión lavada y erotizada de “(I Can’t Get No) Satisfaction”, una versión que es muy lejana a un cover de la original de The Rolling Stones.
Pero no hay duda que el toque de la princesa del pop es tangible, y la apropia a su estilo de una forma inconfundible. Algo como lo que sucedió como con “I Love Rock ‘N’ Roll”, sobre todo popularizada por Joan Jett & the Blackhearts, no sorprendería que más de un chico de la generación z creyera que la versión de Spears era la original.
Así pues, cuando Martin y Yacoub se dispusieron a crear el hit del segundo álbum, no dudaron ni un poco en hacer a la prima hermana de “...Baby One More Time”.
Desde el uso de los tres puntos en el título, hasta los extremos temáticos, y notas similares, pero con el mismo éxito comercial. Incluso el lado B del debut, “Oops!...” obtuvo mucho más, ya que logró que el álbum homónimo se posicionara como el más vendido interpretado por una mujer, reconocimiento que sostuvo por quince años hasta que llegó Adele al mundo.
El éxito que obtuvo su segundo álbum posiblemente se debió a que fue la confirmación de que Spears había dejado de ser una niña inocente, y se estaba posicionando para ser una sex symbol, como lo confirmó con su LP In The Zone (2003), unos cuantos años después.
Sin duda, el álbum no habría tenido el mismo éxito sin el single que le dio nombre.
Y es que si pensamos en la historia del pop nos vamos a encontrar recordando a Spears en Marte, rechazando a un astronauta de la NASA, enfundada en un mono de látex rojo. Un video sin sentido, que encantó al mundo y que terminó por consolidar el gran trabajo de los productores y compositores.
Fun fact: la voz del astronauta que le regala el collar de Titanic es la voz de Max Martin.
Este video dirigido por Nigel Dick, que fue creado creativamente en conjunto con Spears, quien se imaginaba siendo una alien en Marte, claramente llegó a los primeros lugares en MTV. Crear un referente en la cultura pop no es fácil y el video de “Oops!... I Did It Again” es la prueba.
Aunque desde el inicio, Spears se veía en un mono rojo, fue hasta último momento que se aprobó por lo que se tuvo que hacer en tan sólo 13 horas. Al final llegó bien, pero el látex es un material complicado que cada poco dejaba sofocada a la cantante, quien en todo el video baila, así que tenían que atenderla cada poco para que no cayera desmayada en un traje inundado de su propio sudor.
Unas botas rojas iban a ser las elegidas para complementar el outfit, pero al final no le gustaron a la cantante, por lo que utilizó unas negras con las que llegó al set. Por si no fuera poco desmayarse por dos días, una luz cayó del techo y le abrió la cabeza a la cantante, quien recibió unas puntadas y continuó con el video.
Por lo que podemos decir sin equivocarnos que “Oops!... I Did It Again” tiene lágrimas, sudor y sangre de Britney Spears, ¿tal vez por eso fue tan exitoso?
Además de regalarnos un coro que dura 20 segundos y podemos cantar para lavarnos las manos propiamente, así como un disfraz que lleva siendo la sensación desde 2000, le dio a la historia del pop una imagen que todos recordamos y seguiremos bailando aunque pasen otros 20 años.
Claro que dentro de este álbum existen otras joyas como “Stronger”, “Don’t Let Me Be the Last to Know” y “Lucky.
Posiblemente “Lucky”, una de las primera pequeñas llamadas de atención que su familia y equipo debió de tomar en cuenta para evitar el break down de 2007, es una de las canción más parecidas al primer álbum, con toda la inocencia que la vida de Lucky puede remitirnos.
En ella conocemos a una chica llamada Lucky (suerte, en inglés) quien tiene todo lo que podría necesitar en la vida, y todos se encargan de decírselo a todo momento. Y es cuando ella se pregunta por qué siempre termina llorando al anochecer si es tan afortunada.
Una temática que tendrá al menos una canción en cada álbum futuro. Lo que nos hace preguntarnos, ¿qué tan infeliz realmente era Spears? Tal vez es por esto que veinte años después llama a la huelga y a la repartición equitativa de los bienes.
Esperemos que no vuelva a quemar su gimnasio, y podamos volver a verla presentarse en Las Vegas.