Con su distinguido alegre y juguetón sonido, la banda liderada por Ezra Koenig, Vampire Weekend, se subirá al escenario del Teatro Metropolitano de la Ciudad de México, el próximo 21 de octubre, para presentar su más reciente álbum Father of the Bride.
Después de seis años de ausencia, la banda neoyorquina regresó con un álbum en el que el sentimiento de vacuidad tras una crisis emocional y existencial quedan como rezagos de algún momento. Los expertos de la revista Los Rolling Stones ya los describieron como una “mezcla de impotencia y crisis”.
El trabajo enteramente detallado de Ezra se refleja en cada una de las 18 canciones que conforman el álbum. Tras los cambios que ha sufrido esta banda, después de que Rostam Batmanglij se retirara en 2016, el sonido de Vampire Weekend sigue conservando su peculiar y colorido toque.
Con Modern Vampires of the City (2013) la banda recibió una gran cantidad de halagos, aplausos, e incluso fue nombrado como el mejor álbum del año en distintas publicaciones. ¿Qué se podía esperar después de haber estado en la cima y haber desaparecido seis años?
A partir de entonces, cuando cesaron las giras para Modern Vampires of the City, la banda entró en un periodo de pausa en el que incluso perdieron a un integrante, pues Rostam Batmanglij, tecladista, guitarrista, y fuerza creativa en general decidió partir del grupo. En el mismo intermedio, Chris Tomson, baterista, lanzó su proyecto como solista.
Lo mismo para Ezra Koenig, el líder y vocalista de la banda, quien se dedicó a generar un par de podcasts, una serie animada y también armó una banda de rap. El cantante también tuvo mucho que hacer en su vida personal, pues seis años parecen poco en retrospectiva, pero el tiempo es tan incierto que Vampire Weekend parecía que ya no regresaría al estudio para crear más.
Sin embargo, y para la suerte de sus fans, esta banda regresó con un álbum en el que la ausencia puede notarse un poco, pero el talento también. En sus anteriores tres álbumes, Vampire Weekend se mostraba más fresco y con un sonido más improvisado, pero pensado. Ahora su sonido ha evolucionado, muy al estilo del emblemático álbum Abbey Road de The Beatles, los ahora tres integrantes de esta banda de indie rock, se escuchan más maduros y menos improvisados.
Han dejado un poco de lado el rock que los caracterizaba, pero no por eso se han vuelto sosos. Su sonido simplemente ha cambiado, naturalmente no serían los mismos después de que el tiempo pasara y ellos se ausentaron del estudio. En Father of the Bride exploran un lado menos alegre y más reflexivo.
La introspección es el tema de sus canciones. Una vista más cruda e inquietante ante el mundo, es lo que Vampire Weekend refleja en las diferentes 18 canciones que lo componen. El claro tributo que la banda le ha concedido a Paul Simon desde sus inicios ya no se distingue únicamente por su sonido, sino por sus letras que lo citan directamente. La crítica ya ha determinado que “This is Life” es un homenaje a él y su canción “You Can Call Me Al”, pero no hace falta que la crítica lo diga, sólo basta con escuchar ambas canciones para comprobarlo.
A pesar de la extensión de este álbum, con 18 canciones, la duración de este no pasa de una hora, lo que lo hace liviano. Definitivamente no se puede comparar Father of the Bride con la obra maestra que la banda alcanzó con Modern Vampires of the City, pero definitivamente el talento de estos tres músicos persiste y la banda estadounidense demuestra estar escalando, habrá qué ver qué sigue después y si su maduración como músicos se sigue consolidando.
Mientras disfrutemos de ellos y sus pocos pero bien realizados álbumes, y aprovechemos que el próximo mes estarán en la Ciudad de México para que bailemos con su música. Seguramente también interpretarán canciones de sus anteriores materiales, pero sin duda este nuevo álbum también nos hace vibrar.