Aquí estamos, una humanidad al punto del colapso o simplemente pasando una mala racha. Eso depende de cómo lo mires y cómo lo vivas. Los escenarios son similares, pero las historias son distintas. Las tendencias apuntan a una narrativa en la que llevamos más de una década al borde del final, pero sólo no sucede. Tal como lo describió José Emilio Pacheco, “El fin del mundo ya ha durado mucho y todo empeora, pero no se acaba”. 

En momentos en los que el conflicto se ha visto más justificado con agresiones, que con el sentido común de entender que nadie piensa en cabeza ajena, es una urgencia cambiar nuestra graduación y comenzar a ver más allá de nosotros mismos. Por eso, a buena hora llega el Festival Una Mirada a la Discapacidad, en Querétaro, una propuesta de la fundación Armonía e Inclusión A.C. 

Con la intención de que la palabra inclusión se adhiera a nuestro vocabulario verbal y a nuestras acciones, este festival será el próximo 30 de noviembre y 1ro de diciembre. Se contará con más de 40 artistas, en el campo de béisbol Ángel Guerrero, San Juan del Río, Querétaro. 

Serán dos días en los que habrá actividades, como talleres de sensibilización, taller de lenguaje de señas mexicanas, conciertos sensoriales, espectáculos, juegos y concursos. Igualmente, se contará con la presencia de diferentes espectáculos con artistas con alguna discapacidad, entre los que se incluye por primera vez un circo inclusivo. También contarán con la presencia de grupos musicales como Yucatán A Go Go y Reyno. 

Todos somos diferentes, pero muchas veces no reparamos en esa realidad que desde el inicio ha estado ahí, enfrente de nuestras narices. No son cosas sobrenaturales, o casos aislados, y no todas lucen igual. La diversificación de discapacidades es tan amplia que te sorprenderá darte cuenta que personas muy cercanas a ti pueden estar viviendo una y ni cuenta te habías dado. Tan sólo en México existe un aproximado de 7 millones de personas que viven con alguna discapacidad. 

Una cifra considerable, pero que sigue siendo minoría y no por cuestiones de cantidad, sino más por una cuestión de desconocimiento y discriminación que vive este sector. De por sí el mundo tiene dientes y no tiene piedad por nadie, imagina para quienes las desventajas están más determinadas. Aunque cada vez el paradigma se ha ido ampliando y modificando, para que ningún sector quede fuera, estos eventos siguen siendo una necesidad.

Además, el Festival busca seguir la línea de la empatía y ayudar, pues los ingresos serán destinados para la construcción del primer Centro de Desarrollo para la Inclusión en el municipio. 

Cuando la humanidad amenaza todo el tiempo con terminar, ¿por qué no mirar a los demás desde la horizontalidad? No necesitamos tener una capa de superhéroe ni grandes superpoderes para salvar al mundo, quizá sólo haga falta ser más empáticos para hacer la diferencia.