Cuando pensamos en el japón antiguo, es difícil no pensar en las geishas, aquellas mujeres de compañía más cultas que muchos eruditos actuales, que utilizaban maquillaje similar a la pintura para hacer de su rostro uno semejante a la porcelana.
Ahora la pregunta es, ¿cómo es que mantenían una piel que no se les caía a pedazos por ese maquillaje? Aquí te vamos a contar su secreto.
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El secret beauty de las geishas desde hace cientos de años era el double cleansing, un hábito de belleza que las mujeres orientales contemporáneas siguen usando, y que gracias a sus resultados, en este lado del mundo debemos de aprender y aplicar.
La técnica en realidad es tan simple que es posible que levantes la ceja y no nos creas, ya que sólo consiste en utilizar dos limpiadores sobre la piel, uno de base oleosa y otro de base agua. Gracias a esta combinación podrás lograr una limpieza profunda que vaya más allá de las primeras capas de piel.
Recordemos que el limpiador en aceite se encarga de retirar impurezas, maquillaje, bloqueador solar, grasa y residuos de contaminación, mientras que el segundo elimina el sudor y la suciedad que penetra más allá de las primeras capas de la dermis.
Esta técnica era utilizada por las geishas, ya que el maquillaje que utilizaban era similar a la pintura, por lo que tenían que recurrir al aceite de camelia para removerlo, para luego aplicar agua de arroz, para refrescar la piel y eliminar los residuos de aceite del primer paso.
Y así de simple puedes tener una piel mucho más limpia.
Ahora, ¿esta técnica es para todo tipo de piel? Sí, es apta para todas las diversas pieles, si tu piel es grasa, esta técnica ayuda a remover el óleo de tu piel; alguien con piel seca verá mejores resultados de sus cremas hidratantes; y para las que sufran de acné pueden ayudar a remover las bacterias que causan los brotes.
Sólo necesitas hacerlo durante las noches, al menos dos o tres veces por semana, y así de a poco notarás la diferencia. Si salvó muchas pieles en la antigüedad con maquillajes metálicos blancos, es posible que podamos confiarle nuestra piel.
Por último, ¿qué limpiadores puedes usar? Todo depende de tu tipo de piel.
Si tu piel sufre de acné, busca limpiadores de aceite de textura ligera, de preferencia que se sumen a sus activos vitamina E o ácido glicólico; de igual manera con los limpiadores de agua, busca que tengan entre sus ingredientes el ácido salicílico, perfecto para decirle adiós a las bacterias que se encuentran en la profundidad de tu dermis.
Si tu piel es mixta, es decir, que tienes zonas muy grasas y otras son casi como desiertos, busca limpiadores enriquecidos con ceramidas y de textura ligera.
Por último, para piel normal o seca, es importante que utilices limpiadores que regulen el pH de tu piel, o que tengan elementos hidratantes como vitamina E, aceite de jojoba o manteca de karité, así como limpiadores de base aceite que sean gentiles con la piel.
Recuerda que primero limpias tu rostro con el limpiador base aceite, y luego con el limpiador base agua. Después eres libre de seguir tu rutina de skincare, verás cómo tu piel acepta los beneficios de tus productos mucho mejor.
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FOTO: Kalos Skincare on Unsplash