Existen distintas formas para preparar una pizza, pero la mejor es cuando las complicaciones se anulan y puedes hacerla desde casa, sin prisas ni preocupaciones. Además, al contrario de lo que podría parecer, cocinar una pizza es más sencillo de lo que se cree, sólo necesitas un poco de dedicación, y listo.
La cocina casera, si lo ves desde el punto de vista correcto, es comida de alta calidad. Muchas veces no le damos ese lugar de alto rango a lo que cocinamos en casa, sólo porque no la cocinó un chef de especialidad, pero lo cierto es que el famoso y cliché ingrediente del “amor” es el mero mero secreto para todo. Además, podemos complicarnos tanto como queramos, pero lo cierto es que hacer las cosas tan sencillas tampoco implica sacrificar calidad.
También es verdad que hacer pizza puede tener distintos grados de dificultad, según lo pensemos, pero en esta ocasión te daremos una receta fácil, sencilla y exquisita para que tu pizza sea deliciosa y sin tantos malabares dentro de tu cocina.
Empecemos por los ingredientes que necesitamos:
- 300 g de harina
- 160 g de agua
- 5 g de levadura de panadería instantánea
- 20 g de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharadita de sal
- 200 g de salsa de tomate
- 100 g de mozzarella
- 100 g de jamón de york
Paso a paso, y ahora qué hacemos
Es momento de mezclar los ingredientes de la masa en un bol: harina, agua, levadura, aceite y sal y mezclarlos bien con una cuchara. Cualquier tipo de harina es útil y la cantidad de agua será aproximadamente de la mitad de la de harina.
Después toca amasar, si no contamos con una amasadora no te preocupes, lo único que haremos será estirar la masa y recoger con la palma de la mano limpia hasta conseguir una masa que no se pega a las manos ni a la mesa, es una masa fina y elástica. Entre 5 y 10 minutos serán más que suficientes. No hará falta enharinar la mesa.
Ahora, dejaremos fermentar la masa tapada. El objetivo es que doble de volumen, pero, ¿cómo sabemos cuánto tardará? En realidad es muy fácil saberlo, si hace frío tardará más que si hace calor. Nosotros la dejamos y cuando suba al doble seguiremos por el siguiente paso.
Una vez que ya haya crecido el doble nuestra masa, la tomaremos y la amasamos ligeramente para que vuelva a su volumen inicial. Ahora te damos dos opciones, puedes optar por hacer pizzas pequeñas o una grande.
Después, estira la masa sin tantas complicaciones, con un rodillo y si no tienes, puedes usar una botella de vino para hacerlo. No te esfuerces mucho en que salga redonda la masa, la forma es lo de menos, si sale cuadrada, rectangular, o incluso puedes ponerte creativo y crear formas divertidas.
Ya que esté lista, es momento de añadirle los ingredientes en este orden: tomate, queso y resto de componentes que desees agregar.
¡Ahora sí, a hornear!
Con el horno precalentado a un mínimo de 230 ºC metemos la pizza, y la dejaremos hornear entre 8 y 10 minutos, hasta que se dore ligeramente, y listo, como resultado tienes una pizza lista para saborear y sin tantas complicaciones.
Si no tienes un horno, hazla al sartén. Echa un chorrito de aceite de oliva sobre un sartén antiadherente. Agrega encima la masa e ingredientes y pon a fuego medio en la estufa. Tapa el sartén con una tapa y deja unos 20 minutos.
Además de que es una manera súper fácil para hacer nuestra propia pizza, la verdad es que puedes hacerlo de manera divertida. Ponte música que te inspire, y si estás solo o acompañado, intenta verlo como algo lúdico y te aseguramos que tu pizza quedará deliciosa.