El 2022 fue un año que algunos sentimos distinto en este lapso que observa el final de la pandemia. Anhelamos que 2023 comience con mucha más esperanza, por lo que el inicio del año es un buen momento para ser generosos con nosotros mismos y buscar ser mejores.
Claro, todos los inicios de año buscamos cambiar o realizar algo, pero todos hemos hecho resoluciones que hemos roto rápidamente, sobre todo cuando regresamos a la rutina.
Sabemos que es complicado hacernos responsables de nuestras resoluciones de Año Nuevo, por lo que si deseas que 2023 sea tu año, ate damos unos cuantos consejos para que te sea más fácil realizar aquello que deseas.
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Propósitos inalcanzables
Para empezar, es muy común ponernos metas que son irrealizables, como bajar “esos kilitos de más” lo más pronto posible, lo cual hace que la expectativa sea como querer escalar el pico de Orizaba cuando nunca hemos practicado alpinismo. Una verdadera tortura y que nos va a desanimar más de lo que nos anima.
Así que el primer consejo es que te propongas metas realistas, que estén situadas en el aquí y en el ahora, no en una expectativa que te quite las ganas al darte cuenta que es inalcanzable. Sé realista y mira lo que puedes hacer hoy, no lo que puedes lograr mañana.
Menos siempre es más
La costumbre dicta que debemos tener un propósito por cada campanada, por tanto, nos deja con 12 propósitos cada año. Si le sumamos resoluciones inalcanzables, se vuelve una carga de estrés considerable, sobre todo por el resto de cosas en nuestra vida que también requieren atención y tiempo. Ahora tiene más sentido que muy pocos realmente cumplan sus propósitos.
El segundo consejo, aunque la tradición dicta que debemos tener 12 propósitos, no es lo más recomendable, es preferible tener unos pocos propósitos realizables, los expertos recomiendan tres. Esto hará que nuestras metas se acoten y podamos trabajar en ellas de la mejor manera. También ayuda poner plazos a los propósitos, ya sea corto, mediano o largo plazo; pero volvemos al punto uno: plazos realistas.
Y no olvides anotarlos en papel, según un estudio de la Universidad Dominicana en California concluyó que tenía un 42% más de probabilidades de lograr metas escritas.
Sé específico
Aunque es común delinear metas generales como tener una mejor alimentación, hacer ejercicio o ahorrar dinero, estas metas terminan por volverse borrosas. Sabemos que siempre es más productivo que en el trabajo te den una tarea específica, a una general; es más fácil dejar las metas que no tienen una esquematización que las que sí la tienen.
Por tanto, el tercer consejo es que seas lo más específico que puedas con tus metas, así podrás tener claro qué quieres lograr y vislumbrar un cómo. Así en vez de “hacer ejercicio”, podría ser “correr 30 minutos cada tercer día”.
Una buena manera de asegurarte de que cumplirás tus propósitos es lograr que todas sean exclusivamente tuyas y estén en armonía con tu vida cotidiana. Es decir, si vives en Monterrey es imposible que tu propósito sea “correr todos los días en la playa”, o en medio de una pandemia “Viajar mucho más”.
Ten claro por qué te lo propusiste
Es común que cuando el estrés de no ver resultados llegue, olvidemos completamente por qué queríamos realizar el propósito y pierda sentido intentarlo. Simplemente si no sabemos por qué vamos a tal lugar, y además la tarea implica mucho desgaste, es más fácil que tiremos la toalla.
El cuarto consejo es que al escribir tus metas también estipules por qué las quieres. Un ejemplo sería, “correr 30 minutos cada tercer día porque quiero mejorar mi circulación”, así cada que pierdas la motivación puedes regresar a esta lista y recordar por qué quieres llegar ahí. Siempre es más simple recorrer el camino si sabemos a dónde vamos y por qué. También puedes buscar apoyo en tus amigos, entrenador del gimnasio, en tu pareja o familiar. Cuéntales qué quieres lograr y pide que te recuerden por qué elegiste esa meta.
Además de esto, es recomendable tener un registro de tus metas, para que así puedas tener de forma más organizada qué quieres hacer y qué has logrado.
Imagen: Gabin Vallet en Unsplash
No hay un “cómo” lograrlo
Por último, pero no por eso menos importante, cuando sabemos a dónde vamos y por qué, pero no sabemos cómo lograrlo, la situación se vuelve estresante y es más fácil dejarla ir.
Así pues, nuestro quinto consejo es que esquematices tus propósitos. Desde el inicio, determina la manera en la que vas a lograr tu meta de, por ejemplo, bajar 5 kilos. Toma en cuenta que los propósitos son un proceso y este necesita una preparación con antelación. No desesperes, si te planteas metas pequeñas diariamente, es más fácil que establezcas un hábito y no pierdas la motivación.
No olvides celebrar tus éxitos, que siempre es un buen incentivo.
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