Momentos como estos pueden ser muy extraños, y es normal estar más ansiosos que de costumbre, lo que sin duda comienza a afectar a nuestra productividad, nuestros ciclos de sueño, e invariablemente a nuestro estado anímico.
Por ello es que para mantenernos tranquilos y animados en estos momentos, sin duda, necesitamos de herramientas para controlar la ansiedad y los pensamientos obsesivos, y así poder afrontar de la mejor manera esto que nos está pasando a todos.
Así pues, según la ONG Trastorno Límite de la Personalidad - México, la cual lleva una larga trayectoria visibilizando la importancia de la salud mental, lo primero que debemos entender es lo que es la ansiedad, es decir, un estado de alerta de nuestra mente para evitar peligro.
Es desencadenada por un cambio en el entorno, ya sea un lugar, una persona, situación u objeto, pero también puede ser mucho más abstracto como el abandono, la humillación y el fracaso.
Ya que hay tantas formas en las que puede expresarse, es preciso que si sufres de una ansiedad muy grave, vayas con un psicólogo para que puedas tratarla según lo que tú necesites.
Así pues, lo primero que aconsejan es detectar cuándo y cómo se desata la ansiedad en ti. Es importante detectar lo que la causa, es porque piensas en algo en específico, en una situación, qué sucede en tu cerebro cuando se desata la ansiedad. Después, es importante ver cómo se manifiesta, qué te pasa físicamente cuando la sientes, así como emocionalmente, qué emociones sientes cuando la experimentas.
Observar las emociones y etiquetarlas es el primer paso para entender qué es lo que sucede en nuestro cerebro. Ellos recomiendan llevar una suerte de diario de sensaciones, donde escribas qué causó tu ansiedad y de qué manera la experimentaste.
Entender conscientemente cómo y por qué se manifiesta tu ansiedad es muy importante para llegar al segundo paso que la ONG plantea, observar tus pensamientos en ansiedad. Y lo primero es notar que es un estado solamente, no es la realidad, y es que estas ideas sólo son la perspectiva de nuestro cerebro en estado de alerta. Por lo que te recomiendan solamente verlos pasar, no involucrarse con ellos.
Y ya que seas consciente de que los pensamientos ansiosos sólo son una forma de ver el problema, es mucho más fácil cambiar al observador. Una manera muy simple de hacerlo es alejarnos del problema, pensando en qué le diríamos si un amigo tuviera ese mismo problema. Otra forma es analizar tu pensamiento, ya que muchas de las veces no tiene lógica. Con estos ejercicios vamos quitándoles poder.
Claro que estos ejercicios son a largo plazo, y necesitan trabajo para a la larga disminuir la ansiedad, y sobre todo el poder que le otorgamos a los pensamientos ansiosos. Pero para controlar la ansiedad al momento, los expertos recomiendan respirar profundamente, con la regla 6-4-7.
Respirar profundamente por seis segundos, tratando de inflar el estómago no los pulmones, retenerlo por cuatro segundo y luego exhalar con los labios fruncidos por siete segundos. Repite hasta que los síntomas de la ansiedad desaparezcan.
La ansiedad no es un camino plácido, pero es controlable si nos conocemos a nosotros mismos. De igual forma, si sientes que la ansiedad ya está dominando tu vida y no sabemos cómo actuar, es imperante que lo consultes a un profesional.