31 oct 2021
Cuando la inmensidad se antepone ante nuestros ojos, los escalofríos que se calan en nuestros huesos y todo el sistema nervioso, hasta llegar a lo más primitivo del ser, para algunos el alma y para otros las redes neuronales, el vértigo que se detona es incomparable a otra experiencia humana que podamos vivir.
Tanto las alturas, como el océano y sus misterios, nuestro planeta y las infinitas cantidades de especies que lo habitan, la indefinible vida celular que nos rodea. Solo hace falta voltear alrededor y caer en cuenta que estamos en medio de la inmensidad misma. Sin embargo, ¿qué hay de lo que habita fuera de nuestra atmósfera?
El universo, el cosmos, el espacio exterior, todos conceptos abstractos que encapsulan el infinito. Algo que parece contener tanto, pero que se vacía al momento de extenderse en su uso. Se trata de lo sublime, de lo que es bello por naturaleza propia pero que de igual manera nos aterra por esa misma naturaleza, la cual resulta completamente misteriosa ante nuestros ojos.
A veces las palabras parecen contrarias a su significado real, es decir, la palabra inmensidad resulta tan abstracta, que puede sentirse nimia y hasta pequeña. Quizá esto sea solo un ejemplo de cómo nuestra mente a veces se hace diminuta ante espectros tan grandes que muy poco entendemos.
¿Qué sabemos del universo? No cabe duda que muy poco. Hasta ahora tenemos la noción de nuestra ubicación en el mapa de luz que hemos construido en estas últimas décadas. Algo hemos descubierto sobre los agujeros negros, exoplanetas y la sospechosa antimateria que, aparentemente, abunda alllá afuera.
El universo es extraordinario, pero también es inhóspito, salvaje, violento, caótico y, definitivamente, aterrador. Mucho se romantiza y se fantasea con la idea de viajar intergalácticamente en el espacio, pero, ¿te imaginas realmente estar fuera de casa a miles de años luz, en una cápsula rodeado de la inmensidad oscura del universo?
De lejos todo es mejor, al menos en este tema, es decir, nadie quisiera nunca estar en el Horizonte de los Eventos de un agujero negro.
Gracias a la incesante búsqueda de resolver lo imposible que motiva a los científicos, nuestros descubrimientos han sido considerables en las últimas décadas. Y aunque todavía no sepamos todo lo que nos gustaría, definitivamente hemos visto la imposibilidad materializarse en diversos escenarios.
En este sentido, y a propósito de las fechas tenebrosas que se acercan, hicimos un recuento con los misterios más espeluznantes que el universo nos ha contado hasta ahora.
Krikalev, el hombre olvidado en el espacio
Arranquemos con una historia cercana a nosotros como especie. Se trata del cosmonauta soviético Sergei Kkrikalev, quien se quedó varado en el espacio mientras su país se desintegraba, literalmente.
Krikalev fue un ingeniero mecánico y cosmonauta de la Unión Soviética y formó parte de la primera tripulación que hizo un viaje largo a bordo de la estación espacial MIR, y a finales de 1990 se preparaba para su segunda misión. Tras un entrenamiento, el 19 de mayo de 1991 partió a una misión de cinco meses. Diez meses después regresó a su planeta, apenas vivo y con un uniforme con una bandera de un país inexistente. De hecho, se le conoce como el último ciudadano soviético.
Saturno y su hexágono
El sexto planeta de nuestro Sistema Solar, Saturno, es considerado uno de los más hermosos por sus enormes y gruesos anillos que pueden observarse desde nuestro planeta sin necesidad de un telescopio de alta tecnología.
Asimismo, recientemente, la sonda Cassini que fue a explorar las cercanías del planeta, nos mostró un misterioso y llamativo hexágono decorando el polo norte del planeta. Sin saber a ciencia exacta qué es, los investigadores han señalado que esta peculiar formación es única en todo nuestro Sistema Solar.
Una de las teorías, que hasta ahora parece la que más sentido tiene, es que esta formación se debe a la consecuencia de los fenómenos que se dan, por una parte, en la zona alta de la atmósfera y por otra en la zona baja. Un gran flujo de aire realiza una trayectoria curva en dirección este cerca del polo norte de Saturno por la zona alta de la atmósfera, mientras que por debajo (donde la velocidad del viento se reduce) surge una estructura hexagonal por la conjunción de vientos cruzados con el flujo de aire original.
El Gran Atractor
Así se le denomina a una espeluznante anomalía gravitatoria situada en el supercúmulo Laniakea (conjunto de estructuras entre las que se encuentra la Vía Láctea). Fue en la década de los 70 que se detectó gracias a los estudios de las microondas. Desde entonces, esta anomalía se relacionó con la capacidad de atraer galaxias situadas en un radio de más de 300 años luz.
Si dejamos echar andar la imaginación, podríamos interpretar a esta anomalía como una Inteligencia Artificial colocada en este punto, pero ¿para qué exactamente? Bueno, no se trata de una IA, pero para intentar entender cómo funciona ubiquémonos en el vecindario galáctico, al cual se le nombra Grupo Local.
Se le denomina así a este barrio galáctico en el que nuestra galaxia se encuentra junto con Andrómeda, la galaxia del Triángulo y otras de menor tamaño, estando entre las dos primeras el centro de masas en torno al cual giran el resto. Todo está en constante movimiento, así como nuestro planeta orbita alrededor del sol, nuestra galaxia también se mueve.
Este Grupo Local es parte, a su vez, del cúmulo de Virgo, un conjunto de alrededor de mil 500 galaxias (las cuales también están en movimiento). Al estudiar el movimiento de todos los elementos, los científicos percibieron que tenían un movimiento hacia el mismo punto: el Gran Atractor.
¿Qué causa que todas se muevan para ese punto? Gracias a los estudios con rayos X, se descubrió que en la ubicación donde este gran área de atracción debería estar había un cúmulo de galaxias mil veces más masivo que la nuestra: el cúmulo de Norma. Sin embargo, a lo lejos había uno 10 veces mayor que este segundo, el supercúmulo de Shapley. Fue así como se dedujo que el tirón que produce la aceleración de nuestra galaxia es este supercúmulo (y no tanto el Gran Atractor).
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