Mientras el escenario del mundo se pausó, se aisló y se distanció, nuestras vidas cotidianas se redujeron a la pantalla, el mundo digital y todas las maneras de interacción pasaron de un apretón de manos al “online”. La soledad, desde su abstracción, se instaló en cada rincón del mundo, pero sobre todo de nuestros cerebros.
El peso de la soledad es mucho más denso para unos que para otros, y lo cierto es que cuando esto pasa, la vida resulta más gris, opaca y a veces una acera infinita en la que la única dirección que se alcanza a distinguir es la del “sinsentido”.
Después de vivir en este escenario pandémico, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió que la pandemia ha incrementado peligrosamente los factores de riesgo asociados a las conductas suicidas, por lo que hizo un llamado a su prevención.
En este sentido, llegamos a las fechas decembrinas en las que los ánimos consumistas se elevan al cien por ciento, junto con el entusiasmo navideño de miles de personas. Entre los regalos, la cena y posibles viajes que se realizan para que la mayoría de las familias se reúnan, ahora que la pandemia ha cedido un poco, sin dejar de existir, habita un alarmante sector de la población que, al contrario, prefiere esconderse debajo de una roca hasta que las fechas terminen.
No por nada, el índice de suicidios lamentablemente se eleva en estas fechas cada año. "Durante diciembre existe una obligación social de estar alegre y los pacientes con este tipo de trastornos (depresivos) no logran incorporarse a este escenario, aumentando su percepción de soledad", explica el jefe de Salud Mental de Centros Médicos Vidaintegra.
A pesar de que para muchos se traten de fechas de “armonía y paz”, como dictan los villancicos, para otros es la recta final de una depresión no atendida, y alimentada de la ansiedad de un mundo en el que la rapidez y sus aspiraciones son navajas en la yugular.
Somos demasiados habitantes en el mundo, pero no cabe duda que el hecho de que cada 40 segundos una persona se quite la vida, especialmente en jóvenes entre los 15 y 29 años, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), es algo en lo que vale la pena reparar.
No es mera coincidencia que esto suceda principalmente en países de ingresos bajos y medianos. Sobre todo cuando reflexionamos en el sistema social y económico en el que estamos, mientras las aspiraciones se vuelvan más inalcanzables, las decepciones y frustraciones arrasan con el terreno de la salud mental, hasta llegar al borde del colapso.
Otoño, o la caída, por como se le reconoce en inglés, trae el cambio de época y cierre de un siglo, y así estamos acostumbrados a recibir estas fechas en México. Pero sin caer en la romantización de un problema grave de la salud, que puede sufrir cualquier ciudadano del mundo, será mejor actuar y tomar medidas.
Porque si eres de los que ven de color gris estos días, es mejor que sepas cómo manejarlo mejor. Claramente, daremos consejos que ayudan a subir el ánimo y son recomendaciones de profesionales, pero recuerda la importancia de acatar la responsabilidad sobre tu salud mental. Siempre es mejor asistir con un especialista, sobre todo cuando ves que se trata de un problema pertinente.
Empecemos por lo más sencillo: planeación
Algo que ayuda a recuperar un orden mental y darle cierto sentido a nuestros días es saber qué hacer. Tener una meta para ejecutarla, en la que durante el proceso vamos a experimentar, entre muchas otras cosas, una distracción de los pensamientos que pueden desanimarte. Así que será mejor empezar con una agenda decembrina y colocar objetivos que tachar para ir organizando el mes, ya sea desde las cenas entre amigos, familiares, de trabajo, hasta los detalles que requiere cada una de estos.
Siempre es saludable estar rodeado de gente y entornos positivos
Por muy huraños que podamos ser, el ser humano es un ser sociable que por naturaleza y cuestión evolutiva necesita de los demás para sobrevivir. Entonces lo importante, en estas fechas en que podemos sentir que el peso del mundo, los propósitos de cada año no cumplidos y demás problemas del exterior que nos agobian, es construir una red de apoyo entre conocidos, ya sean familiares o amigos para que no nos dejemos vencer por esta depresión decembrina.
También, otra forma de combatir estos días puede ser ejercitarnos
Al momento en el que nuestro cuerpo se mueve con ejercicio genera sustancias químicas que ayudan a nuestro cerebro a hacerlo sentir bien y con más claridad.
Además de estos sencillos consejos, otorgados por especialistas en temas de salud mental, podemos agregar uno último que nos hará sentir mejor y quizá hasta pueda resignificar estas fechas…
Crea una nueva tradición
Parece tonto, pero si cambiamos lo que hemos venido haciendo todos los años para estas fechas y creamos una nueva tradición, aunque sea pequeña, es muy probable que el gris empiece a diluirse en las navidades futuras. Lo más recomendable de este paso es que lo lleves a cabo en compañía de familiares o amigos para que el resultado sea mejor.
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