Cada vez estamos más cerca de celebrar el solsticio de primavera, esa época en la del año en la que el Sol se estaciona en su punto más cercano a la Tierra en el hemisferio norte. Mientras que el hemisferio sur se colorea de tonos amarillentos y rojizos, con las hojas secas que deja el otoño, nosotros disfrutamos de la entrada del calor.
La llegada de la primavera también nos acerca al verano, esa época de diversión y vacaciones, entre el calor y los días soleados. Sin embargo, más allá del estridente violeta de las jacarandas, el aroma de las flores renaciendo y el verde intenso de los jardines que aparecen en esta época, lo cierto es que la primavera también conserva su esencia mística ancestral.
En el pasado, la primavera no sólo representaba el inicio del calor, pues para distintas culturas también era el momento perfecto para la siembra. Además, también era vista como el comienzo de un nuevo ciclo en donde la vida nace en diversas formas, trayendo consigo energía positiva. Así que sí, si quieres sumarte al hashtags para #vibraralto, o simplemente quieres vivir un equinoccio distinto, te sugerimos tres zonas arqueológicas para visitar.
Es decir, no es ninguna novedad que estos sean los sitios más visitados durante el equinoccio, pues toda la carga ancestral que contienen, junto con su paz y tranquilidad, es lógico que hoy en día la gente se sume con vestimentas blancas para reconectar con la energía solar y la ancestral. Recuerda que ahora vivimos tiempos extraordinarios, por lo que es de suma importancia recordar las medidas de higiene y seguridad, para evitar contagios.
Malinalco
Se trata de una zona arqueológica ubicada en el Estado de México, y aunque se le conoce popularmente como “el cerro de los ídolos”, en realidad su nombre significa “lugar donde se adora a Malinalxochitl”, la diosa y hermana de Huitzilopochtli.
Se cuenta que, durante la época prehispánica, era un centro de vigilancia y control, y también fue un centro de ceremonias de iniciación de los guerreros águila y jaguar. Definitivamente es una excelente opción para disfrutar de la entrada de la primavera, sobre todo por su carga energética y la historia que habita en sus ruinas.
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Xochicalco
Su nombre significa, “en el lugar de la casa de las flores”. Se trata de una zona arqueológica localizada en Morelos, muy cerca de Cuernavaca. Sus ruinas sugieren influencias teotihuacanas y mayas por los relieves de las serpientes emplumadas en su templo.
Lo más peculiar de este recinto, es que tiene un observatorio astronómico construido en el techo de una gruta. Además, es el sitio perfecto para observar la luz del sol entrar por una chimenea de la gruta, iluminando así el interior y formando un hexágono. De hecho, se cree que era un instrumento para observar y medir el paso del sol.
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Tula
En sí, Tula tiene dos significados provenientes del náhuatl. En el primero, encontramos que se refiere a “lugar de tules o juncos”, mientras que el segundo se refiere a “ciudad o metrópoli”. Los Atlantes de Tula, son un sitio perfecto, y muy cerca de la ciudad, para recibir a la primavera.
Se trata de cuatro figuras antropomorfas que pertenecieron a la cultura tolteca y están sobre la pirámide B, en la zona arqueológica de Tula.
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