Shawn Mendes es un cantautor oriundo de Canadá, y además de ser muy bien parecido, sin duda tiene un carisma que a más de una fan tiene locamente enamorada. Mendes es lo que habría pasado si Justin Bieber no hubiera resultado ser un patán.

Esta autenticidad lo demostró desde que tenía 14 años, donde él mismo comenzó a gestionar su carrera, y después de que Ludacris encontró a Bieber en YouTube haciendo covers, esta plataforma se llenó de personas ansiosas por ser descubiertas desde casa, por lo que la visibilidad se volvió nula. Así que el pequeño Mendes decidió hacer lo que nadie estaba haciendo: utilizar Vine para hacer lo mismo.

Así fue que antes de que una disquera lo encontrara, se volvió una pequeña celebridad en línea con millones de visitas, likes y seguidores en Twitter. Iba a convenciones pequeñas a saludar a sus fans y convivir con viners.

Al poco tiempo, fue que la disquera firmó con él y comenzaron a utilizar de buena forma a su base de fans bien cohesionada. En 2015, Handwritten fue lanzado como su primer álbum después de una gira como telonero de Austin Mahone, y aquí es donde comienza uno de los grandes aciertos del canadiense: hacer que sus fans se sintieran partícipes.

Lo que hizo fue que alentó a que sus fans a comprar todos los álbumes en las tiendas, ya que algunos de los ejemplares físicos tenían un boleto dorado que les daba la opción de conocerlo en persona, y verlo actuar en un destino tropical. 

Aunque fue criticado, funcionó y su primer álbum salió volando de los estantes, vendiendo 119,000 unidades (que para tiempos post crisis del disco, son muchísimas) en la primera semana. Claro que sin una base de fans tan sólida, y que se sintiera identificada con la estrella, sin duda esto no hubiera pasado.

Esta estrategia llevó a Mendes a obtener la corona de la lista Billboard 200, siendo el artista más joven en obtener este galardón.

Y estas estrategias mediáticas no se quedaron ahí, ya que para anunciar su segundo álbum de estudio, Illuminate, recurrió a una de las series más famosas entre el público meta de Mendes: The 100. Lo que hizo fue cantar en un episodio de la tercera temporada, y al poco tiempo anunció su siguiente álbum.

Además de llegar a sus fans, también lo hizo con un público que antes no tenía e incrementó su fanbase, ya que al poco tiempo, anunció su segunda gira mundial.

Y es que sin duda, la conexión que tiene con sus fans, es una de las razones por las que es tan adorado por el público. Como lo explica su manager:

Los fanáticos y el público en general están tan acostumbrados al acceso ilimitado. Entonces, ¿hay algún límite? Realmente no hay uno. Los fanáticos probablemente conocen [a las estrellas del pop] mejor de lo que cualquiera debería conocer a alguien.

Tener acceso a todo de ellos, y que ya no te miran desde lejos, es uno de los mayores atractivos para los fans actuales, además de una autenticidad que no se siente plástica, sino natural, como la que Mendes proyecta.

Por ello, es que su siguiente movida fue el video de “There's Nothing Holdin' Me Back” donde básicamente el cantante se enamora de una fan. El sueño hecho realidad de millones, por lo que cumplir una de las fantasías de muchas, sin duda fue una gran estrategia de su equipo. Justamente el “acceso ilimitado” del que habla su manager.

Una relación uno a uno, es esquema de éxito al que le están apostado muchos de los equipos de marketing de los artistas que aún no son mundialmente conocidos. Y ahora, es más simple gracias a las redes sociales.

Así pues, el éxito de Mendes ha necesitado de muchas estrategias de marketing, pero sin duda, todo se ha basado en su personalidad y sus fans leales que lo han mantenido en el cohete de ascenso.

Y es como que ahora en 2019, después de lanzar su tercer álbum, Shawn Mendes, llega a México con nada más y nada menos que tres fechas en el Palacio de los Deportes, y una en Monterrey en el Auditorio Citibanamex.

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