A pesar de que muchas personas desdeñan los videojuegos por considerarlos un desperdicio de tiempo y mero momento de ocio, así como por su capacidad casi hipnotizante de atrapar a quien se fascina por ellos, varios estudios científicos han arrojado varias ventajas que se obtienen por practicarlos. 

¿Se puede aprender de los videojuegos? Alejándonos de viejas polémicas que no son fáciles de determinar y llegan a dudas eternas, aun del libre albedrío, como que algunos videojuegos alientan a la violencia, no son pocos los estudios que aseguran que los juegos pueden ayudarnos a desarrollar y potenciar determinadas habilidades que podemos aplicar en la “vida real”, beneficiándose nuestras relaciones personales e incluso nuestra capacidad neuronal.   

Lo cierto es que los niños nacidos después del año 2000 han estado inmersos en un contexto plenamente tecnológico, es decir, que nacieron con computadoras, teléfonos inteligentes, tablets y consolas de video al alcance de la mano. Lo curioso se da cuando un niño puede distraerse fácilmente en la escuela, pero puede pasar varias horas concentrado para resolver el problema que le plantea un videojuego. Así que muchos de ustedes, quienes empezaron por jugar arcades, sin darse cuenta pudieron heredar muchas habilidades que al día de hoy siguen practicando.

Por supuesto, una cosa es jugar, divertirse o dedicarle conscientemente tiempo a un videojuego, otra es evadir, volverse compulsivo o alienarse. Sería similar con casi toda la experiencia humana, en otras palabras: todo con medida.

A continuación, te mostramos una serie de habilidades y beneficios que los videojuegos pueden aportar a tu día a día: 

Toma de decisiones 

Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Rochester reveló que las personas que juegan videojuegos de acción demostraron tener una mejor toma de decisiones en su vida, después de tener que sopesar y analizar los distintos escenarios que se les presentaban.  

Solución de problemas 

En todo videojuego hay un desafío. Algunos juegos pueden ser mecánicos, como Space Invaders. Pero otros, desde los rompecabezas y los de misterio, hasta la administración de ciudades o imperios virtuales, ofrecen a los jugadores la oportunidad de encontrar una solución a un problema.

Algunos investigadores dicen que quienes juegan estos videojuegos mejoran en tres áreas: planificación, organización y pensamiento flexible.  

Reducen la ansiedad y el dolor 

En 2010, durante la convención anual de la American Pain Society, compartieron datos a la comunidad científica en los que se explicaba cómo las endorfinas que se liberan al jugar videojuegos logran reducir el nivel de estrés y dolor en pacientes que reciben tratamientos como la quimioterapia. 

Liderazgo y socialización 

Uno de los estereotipos más asentados dentro del mundo de los videojuegos, es que el jugador es una persona solitaria, introvertida, con poca vida social. Los jugadores han sido visto tradicionalmente como personas aisladas, casi sin futuro, desconectados de la realidad que les rodea. La verdad es que, desde la llegada de las primeras consolas, jugar ha sido una forma de socializar, juntando a varios amigos enfrente de la pequeña pantalla.  

Carreras profesionales en videojuegos, ¿Por qué no? 

Recordemos a Kyle “Bugha” Giersdorf, ganador de 16 años de la primera copa mundial de Fortnite por lo cual se embolsó 3 millones de dólares. Así como ocurre en los deportes profesionales, la probabilidad de convertirse en un jugador profesional de videojuegos es muy baja. Sin embargo, la industria de los videojuegos está creciendo mucho más rápido que los deportes tradicionales y el entretenimiento. Existen muchas profesiones en esta industria, como programación, mercadotecnia u organización de eventos. 

Entonces, dedicar horas, días, semanas y meses a algunos videojuegos no significa una pérdida de tiempo, por el contrario, el desarrollo de estas habilidades puede suponer una ventaja en muchos ámbitos de nuestra vida, es obvio que siempre todo es mejor con gusto y responsabilidad. 

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Foto: Adobe Stock.