Estamos en tiempos extraños, por lo que poner en tela de juicio ciertos aspectos de nuestra vida parece el pan de cada día en cuarentena. No hay mucho qué hacer, por lo que atender nuestra salud mental también es un must.
Ahora, tal vez las ocupaciones del día a día antes de la cuarentena nos hacían dejar de lado ciertas cosas que nos pudieran incomodar pensar, como cuál es el estado real de nuestra relación de pareja.
En realidad es un tópico muy amplio, porque cada pareja es distinta y puede tener sus variantes y acuerdos propios que funcionan para ellos, por lo que aquí en este artículo hablaremos generalidades que cada cual debe poner en contexto.
De igual forma, también hay muchas señales que pueden hablar de un estancamiento en la relación, más no un final próximo. Como mencionamos, todo tiene que ver con tu relación particular, pero si sientes que algo no va bien y quieres hacer algo al respecto, sin duda, te recomendamos ir con un experto.
Peleas cada dos por tres
Las discusiones son sanas, sin duda, es parte que no debemos de obviar como humanos, el punto aquí es cómo se resuelve el conflicto, cómo se desarrolla y por qué. Por ejemplo, no es lo mismo discutir por un punto de vista distinto sobre una acción del otro que puede ser molesta, a pelear por dónde se guardan los trapos en la cocina.
Y es que en esos momentos pareciera que más bien se pelea por el elefante en la habitación que aún no se ha hablado propiamente, o no hay un punto de comunión, y ceder parece la mayor traición a uno mismo.
Peor aún es cuando se cruza la línea del respeto, esto es una señal que no se debe obviar.
Si esto está sucediendo, sin duda, es una de las principales razones por las cuales deberían de cuestionar qué está pasando. Si ya no desean escuchar al otro, si no tener la razón a toda costa, es muy probable que se vuelva una rutina muy desgastante que al final los deje mal parados.
Tiene solución, pero tiene que hablarse.
Renunciaron al sexo
Esta cuestión es muy íntima, y cada pareja se comporta de forma distinta, con la frecuencia que los haga sentir cómodos y bien. Pero si hay una total ausencia, y tampoco hay muestras de afecto entre los dos, sin duda, podríamos hablar de un problema que necesitará una conversación al respecto. Muchas veces puede ser a causa del estrés o del cansancio, pero si realmente ya no hay intimidad entre los dos, ni ganas, es muy probable que estemos en presencia de una señal de que hay algo que no funciona.
La ley del hielo
Cuando hay un problema en la pareja y uno de los miembros decide imponer la ley del silencio durante un tiempo y no explicar qué le sucede o qué piensa, está causando un daño mayor al otro.
Esta técnica es una forma de mantener el control, de crear incertidumbre y de manipular o incluso “maltratar” al otro, que no sabe qué hacer ni qué ha hecho mal. La única manera de que una relación funcione y lo haga de un modo saludable es dejar el ego de lado, hablar, escuchar y empatizar.
Si esto es una constante en tu relación, sin duda, no podemos hablar de que funcione muy bien si hay un otro con el poder en todo.
Falta de confianza
Aunque esto es muy fácilmente llevado a no confiar en el otro porque ha traicionado o una de las partes cree que puede traicionar, en realidad la falta de confianza se puede llevar a muchos otros aspectos en pareja. Desde no querer contarle al otro algo personal, porque te sientes atacado, hasta dejar de tener tiempo a solas porque ya no se desea compartir momentos o secretos.
Claro que muchas de estas acciones suelen ser inconscientes, por lo que es muy importante hacer una valoración propia de lo que funciona o no.
Ausencia de metas
Desde aspectos más básicos, como las vacaciones y los viajes, hasta temas más importantes como el tener hijos o comprar una casa. Sin metas comunes nos podemos ver inundados por la apatía y la pareja puede romperse.
Así pues, nunca hay que perder de vista que una pareja es de dos, por lo que las dos partes deberían de estar por la labor de solucionar las cosas. Pero si hay uno que definitivamente y conscientemente no desea hacer algo por la relación, también hay que saber respetarlo aunque duela.
Sin duda, todo esto es una cuestión de empatía y de amor con el otro, donde el respeto y la confianza debe de ser la base de todo. Y si desean continuar, es muy válido recurrir a un experto que pueda orientarlos de la mejor manera.