No solo recordamos las películas con los personajes Bill S. Preston (Bill) y Theodore Logan (Ted) porque fueran coestelarizadas por el siempre memeable (y adorable) Keanu Reeves, en el papel de Ted, sino también porque fueron unos hitos y reflejaron la ligereza que habitaba la cultura pop de finales de los 80 y comienzos de los 90.
Los filmes de este dúo fueron una versión casi previa y con menos humor slapstick que otras películas similares, como Wayne’s World (con Mike Myers), y explotaban los estereotipos de jóvenes no solo medio brutos, sino idealistas y suaves, que anhelaban emocionarse, nunca perdían la oportunidad de aventarse un palomazo de air guitar, profundizaban sobre la fraternidad, exploraban el tiempo-espacio, se divertían, aprendían de sí mismos y mejoraban el mundo. Lo mejor, todo lo hacían sin sermonear o presumir alguna superioridad. Es más, ni siquiera existían las redes sociales online. Por el contrario, estos amigos se embarcaban en grandes aventuras apoyados por un ingrediente esencial: la buena onda.
En las películas de 1989 y 1991, dirigidas por Stephen Herek (Bill & Ted’s Excellent Adventure) y Peter Hewitt (Bill & Ted’s Bogus Journey), respectivamente, Bill y Ted eran un par de jóvenes medio sonsos, aunque divertidos, cálidos y hambrientos de experiencias. La frescura de los filmes regalaba imágenes delirantes. Destacaba cómo ellos interactuaban con personajes como el de la Parca, la Muerte, construido como una versión divertida y chabacana, casi de MTV de los 90, de la que jugaba partidas de ajedrez con un famoso caballero medieval, interpretado por Max von Sydow, en el clásico El Séptimo Sello (1957) de Ingmar Bergman. Por si fuera poco, Bill y Ted también viajaban por el tiempo en cabinas telefónicas voladoras sin saber por qué y eran siempre ingeniosos, amables y disfrutaban la música de bandas como Faith No More o Van Halen.
Durante un largo tiempo no tuvimos noticias de este par de exjóvenes fritos hasta que el año anterior se concretó la filmación de Bill y Ted Face the Music, que estuvo en veremos por casi una década y obtuvo el financiamiento necesario para que finalmente sucediera la reunión de los actores Keanu Reeves y Alex Winter, casi 30 años después de haber interpretado a estos personajes por primera vez.
Con el apoyo de Reeves y Winter, la película fue escrita por los guionistas de las películas originales, Ed Solomon y Chris Matheson, mientras el director de Galaxy Quest (1999), Dean Parisot, dirige esta tercera parte. Descrita como una historia que toma elementos de Un Cuento de Navidad, el estreno muestra a unos Bill y Ted de mediana edad, que deben lidiar con la naturaleza de sus vidas familiares. No obstante, cuando la estructura del espacio, el tiempo y la futura sociedad utópica que habitan comienzan a peligrar, el par de amigos debe escribir la canción épica que estaban destinados a crear en el pasado, para salvar la humanidad, ahora acompañados de sus hijas y, de nuevo, claro, de la Parca (William Sadler).
Las malas rolas de este excelente dúo nos unirán ahora que Bill and Ted Face the Music se ha estrenado en los cines de México.