Experimentar con el sonido de un instrumento tan antiquísimo, como el violín y las posibilidades que habitan en cuatro cuerdas ha sido el camino que Sarah Neufeld ha emprendido. La violinista del emblemático grupo de música canadiense Arcade Fire, además de compartir su talento con las demás mentes creativas que forman la banda, se ha dedicado a su proyecto solista desde el 2011.
No es la primera vez que tendremos el privilegio de escuchar en vivo el proyecto de esta prestigiosa violinista, recordemos que años atrás también vino a México con Colin Stetson, saxofonista de Arcade Fire. Ahora Neufeld viene a la Ciudad de México con otro integrante de la banda, se trata de Jeremy Gara y se estarán presentando el 16 de octubre en el 316 Centro.
Desde la vertiente experimental, el sonido de Neufeld se puede catalogar como uno emotivo y minimalista. En su biografía menciona influencias de figuras desde Bartok, Arthur Russell hasta Aphex Twins. Hasta ahora ha concretado tres álbumes, siendo Hero Brother (2013) su primer material en solitario, después lanzó el disco Never Were The Way She Was (2015), con el saxofonista de Arcade Fire Colin Stetson, y su más reciente trabajo es The Ridge (2016) el cual trabajó junto con Jeremy Gara. Actualmente, se encuentra trabajando en su tercer material que será lanzado en 2020.
A la par de estar componiendo su próxima obra, la violinista canadiense ha seguido la línea de su carrera artística al haberse encontrado con una de las mejores coreógrafas en la actualidad. Se trata de Peggy Baker, con quien coincidió en 2015 para empezar a colaborar en la pieza de danza contemporánea Who We Are In The Dark. Neufeld compuso toda la pieza en violín para este trabajo, mientras que Jeremy Gara se encargó de los sintetizadores y percusiones para el acto.
Peggy Baker se había retirado cinco años antes de haberse encontrado con Sarah, y en sus propias palabras, ella pensaba: “Si voy a regresar al escenario, tiene que ser una aventura completamente nueva. Necesito trabajar con alguien inesperado. Entonces pensé, quiero trabajar con la mujer joven del mundo del indie rock”.
¿Qué es la oscuridad? Y sobre todo, ¿qué oscuridad vive en nosotros? La línea argumentativa de la obra completa de Neufeld, Gara y el trabajo físico y corporal con los bailarines que emprendió Peggy Baker conformaron en su totalidad una ruta hacia la respuesta de estas preguntas. La conjugación entre la danza y la música, dos lenguajes completamente abstractos conviviendo en un mismo instante y un mismo reflector ha sido, desde siempre, una de las formas de expresión artísticas más apreciadas dentro del mundo del arte.
Pareciera que desde la abstracción de un sentimiento, es más fácil darle forma a lo que experimentamos en la vida diaria. Quizá no haya una palabra para expresarlo, pero sí unos acordes y unos movimientos corporales que lo dibujen en su comprensión. Si lo piensas, en realidad las maneras en las que nos comunicamos todo el tiempo son en su mayoría a través del lenguaje corporal, más que cualquier otro. Por eso la danza es una de las abstracciones del ser que sigue motivándonos a explorar en ella, incluso cuando sólo somos espectadores.
Respecto al trabajo de composición que realizó Neufeld en conjunto de Baker, la violinista mencionó, en una entrevista para Banff Centre for Arts and Creativity, que trabajar a la par fue atinado para que esta obra surgiera en su totalidad: “Me resulta inspirador y fácil llegar a ideas musicales y materiales cuando me siento respaldada por algo tan energéticamente palpable”.
El trabajo entre Neufeld y Gara tomará vida para los oídos mexicanos que se presenten en 316 Centro el día de mañana 16 de octubre, todavía alcanzas boleto y si planeas ir de una vez consíguelos, te advertimos que el lugar es muy pequeño, ventaja para la cercanía con estas mentes creadoras y el sonido que producirán, así que no lo pienses más y consigue tus boletos aquí.