El escenario del mundo está cada día más cerca de parecerse al de una película distópica apocalíptica. Sin afán de ser alarmistas ni subrayar de amarillo esta frase, lo cierto es que el planeta se encuentra en números rojos que exclaman una señal de auxilio.
No por nada, ahora vemos por todas partes las tendencias, likes, hashtags y miles de campañas y discursos que incitan a disminuir nuestro impacto ambiental. Porque más allá de que pueda ser un tema instagrameable o popular, se trata de algo que nos compete como especie.
Sin aventarnos a la orilla del drama, o la clásica tragicomedia que nos vendemos día con día, entre lo que es real y el humor con el que la sobrellevamos, mejor hablemos de cómo ser parte de un cambio positivo, desde algo que jamás imaginamos sería parte de la solución: el ejercicio.
Plogging y su doble impacto
Primero que nada, ¿has escuchado hablar del plogging? Bueno, se trata de una serie de ejercicios que además de brindarnos calidad física y mental, también ayuda al planeta. ¿Cómo es posible que un ejercicio ayude al mundo?
De ahí viene todo lo interesante, este tipo de ejercicios tienen un gran impacto positivo que ayuda a sanar al medio ambiente. No se trata de la fórmula mágica que derribará todos los problemas que ya vivimos, pero sin duda, se trata de una solución sutil y efectiva.
Más allá de los discursos adoctrinantes o regañones en los que no queda de otra más que agachar la cabeza y asentir sin mucho entusiasmo, lo cierto es que es imposible no reconocer la crisis climática en la que estamos sumergidos.
Sin embargo, todavía hay oportunidad de hacer algo y como dirían nuestras abuelas, “empecemos por nosotros mismos”. Porque es verdad que muchas veces los pequeños cambios son los que, como fichas caídas de dominó, van contagiando nuestro entorno y convirtiéndolo en uno mucho más amigable para todos.
Esta tendencia trata más o menos de algo así, nos invita a cambiar nuestro chip para hacer de algo individual algo colectivo. Repensemos nuestras actividades solitarias, en un cambio positivo para todos.
Qué es exactamente el plogging
Con la clara y fundada tesis de combatir el problema de los plásticos en el planeta, o por lo menos de aminorarlo, el plogging propone salir a caminar o trotar con la iniciativa de detenernos rápidamente cada vez que veamos basura en nuestro recorrido y recogerla.
Esta tendencia comenzó en 2016 en Suecia, país en donde la atención hacia la crisis climática se ha potencializado desde que la activista Greta Thunberg ha hecho un llamado urgente sobre el tema. Desde entonces, la tendencia se ha convertido en una internacional en los últimos años.
Aunque se trata de una rutina un tanto sencilla o, mejor dicho, impráctica, ya que por una parte interrumpe el ritmo de los corredores, y por otra no genera un cambio radical, es una excelente iniciativa para reparar en la conciencia ambiental de manera saludable y entretenida.
Más allá de que sea o no la solución, lo cierto es que está teniendo gran impacto mundial por la facilidad que representa y el cambio, aunque sea pequeño, que ofrece a nuestro alrededor.
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