Como su símbolo lo describe, un centauro apuntando una flecha hacia lo alto, sagitario es soñador. Los nativos de este signo viven en una dualidad entre sus propios instintos animales y sus deseos intelectuales. La dualidad que vemos con Don Quijote y Sancho, pero en un mismo individuo. 

La riqueza y variedad en la naturaleza de sagitario lo convierte en un signo alegre, jovial, incluso muchos suelen ser amantes de los deportes extremos y de los paseos al aire libre. Cualquiera que sea nativo de este signo sabe que los sagitarios muy pocas veces renunciarán o evitarán la aventura, el factor sorpresa que la espontaneidad puede ofrecerles es el fuego que los mantiene con vida. 

La espiritualidad e intelectualidad son dos fuertes pilares de los que sagitario se sostiene. Por lo general los nativos en este signo son excelentes compañeros por su liviandad y carismático humor. Aunque también tienden a desenfrenar tanto sus cóleras y molestias con tanto fuego como sus instintos primitivos lo permitan. 

Regresando a su símbolo, este signo es un soñador, busca siempre ampliar sus horizontes, por eso no es raro conocer a un sagitario que viaje tanto como pueda. Igualmente, en este afán soñador busca siempre el orden y la justicia social, por lo que quizá también se le vea involucrado en el activismo de manera habitual. 

La temporada de celebración y fiesta ha llegado, hablamos de la recta final del año que, casi sin querer, trae fiestas consigo en la coincidencia de este signo. Si no es en la aventura o contemplación, siempre podrás encontrarte a un nativo sagitariano en alguna fiesta o evento multitudinario. 

¿Qué libro describe a su perfección a cualquier sagitario? O mejor dicho, en qué novelas o historias nos encontramos características que podrían ser de un sagitario, o que a cualquiera que haya nacido en estas fechas le podría encantar. Ahora te contamos si los libros tuvieran signo, qué libros serían sagitario. 

Meth Z, de Gerardo Arana

Para empezar hablamos de un escritor mexicano que trascendió en la literatura underground de México para convertirse en una leyenda de la que todos, o al menos los artistas, queremos ser parte. Con una narrativa atrevida y sin escrúpulos, Arana solo nos demuestra lo excelente lector que fue durante su vida, además, también devela una estética contemporánea en la que es inevitable atender al México de hoy en día. Desde una visión clara sobre la política del país, hasta su perspectiva humana a través de conductas y personalidades peculiares y severamente honestas en cada uno de sus personajes. Podríamos afirmar que se trata de una novela sagitariana por el descaro y la sed de aventura que en ella se concentra. 

“Esta novela, a manera de trilogía inconclusa, se emparenta lo mismo con Samuel Beckett que son Stephen Hawking: un sitio donde las leyes del tiempo y el espacio no se cumplen, un lugar donde las coordenadas narrativas se devoran a sí mismas. Meth Z es un experimento, donde los personajes sintetizan una droga que les permite escribir; además construyen una máquina para crear novelas a partir de fragmentos de Macedonio Fernández y Roberto Bolaño. Esta es una obra que narra su propia génesis: es ciencia ficción, película de viaje y un acto de magia que involucra una mezcla de crímenes y de callejones que aparentan ser infinitos”. 

Los vagabundos del dharma, Jack Kerouac 

La búsqueda espiritual y de aventura no podría definirse más en las novelas del escritor estadounidense, Jack Kerouac. De esta forma, recomendamos esta novela y la consideramos especialmente sagitariana por tratar ambos temas de manera tan sutil y exquisita que no podríamos negar que se trata de una búsqueda implacable en la que el reconocimiento propio viene de primera mano.

Es decir, antes encontramos la aventura que representa viajar al centro de uno mismo, que la aventura en sí misma. “El libro trata un viaje físico y espiritual de cómo llevar una vida más tuya (porque libre no sería la palabra), conectada con la naturaleza (la totalidad de la naturaleza), caminar en el Dharma como un Bodhisattva, el camino hacia la iluminación propia y para los demás seres con los que te vas encontrando”. 

El nombre del mundo es Bosque, de Ursula K. Le Guin

Sobre aventura y ciencia ficción, cualquier sagitario ama el género por la posibilidad de aventura, pero también por la reflexión y la crítica social que en ella habita. 

”En el planeta Athshe, el ciclo de la vida, la cultura, las costumbres, los modos mentales nacen y se desarrollan en la estabilidad autónoma del cosmos, pero la llegada de una expedición terrestre cambiará dramáticamente el pacífico modo de vida de los nativos del planeta”. 

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