El rock, un género difícil de describir. El cliché del rockero vestido con botas y chamarra de piel está en peligro de extinción. En la actualidad las bandas de rock no se interesan tanto por cantarle a las injusticias, como es el caso de Molotov o El Tri, ahora la mayoría se enfocan más por “expandir las capacidades astrales de la mente” en el buen sentido de la palabra, para experimentar nuevos sonidos. En pocas palabras, es un género complicado de explicar, pero no de gozar.
Hoy en día le cantan al (des)amor, ya que a cualquiera en el mundo le gusta enamorarse y parece que después sufrir, eso nunca va a cambiar. La banda Reyno seguro lo sabe, ha tomado ese gran reto y lo ha sabido plasmar con gran talento.
Conformada por Christian Jean (Guitarra y voz) y Pablo Cantú (Batería), Reyno, ha demostrado que el rock no es sólo ser un rebelde sin causa o escuchar un estrepitoso “solo” de guitarra. También habría que ser inteligente al expresar nuestros fantasmas internos, esos monstruos que muchas veces nos tienen encadenados.
Reyno, con una propuesta un tanto arriesgada, pretende transmitir emociones con letras sinceras y una ejecución suave. De esta manera ofrece un viaje sonoro entre el pop y el rock que la misma banda ha definido como música para soñadores.
Tres discos, si bien los han llevado a donde están ahora, para ellos han quedado atrás. Más allá de pensar cómo han conseguido lo que tienen hasta ahora, para Reyno es más importante explorar el siguiente camino. Por eso que deciden mirar en otra dirección. Dejan atrás el aire melancólico e introspectivo para apostar por un nuevo sonido en “Ríos”. Este místico sencillo nos recuerda la fragilidad de la música con la que podemos llegar a conectar tan fácilmente estando en un momento de debilidad; es un instante importante porque es cuando más atención ponemos a la letra. Y no me refiero a debilidad como algo negativo, debilidad antes de dormir, debilidad al despertar, debilidad al sentarnos cinco minutos durante el día a descansar… Son esos momentos en los que aparentemente queremos desconectarnos de todo lo que pasa alrededor y justo ese es el momento en el que nos mostramos más humanos, el instante en el que nuestro cuerpo, mente y alma vuelven a ser humanos.
A diferencia de las canciones de sus producciones anteriores, “Ríos” revela un carácter energético y extrovertido en comparación a los temas de sus álbumes anteriores, con una marcada línea introspectiva y atmósferas más densas.
Acompaña a Reyno a su último concierto de este 2019, la cita será en La Glotonería (Santiago de Querétaro) este próximo 14 de diciembre a partir de las 21:00 horas.
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