Despejar la mente después de un largo día de trabajo es esencial para nuestra supervivencia. Sobre todo ahora, ante la situación mundial en la que nos encontramos, cuando nuestro espacio personal se convirtió también en el laboral en algunos escenarios, o simplemente tomando en cuenta el contexto pandémico que vivimos.
La dinámica del home office conlleva muchas ventajas, pero ante lo que vivimos, puede convertirse también en un arma de doble filo. Porque incluso cuando estamos en nuestro espacio, es necesario cambiar de escenario o actividad para no sentirse sofocados o atiborrados de lo mismo.
Cambiar de aires, dirían nuestros abuelos, y aunque parezca que no podemos hacerlo, siempre hay maneras de despejar la mente y el cuerpo sin necesidad de escapar a la montaña más lejana del mundo.
Además de tratarse de algo de sentido común, la ciencia respalda esta necesidad de liberar la mente. Por ejemplo, Travis Bradberry, autor del libro Inteligencia emocional 2.0: Estrategias para conocer y aumentar su coeficiente, “uno puede ser más productivo si controla sus emociones para permanecer calmado cuando se vive bajo presión”. Porque más allá de despejarse por gusto, uno en verdad lo necesita por propia salud mental y física, y poder ser una persona productiva en su día a día.
Sin más, a continuación te damos algunas sugerencias apegadas a Bradbery y sus estudios, para que despejes la mente. Elegimos las que consideramos mejor se apegan a la situación que vivimos hoy en día por la contingencia que aún se vive.
Imagen: JillWellington en Pixabay
Ejercicio en casa o con sana distancia
Esta actividad es fundamental para una vida saludable en todos los sentidos. Ejercitarse es tan importante como comer, ahora sólo intenta organizar tus horarios y tareas, para ver cuándo es más conveniente hacerlo, ya sea entre semana o fin de semana. Después, elige tu actividad favorita, ¿prefieres ejercicio en casa o al aire libre?
Dedicar 30 minutos de ejercicio mínimo, es algo que tu cuerpo agradecerá. Si no puedes hacerlo a diario, no te preocupes, está bien, Sin embargo, intenta que esta actividad sea parte de tu semana. Al momento de ejercitarnos nuestro cuerpo suelta ácido gamma-aminobutírico (GABA), un neurotransmisor que reduce el estrés. Esta actividad también ayuda a generar buenas ideas. Recuerda que realizar actividades físicas amplifica la creatividad. Si optas por ejercitarte en casa, toma las precauciones que tu cuerpo te pida, y no forces nada, lo mismo si decides correr o caminar, o cualquier actividad al aire libre. Y no olvides siempre atender las medidas sanitarias correspondientes.
Reduce las tareas del hogar
Sobre la misma línea de compartir el espacio laboral con el personal, es importante que aprendamos a separar y atender los pendientes cuando no se empalmen con nuestras actividades. Es decir, es preferible dejar libres los fines de semana para el descanso, y repartir las tareas del hogar entre semana. De esta forma también evitamos trabajar en los días que descansas. Así podrás darte el tiempo para dormir hasta tarde, ver una película, salir a andar en bicicleta, leer un libro o simplemente descansar como mejor prefieras.
Respira y medita
La meditación es una práctica fundamental para que nuestros pensamientos se calmen y nuestra mente descanse del mundo exterior. Desconectarse así es una forma natural y sencilla de que el estrés se disperse. Desde intentar hacerlo bajo las doctrinas y prácticas espirituales a las que se apega esta actividad, hasta comenzar por lo sencillo como dejar de un lado los dispositivos electrónicos y demás distracciones de la vida cotidiana.
(Re)descubre tu hobby
Cuando encontramos una actividad que nos apasiona, el mundo se vuelve más amable e interesante. Ya sea desde pintar, tejer, algún deporte, o lo que sea, si encontraste una actividad que te llena en todos los sentidos, abrázala y dedícale un tiempo considerable a lo largo de la semana. Esto también sirve como incentivo para motivar nuestros días y dejar de un lado la monotonía. Sobre todo si es una actividad que necesita de práctica y más práctica para mejorar.
Si no te viene nada a la cabeza en este punto, quizá merezca la pena que dediques un espacio en estos días, para descubrir y atreverte a intentar lo que siempre has querido hacer. Encontrar una actividad que nos apasione fomenta la claridad y apertura de nuestras mentes, y, evidentemente, amplifica nuestra confianza y creatividad.
Consiéntete
Para despejar la mente, también es importante enaltecer nuestro esfuerzo y dejarnos consentir con lo que más nos gusta. Puedes ingeniarte un día de spa, en el que sólo tú seas la prioridad, aplicarte mascarillas y demás. El autocuidado también es parte fundamental para que nuestra claridad mental y emocional encuentren equilibrio. Igualmente, puedes hacerlo con un día exclusivo para ti en el que te dedicas de manera entera a tu compañía, caminando un rato, o como prefieras, para tener un diálogo contigo mismo mientras aprendes a disfrutar de tu compañía y te liberas del mundo por un momento.
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