Seamos serios, y es que ese verbo de regresar puede ser tan bello como peligroso. Es decir, “regresar a aquellos tiempos”, no es otra cosa más que recalcar la nostalgia sobre los momentos especiales del pasado. Algo muy similar a aquella luz del atardecer en la que todo se pone dorado. Una increíble melancolía nos acosa cuando algo está apunto de cerrar, y cuando recordamos muchas veces sentimos la tiricia de esa luz en el pecho. Sin embargo, no siempre esa sensación de extrañar lo que ya perdimos es la mejor, porque a veces sólo se nos olvida que no siempre “todo fue maravilloso”. 

Ese es el momento en el que el peligro acecha y entonces el verbo regresar se convierte en una trampa, una muy difícil de detectar, sobre todo cuando estamos tan cerca de abrir esa puerta, que no nos alejamos un poco para ver el panorama completo. 

Aterricemos el concepto de estas posibles formas de “viajar en el tiempo”, o mejor dicho, de creer que lo hacemos. Mientras la nostalgia siempre será el pesar de nuestra humanidad, pensemos en esa nostalgia específica de querer regresar con nuestra anterior pareja. ¿Será la mejor decisión? ¿Siquiera existe la opción? ¿Es tan malo como siempre dicen? 

Pensemos, antes que nada, que una relación (sea cual sea) se trata de una negociación constante. Es decir, no siempre se va a estar de acuerdo con el otro miembro de la relación, por lo que lo más sano será discutir (no pelear) sobre acuerdos. Sin embargo, muchas veces estos acuerdos no se cumplen, o se rompen de manera deliberada, por lo que entonces nos topamos con el fin. 

¿Pasar la página o regresar? Claramente cada escenario es distinto, pero, sin duda, es un hecho que lo mejor será pensar bien las cosas antes de elegir una de las dos opciones. Sin embargo, como es claro desde el inicio, una relación afectiva de pareja siempre es asunto de dos, lo que quiere decir que también la idea de regresar no siempre depende de uno, sino de ambos. 

Antes que nada, piensa en las razones que llevaron a que tu relación terminara. Esto es fundamental, pues de este paso dependerá si avanzar al siguiente paso, o si mejor desistir. Es importante que recuerdes que esto es un artículo con generalizaciones, que sólo ayuda a aterrizar tus emociones, pero no las resolverá. Por lo que ahora te damos una breve lista de las desventajas y ventajas que representa regresar con tu pareja. 

Nada vuelve a ser igual

Las cosas nunca vuelven a ser las mismas, pero eso no significa que todo sea para mal. Es decir, a veces pueden ser mejores, o a veces simplemente todo vuelve a ser peor. Incluso puede ser igual y eso tampoco es lo más óptimo. Sobre todo cuando pensamos en que las cosas estando como estaban ya no funcionaron una vez. 

Todo depende del motivo y de la posible falta de respeto y confianza que la ruptura haya ocasionado. Además, recuerda que recuperar la confianza de alguien nunca es un tema fácil, pero tampoco es imposible. 

No lo hagas por falta de valor

Es decir, muchas veces no nos atrevemos a dar el paso sólo por temor a “estar solos”. Si es así, huye de tu decisión de volver y comienza por construir esa barrera del amor propio y autocuidado. A veces esto puede ser debido a la baja autoestima o falta de confianza en uno mismo, y el motivo de la vuelta no significa otra cosa más que no tener el valor para romper definitivamente. ¿De verdad quieres ser dependiente de algo que no te  hace bien? Piénsalo. 

Pero no todo siempre es malo, a veces también existen ventajas y será bueno hablar de eso: 

Ya se conocen

Aunque parezca obvio, a veces esto se nos puede pasar por alto y en realidad es una gran ventaja. Aunque bueno, también puede ser  un arma de doble filo, como todo. Ahora sólo piensa que si quieres volver con tu ex es porque hay aspectos positivos de esa persona que quieres que sigan formando parte de tu vida. Ahora toca trabajar en esas cosas que los separan. De esta manera la relación puede ir mejor. 

No te quedes con las ganas

Si algo es verdad, es que intentarlo también es algo completamente válido. Es normal que surjan dudas sobre si debes volver o no con tu ex. Sin embargo, lo cierto también es que si decides volver, por lo menos sabrás si debías o no volver a intentarlo. En cambio, si decides no volver, puede que te preguntes si debiste darle una segunda oportunidad o no. Todo es relativo, no te quedes con las ganas, si piensas que en verdad aún existen cosas que valgan la pena para ofrecerle tu tiempo a esa persona. 

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