Un día como hoy, pero de 1940, nacía en Liverpool, Inglaterra, John Winston Lennon, una pieza fundamental para el desarrollo de la música de los últimos tiempos. Con una infancia y juventud desalentadora, John encontró en la música el refugio a todos sus problemas y la manera perfecta de exteriorizar sus emociones, fue así como a la edad de 16 años, en 1956, formó The Quarrymen, banda que mutaría y pasaría por diversos nombres hasta convertirse en The Beatles. Fundador del grupo de música popular más legendario del siglo XX, John Lennon siempre supo destacarse en un mar de celebridades y genios, para darle a su generación una voz propia, música para acompañar sus vidas y el constante recordatorio que, a veces, el arte puede tener un propósito más grande que el entretenimiento.

Para la generación de mis padres The Beatles son la adolescencia, la juventud. Para la mía, los Beatles son la infancia. Hay algo muy puro ahí, una especie de tesoro inquebrantable que asociamos con las cosas que descubrimos por primera vez. Supongo que hasta que escuché a The Beatles no sabía si me gustaba la música y a partir de ellos lo supe de un modo fulminante, para siempre. 

Cada año, al llegar el día 9 de octubre no preguntamos qué sería de aquel emblemático personaje de cabello largo y gafas redondas, fiel seguidor de Elvis (aunque “El Rey” no lo quisiera ni tantito) e ícono del movimiento “Amor y Paz”. Probablemente lanzaría tremendos comentarios a favor de la paz en Twitter, mientras subía a Instagram una selfie desde su departamento en el edificio Dakota en Manhattan en compañía del amor de su vida, Yoko Ono. Tal vez hubiéramos visto una reunión del cuarteto de Liverpool en el Festival Coachella o una presentación en algún inexistente Festival de Woodstock. Nunca lo sabremos. Todo pudo haber ocurrido o no. Desde 1980 (8 de diciembre, día que fue asesinado) se extraña a una de las figuras más icónicas del rock, que hoy cumpliría 79 años de edad.

Lo cierto es que Lennon ya no está entre nosotros, pero sus canciones todavía nos transmiten paz, amor y armonía. Es evidente que a Lennon le faltó tiempo; sin embargo, seguiremos hablando, escuchando y recordando al músico, compositor y actor, el hombre que escribió las más hermosas declaraciones de amor que un hombre puede regalarle a la vida. 

John Lennon no sólo era un buen músico y compositor, sino también un gran ser humano –aunque con sus muy notorios defectos y sonadas equivocaciones–. Es cierto que recibía críticas, incluso hubo quienes, tras su muerte, trataron de desacreditar el “mito de Lennon”. La realidad es que para millones de personas de todas las edades el músico inglés simboliza un sentido de esperanza para el futuro. 

Y ciertamente la historia del rock está plagada de muerte, todos los decesos son tristes, pero algunos resultan especialmente trágicos. El de John Lennon es uno de éstos. Justo cuando el ex-Beatle comenzaba una nueva etapa musical con energía e ilusiones renovadas, el ser humano desaparecía, dejando un vacío en los corazones de una generación que creció escuchando sus canciones y las de The Beatles. A él no se le relacionaba con los excesos habituales de los rockeros (aunque tuvo sus historias) pero alguien decidió acribillarlo a tiros a las puertas de su residencia, causando una verdadera conmoción a nivel mundial, especialmente para sus más fieles seguidores.

Es así como después de 79 años desde su nacimiento lo seguimos recordando, cantando cada uno de sus temas, qué digo, himnos.

Foto: https://www.facebook.com/pg/johnlennon/