Desde muy joven el maestro Rafael Cauduro mostró un talento extraordinario que poco a poco se convirtió en una impronta única y quizás irrepetible en la historia del arte moderno de México, hoy vestida de luto tras su fallecimiento el pasado sábado 3 de diciembre de 2022, a la edad de 72 años.
Su obra es una de las más reconocibles dentro de la escena del arte nacional por su detalle increíble, llamado hiperrealista por algunos pero que él mismo calificaba como “híper mentiroso”, ya que su búsqueda no se emparentaba nada con la imitación de la realidad:
“Lo que pasa es que no puedo ceñirme únicamente a la realidad, necesito también que se dé un impacto visual con los materiales y los temas”, recordó su discípulo Marco Zamudio.
En este sentido, su obra subvierte la realidad a través de mentiras o ficciones que proponen distintas críticas de aquello que vemos. Y en ese acercamiento radica su genialidad: un Cauduro es inmediatamente reconocible no sólo por su técnica impecable sino por la profundidad, estética, inteligente y preocupada por el ámbito social que la rodea.
Un Cauduro es universal en su mensaje pero, a la vez, es concienzudamente local, no sólo con respecto al país sino con aquellos lugares que constituyeron la formación del artista, así como la de muchos de nosotros, para siempre en deuda con el reflejo de todos esos fantasmas, que también recordamos en esos lugares deteriorados por el paso del tiempo, a manera de testimonio de nuestro propio paso por la tierra y la del maestro.
El día de hoy se rendirá un más que merecido homenaje en el Palacio de Bellas Artes a las 17 horas a quien fuera el último gran muralista mexicano, cuya obra maestra, la más icónica y probablemente una de las más polémicas, “Los 7 Crímenes Mayores”, realizada en la escalinata principal de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es un recordatorio para todos aquellos que procuran la justicia en nuestro país, y plasma lo que puede suceder si no se procuran los derechos y la seguridad de las personas.
“Su mural en la SCJN será un grito permanente en contra de las injusticias”, declaró Arturo Zaldívar, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien el pasado mes de febrero de este año inaugurara la exitosa exposición “Un Cauduro es un Cauduro (es un Cauduro)”, en el Colegio de San ildefonso, una revisión de cinco décadas de producción creativa para conmemorar a uno de los artistas plásticos más relevantes en la historia del arte moderno en México, a través de más de 156 obras del hoy ausente Rafael Cauduro.
“Curiosamente, yo el deterioro no lo veo como algo negativo, yo creo que el deterioro realmente no es un deterioro, sino una continuación, un símbolo de vida, la evidencia de que las cosas están ocurriendo”.
-Rafael Cauduro, 1998.
Rafael Cauduro nació en 1950 en la Ciudad de México. De manera autodidacta se enfocó en el estudio, investigación y práctica de las artes plásticas con un perfil innovador. Ejerció un trabajo libre de dogmatismos para abordar procesos y realidades sociales que rara vez han encontrado lugar entre las artes. Será recordado por sus hijas, Elena y Juliana, su familia y por todas las personas que admiran y admirarán el poderoso mensaje de su trabajo.
Información: Alexandra Hernández/Órbita Central