Aprender a mirar no es cualquier cosa, una mirada que reflexione, que piense y que interrogue es lo que marca la diferencia entre fotógrafos y aficionados a este arte, y el resto. Tal y como lo enunció Henri-Cartier Bresson (1908-2004), célebre fotógrafo francés:
“Tenemos la costumbre de pensar. Reflexionamos todo el tiempo, mejor o peor, pero no enseñamos a la gente a ver. Es un proceso muy largo. Aprender a mirar requiere de muchísimo tiempo”. Si pensamos en esto, inmediatamente caemos en cuenta de cómo algo tan cotidiano puede convertirse en todo un arte, el ejercicio de mirar trasciende el de ver. Un fotógrafo no sólo captura el instante, tema en el que también hay mucha tela que cortar, pero en el que no indagaremos hoy.
Un fotógrafo enmarca el instante desde su perspectiva, misma que puede evocar a una mirada completamente individual y personal, pero que también abre las posibilidades de dialogar con la mirada universal. Igualmente, un fotógrafo se convierte en el testigo universal de una historia, un contexto y la huella de una vida.
Convertirse en un artista de la mirada puede llevar años, como también cuestión de segundos. El talento y la sensibilidad pueden venir con la práctica, pero también podemos nacer con ellos. Más allá de cualquier cosa, es importante reconocer que se trata de un arte en el que no sólo retratamos un momento específico, sino que también hablamos (o mejor dicho, miramos) desde nuestro contexto.
La fotografía, como todo arte, tiene sus géneros. Desde los documentos de archivo, como la fotografía publicitaria o la de moda y muchas más. No importa cuál sea tu estilo, los poetas de la mirada siempre invitan a interrogar y reflexionar desde sus objetivos.
Ninguna buena foto depende únicamente de nuestro equipo. Es decir, aquella frase que dice: “qué bonitas fotos toma tu cámara”, es la justa razón por la cual miles de fotógrafos en el mundo voltean sus ojos hacia atrás cada que la escuchan. El talento va más allá de un buen equipo. Sin embargo, es verdad que un buen equipo siempre facilitará las cosas.
Si ya eres un poeta de la mirada o buscas convertirte en uno, pero antes quieres comprar un buen equipo fotográfico, ahora te decimos los puntos importantes a considerar antes de comprar una cámara fotográfica.
Busca el modelo ideal para ti
Antes de comprar una cámara pregúntate: ¿qué tipo de fotografía quiero hacer? Una vez que tengas esta respuesta, el camino de la decisión será mucho más sencillo.
Piensa que existen miles de tipos de fotografía, como la street photography, de paisaje, deporte, retrato, reportaje social (bodas, comuniones, etc), viajes, macro, artística, moda, documental, y muchas más.
Por mencionar un ejemplo, pensemos en las diferencias que hay entre elegir hacer street photography y foto de deporte. En la primera opción será mejor optar por un equipo ligero, discreto y silencioso, incluso uno que tenga una pantalla abatible o táctil. En este caso, una cámara EVIL (Electronic Viewfinder With Interchangeable Lens, por sus siglas en inglés) puede ser útil, ya que al contrario de una cámara reflex, estas cámaras se caracterizan por no tener espejo ni pentaprism y cuentan con un visor electrónico. Igualmente, podríamos pensar en comprar una compacta avanzada.
Mientras tanto, si eliges fotografiar deporte será mejor pensar en otras características. De primer momento sería bueno comprar una cámara rápida tanto al enfocar como al disparar en ráfaga, para así no perder ningún instante que, como en mucho pero sobre todo en el deporte, demuestra que cada segundo es valioso. También sería importante pensar en un estabilizador de imagen, que sea robusto y que cuente con un excelente teleobjetivo. En este caso una réflex sí podría ser una mejor opción.
El mito de los megapíxeles
Entre más megapixeles, más calidad tiene la imagen. De estas y más mentiras nos han llenado la cabeza las distintas campañas publicitarias. Sin embargo, actualmente la tecnología ha mejorado tanto que estamos a un muy buen nivel de calidad de imagen en casi cualquiera de las cámaras existentes en el mercado.
A partir de 12 o 16 MP (Megapíxeles) es más que suficiente y hasta de sobra. Por otra parte, sí es importante considerar el tamaño del sensor. Se trata de algo incluso determinante, piensa que cuanto mayor sea este, mayor será la calidad de imagen, esto será notable cuando por alguna razón debamos ajustar el ISO, y estemos trabajando con demasiada o muy poca luz, pues la calidad de la imagen se verá afectada si este sensor no da el ancho.
¿El último modelo es mejor?
Aunque no parezca muy convincente, es verdad que no es necesario comprar el último modelo para tener una gran cámara. En muy contadas ocasiones existen saltos significativos entre un modelo u otro a nivel de calidad o características funcionales. Sin embargo, sí puede haber saltos importantes entre el precio de uno y de otro.
Así que antes de dejarte apantallar por un excelente vendedor, mejor revisa bien las características de cada cámara y considéralo según lo que buscas. Igualmente, es importante revisar las reseñas de diferentes usuarios, esto siempre nos da un mejor panorama de las cosas.
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