Así como la ansiedad, el llamado burnout es un malestar de estos tiempos. Muchas veces priorizamos el trabajo frente a todo en nuestra vida, y sumado a la incertidumbre que hemos vivido, los problemas personales, y otros tantos factores como la inflación, nos encontramos en una situación en la que cada vez nos cuesta más trabajar.
Muchas veces sólo nos sentimos profundamente mal, pero no sabes qué sucede, y algunas veces puede ser el llamado burnout. Así que comencemos con: ¿qué es este síndrome?
Según estudios de la UNAM, “el constructo psicológico del síndrome de burnout se caracteriza por agotamiento (exhaustion); despersonalización y cinismo (cynicism) y desmotivación e insatisfacción en el trabajo, que conllevan a un pobre desempeño laboral (ineffectiveness), lo anterior como consecuencia de factores de estrés prolongados tanto en la esfera emocional como en las relaciones interpersonales en el trabajo.”
Los expertos hacen hincapié en que este malestar para ser denominado burnout debe referirse exclusivamente al ambiente laboral, porque estas sensaciones también podemos encontrarlas en cuadros de depresión. Por lo que recomiendan asistir con un profesional si esto sucede.
“En general se acepta que el factor central desencadenante es el excesivo agotamiento emocional (exhaustion) que gradualmente lleva a quien lo experimenta, a un estado de distanciamiento emocional y cognitivo en sus actividades diarias, con la consecuente incapacidad de responder adecuadamente a las demandas de servicio. En el proceso de este distanciamiento ocurre una despersonalización caracterizada por indiferencia y actitudes cínicas hacia las responsabilidades o hacia las personas que demandan la atención de quien lo padece.”, continúa el artículo especializado.
Puede que estés pasando por este síndrome tan moderno, si constantemente te encuentras agotado emocionalmente, fatigado y sientes depresión. Como dijimos arriba, tiene que haber relación de los síntomas con la actividad laboral; además que estos síntomas predominan en los ámbitos mentales y conductuales sobre el cansancio físico, es decir, te sientes agotado a pesar de no sentirlo físicamente.
Otra característica es que estos síntomas aparecen en personas sin antecedentes “psicopatológicos”. Además de ser coronado con la ineficiencia y pobre desempeño en el trabajo.
Así, aunque en México existen normas y leyes contra el estrés, no muchas veces se ataca de manera adecuada. Visto de manera institucional, esta situación decanta en un deterioro en el ambiente laboral, ya que este estado de ánimo puede generar conflictos entre los trabajadores, además de ausentismo, cambios frecuentes o simplemente abandono del trabajo.
También si últimamente has adoptado una actitud de indiferencia y desapego, reduciendo claramente tu compromiso hacia el trabajo, te sientes irritable y endureces tu trato con tus compañeros e incluso tus jefes. Además que este humor general ha hecho que disminuya tu productividad, te sientes desmotivado y en consecuencia, frustrado.
E incluso ya comienzas a tener problemas físicos devenidos de este malestar, tales como insomnio, dolor de cabeza, nerviosismo, irritabilidad o hasta taquicardia,es tiempo de tratar el problema.
Y aunque es una responsabilidad como ser humano atender tu psique, muchos de los cambios se necesitan generar desde la causa.
Es decir, es crucial identificar y modificar las condiciones de trabajo que lo han producido, y en casos de exposición prolongada puede ser necesaria una reubicación del trabajador, un asesoramiento psicológico o acompañamiento en el puesto para rectificar los hábitos adquiridos.
Si sientes que esto está sobrepasando tu vida, sin duda, vale la pena acudir con un especialista que te ayude a identificar este síndrome, muchas veces es utilizada la escala de Maslach, un test de 22 oraciones sobre los sentimientos y actitudes del profesional respecto a su trabajo.
Si resulta ser que efectivamente tiene el síndrome del trabajador quemado, es importante solucionarlo con tus jefes o pensar sobre tu permanencia en aquel trabajo. No por nada la pandemia fue seguida del gran absentismo laboral, hemos comenzado a valorar más las pequeñas cosas de la vida, y sin duda, tú no eres tu trabajo.
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