El Día del Juicio es inevitable, así como el regreso de Linda Hamilton, Arnold Schwarzenegger y James Cameron (como productor y guardián de la saga) en Terminator: Dark Fate. 

En 1984, Terminator le dio un giro a la ciencia ficción con una fascinante historia que se encargó de poner en alto a la famosa estética Tech-Noir. James Cameron, un gran consumidor del género, fue capaz de darnos un relato inolvidable que rápidamente se convertiría en una pieza de culto no solo para los fans de este tipo de aventuras, también para los amantes del cine en general. Con Terminator 2: Judgment Day las cosas no resultaron diferentes. A menudo, esta película es descrita como una de esas secuelas que fueron capaces de superar a la original y no podríamos estar en desacuerdo. El trío compuesto por John Connor, la letal Sarah Connor y el implacable T-800 pasó a la historia como uno de los equipos perfectos de la ciencia ficción. 

Dark Fate debería considerarse la sexta película de la saga Terminator, pero los estudios tienen su propio tipo de máquina del tiempo, por lo que ahora es la tercera. Es decir, ¿recuerdas La rebelión de las máquinas (2003), Salvation (2009) y Génesis (2015)? Olvídalas. Al igual que en el último Halloween, en el que Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) ya no es la hermana pequeña de Michael, Sarah Connor y su hijo, John, no salieron limpios. Ahora, Terminator: Dark Fate es una secuela directa de T2 y dejará en el olvido las películas posteriores.

Este 2019 James Cameron toma el papel de productor y le cede la silla del director a Tim Miller (Deadpool), para recordarnos que no existe el destino, excepto el que nosotros hacemos. 

Dark Fate nos sitúa en el año 2020, donde dos nuevos guerreros llegan del futuro para instalarse en la Ciudad de México: un cyborg híbrido llamada Grace (Mackenzie Davis), y un Terminator avanzado (Gabriel Luna) enviado por una red llamada Legion, un Rev-9. Cada quien, con un objetivo claro, proteger y eliminar, respectivamente, a la joven Dani Ramos (Natalia Reyes), destinada a desempeñar un papel clave en la resistencia futura contra las máquinas. Para ayudar a Daniella y Grace, Sarah Connor (Linda Hamilton) pronto se incorpora, alertada por un misterioso mensaje de texto que se le envía cada vez que se envía un Terminator desde el futuro; pero las tres guerreras, para enfrentarse a un enemigo que parece indestructible, necesitarán el cuerpo mecánico de un viejo conocido, Terminator T-800, encarnado por el gran Schwarzenegger que vive camuflado entre los seres humanos y que además será de vital importancia en la supervivencia de Ramos.  

También podemos catalogar a esta cinta como un guiño a la nostalgia, pues Terminator: Dark Fate proviene de volver a la premisa original de la franquicia: un grupo de humanos se enfrenta a una máquina fría, aparentemente indestructible. No obstante, la película se centra menos en el aspecto de ciencia ficción de los Terminators y mucho más en la naturaleza de suspenso de las heroínas que huyen del depredador Rev-9. Esto hace que el filme vuelva a la fórmula que funcionó en las películas originales de Cameron, una historia algo simplista que no se atasca en la construcción del mundo y, en cambio, se centra en la acción emocionante. 

Y si se preguntan ¿Dark Fate es la mejor secuela? Sí, en definitiva. Te hará olvidar las cintas ya mencionadas. Más allá de ser la mejor secuela, esta es una película de ciencia ficción interesada en su elemento humano, una que entiende que quizá ya no puede competir contra las propuestas hollywoodenses de este momento, pero que saca cartas que la hacen no ser obsoleta dentro del espectro del Tech-Noir. Y por supuesto, es genial tener de vuelta a Schwarzenegger, Hamilton y Cameron.
No olviden que la cinta llega a las salas de cine el próximo 1 de noviembre.