A poco tiempo de que la navidad llegue a nuestros hogares, los preparativos ya empiezan a ser prioridad en nuestra cotidianidad. Dejando de lado el trabajo, y demás responsabilidades, estas fechas se vuelven prioridad, pero también los días previos. En este sentido, el menú es lo más importante de la cena navideña y hay que estar irremediablemente listos. 

Es decir, reunirnos en familia y con nuestros seres queridos es un momento importante en el que la cena nos acercan de manera mucho más íntima. Es el momento de la comida y la sobremesa cuando la convivencia se edifica en su más cálido clímax, mismo que de hecho si no se presta la atención adecuada puede tornarse incómodo y terminar en pelea. Es decir, no por nada siempre hemos escuchado de los temas prohibidos en la mesa: religión, política y fútbol. A los cuales evidentemente podemos agregarles más cosas. 

Más allá de esto, y para hacer un breve recuento de una de las fechas más importantes y llamativas en todo el año, hablemos sobre por qué, en efecto, se ha ganado este protagonismo dentro de nuestra cotidianidad anual. 

No es muy útil reparar en que su origen es meramente religioso, es decir, ante la obviedad de esta sentencia y, como se mencionó arriba, el propósito de este artículo muy poco tiene que ver con las creencias o costumbres de cada quien. Sino más bien se trata de reparar en el concepto de la cena, que erróneamente llamamos cena navideña, cuando en realidad debería ser cena de nochebuena. 

Sin embargo, y más allá de las precisiones, gastronómicamente este evento ha destacado en su complejidad. Se trata de una cena, pero no una más y ya, sino una en la que los guisos complejos, los postres de calidad y las bebidas que la acompañan buscan resaltar de entre todas las del resto del año. 

Actualmente está cada vez más “aceptado” o menos poco común, por decirlo de una forma, que la dieta o estilo de vida vegetariano o vegano sea un asunto a considerar en las reuniones familiares o entre amigos. Es decir, dejar de asumir que todos comemos lo que en nuestras costumbres comemos, ha sido un paso gigante que nuestra sociedad ha sabido llevar, O al menos sigue intentándolo. 

En este sentido, muy pocas veces se considera un platillo de elegancia y con tales dimensiones importantes como para tratarse de una cena navideña, para quienes no consumen carne, ya sean estos vegetarianos o veganos. Por eso hoy damos  unas ideas por si es tu caso y no quieres que nadie se quede con hambre en un día tan importante. 

Champiñones al horno

Quizá de inicio no te suena tan atractivo para navidad, pero no subestimes el poder de los champiñones. Hablamos de un platillo en el que el ajo revela una gama íntegra de sabores exquisitos en nuestro paladar en conjunción de estos vegetales. 

Ingredientes: 

• Un chorrito de aceite
• Un chorrito de vino blanco
• Champiñones 
• Ajo
• Orégano
• Sal

Preparación:

Primero que nada vamos a pelar los champiñones para quitar la tierra y la suciedad, también le vamos a quitar el soporte pues será ahí donde vayamos a colocar el resto de ingredientes que lo llenarán de sabor. Colócalos boca arriba y échales un poquito de sal (también puedes prescindir de ella porque el ajo le dará mucho sabor, pero depende de los gustos). Para esto, ya tenemos el horno precalentado a unos 180 grados. 

Pica los dientes de ajo en trocitos pequeños y velos echando dentro de los champiñones. Una vez tengas todos los champiñones con el ajo será el momento de echarles un poquito de orégano o perejil por encima o  una especia que te guste. Finalmente, agrega un chorro de vino por encima de los champiñones y listo para meter en el horno. Déjalos durante 10 o 15 minutos, y listo. Un platillo aparentemente sencillo, pero delicioso. 

Lasaña vegetariana

Ingredientes:

• Champiñones
• Espinaca fresca
• Zanahoria pequeña
• Brócoli
• Cebolla
• Berenjena
• Salsa de tomate o tomate frito
• Salsa bechamel
• Láminas de pasta para lasaña precocidas
• Queso Parmesano rallado
• Sal
• Pimienta negra molida

Preparación:

Lava y seca los champiñones correctamente. Trocea y saltea en un sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra. En cuanto empiecen a cambiar de color, salpimenta, añade las espeonacas y tapa. Deja que cuezan ambos ingredientes con el calor residual 

Para hacer el relleno de zanahoria y brócoli, lava ambas verduras primeramente. Corta la zanahoria en pequeños dados y pica el brócoli con todo y tronco. Calienta un poco de aceite de oliva virgen extra en un sartén y rehoga ambas verduras juntas a fuego suave. Después, prepara el relleno de cebolla y berenjena. Para esto corta la berenjena en pequeños dados. Calienta un poco de aceite de oliva virgen extra en un sartén y rehoga ambas verduras a fuego suave.  

Después cubre la base de una fuente de horno rectangular con un par de cucharadas de salsa de tomate o tomate frito y un poco de salsa bechamel. Coloca encima dos láminas de pasta. Sobre ellas una capa del relleno de champiñones y espinacas y un poco de salsa (bechamel o tomate, al gusto). Después cubre con otras dos láminas de pasta, una capa de del relleno de zanahoria y brócoli y un poco más de salsa. Finalmente termina con otra capa de pasta, el último relleno, más salsa y una última capa de pasta.

Por último, esparce el resto de la salsa bechamel por toda la superficie, dejando que escurra por los lados, y espolvorea con parmesano rallado. Cuece en el horno precalentado a 200 grados durante unos 20 minutos o hasta ver que la superficie esté ligeramente dorada. 

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