Razones filosóficas y espirituales sobre nuestra humanidad en una caricatura
Entre reflexiones sobre nuestro papel en la Tierra, o este plano tridimensional al que ubicamos y reconocemos como vida. Entre los límites del abismo y las dudas que nos acosan sobre la muerte, el amor, el presente y nosotros mismos. Algo de introspección en un viaje psicodélico visual y filosófico en sus diálogos, así se construye la narrativa y genialidad de The Midnight Gospel, la nueva caricatura del creador de Adventure Time, Pendleton Ward junto con el comediante Duncan Trussell.
¿Quiénes somos si no más que la proyección de una conciencia predeterminada por un conjunto de sucesiones y casualidades? Es decir, ¿cómo saber que existimos si no es a partir de la existencia del otro y el vínculo afectivo que creamos? Está bien, alto ahí, sin irnos al punto medular de lo que esta serie trata, hablemos un poco antes de las razones que inspiraron a que sucediera The Midnight Gospel.
Dentro de la programación disponible de cultura pop, existe un espacio de desahogo para los adultos, en el que a través de caricaturas se reflejan temas que implican grandes frustraciones de nuestro niño y adolescente interno: Adult Swim. Pensemos en las exitosas series de Southpark y Rick & Morty. Aunque tampoco podemos dejar fuera a quienes quizá fueron los primeros en abrir estas posibilidades en el mundo del entretenimiento, así es, Los Simpsons.
Somos la generación que sin duda fue criada por la televisión. Entre los comerciales de nuestro refresco favorito y caricaturas de todo tipo, existían problemáticas de las que el mundo adulto se encargaba mientras nosotros sólo queríamos ser como nuestros ídolos televisivos. Quienes fueron los responsables de abrigarnos durante las tardes de juego en las que nuestros padres estaban fuera de casa. Aunque sé que es una realidad que no pertenece a todos, es casi un hecho que por lo menos nos vimos influenciados por el mundo diverso que nos ofrecieron canales de la televisión abierta y privada para nuestra edad.
Hoy en día, seguimos proyectando nuestras frustraciones adultas en este tipo de programas, pero con un toque más ácido hacia lo que es el mundo real o adulto, como prefieras nombrar. En el caso de esta nueva caricatura, The Midnight Gospel, podemos encontrar temáticas que corresponden al síntoma de nuestra generación.
Calma, no trataré temas spoiler, aunque en realidad no estoy segura de que existan tales en una caricatura como esta, pues la trama y el desarrollo de cada uno de los episodios son independientes entre sí, con un hilo narrativo que los une por sus cuestiones y angustias en común, pero que no altera de ninguna forma su contenido el hecho de hablar de ciertos capítulos.
Para empezar, esta serie comparte su genialidad con la metaficción en la que se maneja. Pendleton Ward invitó al comediante Duncan Trussell, quien realizó un podcast en el que están basados cada uno de los episodios. Para que sigas el hilo, te cuento de qué va esta serie en una breves líneas:
Con un tono surrealista, The Midnight Gospel sigue a un viajero interdimensional, Clancy, que busca grabar diferentes y nuevas entrevistas, para su podcast de transmisiones espaciales. En estas trata temas como el amor, la religión, la meditación y la forma en la que el mundo se ha visto consumido por las diferentes ramas de espiritualidad que han surgido.
Así es, para empezar todas las entrevistas que se llevan a cabo en esta serie son completamente reales. Aquí es en donde comienza a ponerse interesante esta propuesta, pues más allá de tratarse de una caricatura en busca de un mero desahogo, se trata de un juego entre la metaficción, el surrealismo y la introspección que podemos hacer en cuanto a preguntas que hemos tenido desde siempre como humanidad, ¿quiénes somos? ¿Qué propósito tenemos? ¿Existe dios? Etc.
La serie está principalmente enfocada en la filosofía de Ram Dass, también conocido como Baba Ram Dass, quien fue un maestro espiritual, psicólogo y autor estadounidense. Su libro más conocido, Be Here Now, ha sido descrito como "seminal" y ayudó a popularizar la espiritualidad oriental y el yoga con la generación del baby boom en Occidente.
Sí, el tema medular de la serie es la meditación y su propósito, aunque claramente también toca temas tabús de los que podemos afirmar está bastante fundamentados. Pues en el toque metaficticio de la caricatura, las entrevistas siempre son hechas con expertos en el tema que se trata en cada uno de los episodios.
Por ejemplo, en el primer capítulo se menciona el tema de la legalización y demás cuestiones que tienen que ver con el mundo de las drogas, tanto naturales como sintéticas. Aquí escuchamos al doctor David Drew Pinsky, especialista en adicciones, charlar con Clancy (Duncan). En otro episodio en el que se trata el tema de la depresión y demás enfermedades mentales, tenemos a la activista en salud mental Anne Lamott.
Al contrario de lo que varios críticos señalaron al respecto de la serie, sobre que la entrevista y lo visual están fuera de contexto, lo cierto es que todo está interconectado. Y esta es una de las genialidades que alcanza Pendleton Ward. The Midnight Gospel está cargada de simbolismos y metáforas visuales que complementan en todo sentido lo que los personajes están comentando. Además, el uso de colores aliviana un poco las escenas crudas que Ward interpone entre el espectador y sus personajes.
Otra virtud que encontramos es que más allá de desconectarnos con el mundo árido y crudo que puede representar la realidad, esta caricatura nos ayuda a reflexionar sobre este y a intentar lidiar con el dolor que la vida representa en cada una de sus dimensiones. No busca evadir, sino reflexionar y reinventar la perspectiva de nuestras vidas, sin ser para nada moralista o con alguna inclinación woke, lo que es claramente un alivio.
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Además, como dato, el último capítulo se basó en un podcast en el que Duncan conversó con su propia madre poco antes de que ella muriera de cáncer, entonces, ya te imaginarás la profundidad.
Lo mejor de todo, es que The Midnight Gospel nos lleva a un viaje demasiado profundo, pero bastante liviano con la clásica y sincera comedia de Duncan y el introspectivo y fascinante viaje visual que propone Ward.
The Midnight Gospel nos ofrece un cambio de paradigma, uno en el que nos invita a mirar adentro de nosotros mismos para lidiar con lo que hay fuera. En definitiva, si ves la serie de principio a fin, llegarás a conectar elementos que parecían aislados a un mismo punto de encuentro, que claramente no diré más al respecto, porque si no rompería el pacto de no mencionar spoilers. Sin embargo, estoy segura de que si le das una oportunidad a esta caricatura, terminarás llorando como la mayoría de nosotros, con el último capítulo. Algo que te volará los sesos, pero también provocará una explosión en el corazón.