Si pudieras acercarte a tu yo de 2018 y le contaras todo lo que pasará de 2020 a 2021, es posible que no te creyera, porque parece que todo lo que ha sucedido ha superado a la ficción, y parece tan imposible que sólo quedan preguntas y muy pocas respuestas.

Es normal, que nos asustemos por tanto silencio, somos una civilización que ha creado mil y una historias para encontrar el porqué de todo, incluso de nuestra existencia en la tierra. Y en eventos tan catastróficos como una pandemia, traen muchísima incertidumbre, por lo que necesitamos respuestas.

El problema es que no las hay y es cuando las teorías conspiranoicas y fakes news llegan a escena.

Todos hemos fantaseado con un mundo controlado hasta el último detalle por fuerzas más grandes, ya sea por la seguridad de que existe alguien con tanto poder como para crear una pandemia con el fin de ponernos chips, o por el mero placer de sentir un tipo de superioridad frente al resto porque nosotros sabemos más que el resto.

Amamos este tipo de historias, por algo cintas como The Matrix han tenido tanta repercusión en el mundo, en ellas existe una verdad que es revelada a sólo unos pocos, los que valen la pena porque son distintos al resto.

Pero vamos, este tipo de historias y creencias siempre han existido, el ser humano es racional y por ello no puede concebir un mundo sin una certeza, ya sea que se la invente o la encuentre desde la ciencia, somos seres que buscan respuestas.

Y las diversas mitologías antiguas y contemporáneas nos hablan de esta búsqueda, más que necesaria porque un ser humano que no cree en nada, se acerca peligrosamente a la vacuidad no espiritual; pero eso es reflexión de otro momento.

El punto de partida es que la pandemia puso en jaque a la humanidad, sin que nadie lo esperara y supiera cómo reaccionar. Se unió en un mismo hecho el desconocimiento y el mal manejo, en un virus similar a muchos otros, pero desconocido para el cuerpo e impredecible en cómo nos hará reaccionar.

Esta situación que parece tan incontrolable y que apareció de la nada, trae una dosis de miedo a lo desconocido que no estábamos acostumbrados a vivir. Es decir, somos humanos y vivimos en la incertidumbre por el simple hecho de existir, pero es posible que nunca lo hayamos sentido así y tan generalizado.

Por lo que claramente vamos a querer respuestas, y al inicio de este cataclismo, nadie tenía respuestas, todos seguían en estado de shock, por lo que hasta parece una obviedad que las personas creyeran cualquier cosa que leyeran.

Pensemos en algo tan simple como el desabasto de papel de baño, muchos compraron cantidades asombrosas de este artículo porque “en los países donde ya había llegado el virus se acababa, por algo ha de ser”. De igual forma, al inicio de la pandemia no teníamos plena conciencia de cómo se contagiaba la Covid-19, y que el aislamiento social y un cubrebocas sinceramente salva vidas.

Por lo que hemos vivido un año de incertidumbre generalizada sin precedentes, por lo que, al menos a mí, me parece una obviedad que la mayoría buscara respuestas donde fuera, y una de ellas fueron las fake news de que Bill Gates estaba detrás de todo para poder ponernos un chip a todos con las vacunas que se preparaban. 

Luego corrió el mito de que la Covid-19 se contagió tan rápido y tan masivamente por culpa del 5G; al poco tiempo, que el virus no nació naturalmente sino que fue creado por la humanidad, como también dicen del VIH, y que era el comienzo de las guerras con biotecnología, el primero que había atacado era China y por eso Occidente lo había resentido más.

Y ahora, los más recientes, los encontramos con las vacunas. Claro que las personas que desde antes eran antivacunas se encuentran en su mero mole, según ellos confirmando con un par de casos aislados, que sus miedos siempre fueron fundados.

Algo de lo que poco se habla es de que pocas veces todos han tenido la vista puesta en la ciencia, ya sea para encontrar respuestas o para encontrar datos que refutar. Es posible que la mayoría de las personas nunca se hubieran preguntado (yo incluida) cómo es que se crea una vacuna, qué procesos se necesitan y en qué consisten.

Pero es posible que sepamos qué es el ADN y recordemos un concepto llamado ARN, pero claro que después de leer un artículo rápidamente del que no conocemos el lenguaje ni le damos el tiempo de entenderlo, nos sonará similar el término ADN y ARN y que las vacunas trabajan con ello, en consecuencia, seguro crean mutaciones en nosotros.

No tengo pruebas, pero tampoco dudas.

Como todo, es posible que debamos de ver tantas películas de ciencia ficción, ya que el concepto mutación lo tenemos tan satanizado, que inmediatamente pensamos que modificará el ADN y en consecuencia nuestros hijos serán zombis y tendrán autismo. Por decir algo. Lo cierto es que hasta el color de los ojos resulta ser una mutación. 

De igual forma, es importante informarnos científicamente acerca de lo que nos preocupa, para vivir más tranquilos y no temer por desconocimiento. Es decir, si tienes miedo al contagio, es importante que conozcas las formas de contagio y los métodos de prevención; si tienes miedo a las vacunas, busca información veraz sobre cómo funcionan.

Y tal vez lo más importante, todos hemos entrado a un artículo o video “click bait”, la alarma y el morbo siempre nos han llamado, lo importante es entender que si aquello que leemos está siendo exagerado o si está basado en fuentes dudosas, sólo traerá temor a las personas que busquemos informar al compartirlo. Y el ser humano con miedo, es un ser humano impredecible.

De igual forma, entender que las probabilidades se deben de medir con valores similares y comparables, y no sólo a simple vista. Por ejemplo, las probabilidades de que un avión se caiga y que te caiga un rayo, las dos situaciones han sucedido a lo largo de la historia, las dos han tenido pérdidas humanas y aún así no podemos compararlas a pesar de que tienen como tema en común “la muerte”.

Lo cierto es que podría dar mucho miedo ser vacunado después de tanto terror que las noticias falsas y “la rapidez con la que se logró” han causado en nuestro inconsciente, y pensar en las complicaciones o muertes reales a causa de la vacuna aumenta el terror, pero pensándolo racionalmente, es más probable que seas contagiado del nuevo coronavirus y que la pases mal, a que una vacuna te mate.

Y claro, esto tiene que ver con factores personales, de riesgo y del país en el que residimos. También es probable morir por la caída de un rayo, pero claro que las posibilidades se reducen si no salimos de casa en medio de una tormenta eléctrica.

Sea como sea, vivimos en un momento lleno de información, está en cada uno de nosotros saber qué información aceptamos y por qué.

  
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FOTO: Adobe Stock.