Ha pasado mucho desde el primer Maluma que conocimos en 2011, y es que ese chico de Medellín ha sabido cómo crear contactos influyentes, como el diseñador Gabbana o la reina del pop, Madonna. Algo que está muy presente en su nuevo LP, 11:11.

Maluma es reconocido como uno de los pioneros de la música latina, la cual desde “Despacito” no ha dejado de estar presente en todos lados. Y gracias a exponentes como el colombiano, sólo ha ido creciendo, para terminar por derribar fronteras.

Pensemos en J Balvin y Bad Bunny en Coachella, o al primero en Tomorrowland.

Así pues, con un año de separación entre F.A.M.E (2018), el LP que terminó por consagrarlo, y 11:11 podemos ver que Maluma no sólo ha disfrutado su fama, sino que ha logrado los suficientes contactos como para tener a Ricky Martin y a Madonna en un mismo álbum.

11:11 es un monstruo discográfico, ya que incluye 16 canciones. Una cantidad inmensa, sobre todo si pensamos en que pocos artistas pop se atreven lanzar una cantidad así. Pero este LP más allá de demostrar la confianza que el colombiano tiene de sí mismo, demuestra qué quiere que veamos de él.

"No quiero que la gente me conozca como una estrella del reggaetón. Quiero que me conozcan como Maluma, la estrella", dijo el cantante el año pasado a la revista Rolling Stone. Más allá de ser una apología al egocentrismo, parece que esta es la esencia que quiso retratar en su nuevo EP.

Aunque el término “11:11” tiene muchas interpretaciones sobre ángeles y numerología, así como dos oportunidades al día de pedir un deseo, en el caso del EP de Maluma podríamos hablar de una dualidad.

11:11 bien podría dividirse en dos facetas de Maluma, la primera parte es más como al estilo latino que lo llevó a la fama, ese reggaetón que bien podría escuchar en casi cualquier lado. La segunda parte, hablamos de un Maluma más experimental con el sonido, como “Soltera”, la colaboración con Madonna, puede demostrarlo.

El interludio entre estas dos partes, es una balada sobre el amor de verdad sobre el dinero.

Dejando de lado el autotune excesivo y el acento extraño de Madonna, definitivamente, “Soltera”, suena más arriesgada que el primer single del álbum, “HP”, una canción de reggaetón pseudo feminista. En un extraño paralelismo, la colaboración con Madonna tiene esta misma temática.

En esta segunda parte podemos escuchar otros ritmos más que el característico dembow. Podemos encontrar la clásica salsa, trap, R&B, EDM, pop, dancehall, cumbiatón, toques de bachata… en fin, un álbum más que ecléctico, que demuestra que Maluma no sólo es una estrella de reggaetón.

Aunque también es cierto que brilla más cuando canta con un dembow de fondo.

Además de los ritmos distintos en 11:11, la duplicidad no acaba aquí, sino en la mezcla de lo anglosajón con lo latino. En el bando anglosajón podemos encontrar a Madonna, Max Martin (un productor de clase A) y Ty Dolla $ign.

Claro que el bando latino es más nutrido, con exponentes más que conocidos como uno de los padres de la música latina, Ricky Martin, así como Ozuna, Tainy (el productor de mucho del reggaetón que escuchas), Nicky Jam, Zion & Lennox. Así como talento un poco más desconocido, Sech, Chencho Corleone y Farina.

Así pues, si F.A.M.E. fue su consolidación en la industria de la música, definitivamente 11:11 es la demostración de que está en el camino correcto para ser “Maluma, la estrella” y no existen fronteras que no pueda cruzar.

Es un álbum olvidable, sobre todo la primera parte que es la más simple, y la segunda parte es la más interesante, pero sigue sin aportar algo realmente distintivo. Aun así, en este punto Maluma es más conocido por tener noticias sobre su abdomen que por su música, así que, ¿realmente importa?

Tal vez estas son las implicaciones de sólo ser Maluma, la estrella.