Después de una pandemia y sismos perfectamente cronometrados, nos hemos vuelto casi inmunes a la sorpresa. A pesar de que se ha viralizado, parece que el interés sobre el repentino interés de Estados Unidos por los extraterrestres, y los recientes derribamientos de objetos no identificados, han pasado más desapercibidos de lo que habría sido años atrás.
Echémosle la culpa a la ciencia ficción rampante en la que actualmente vivimos, pero sin duda, las afirmaciones de que no estamos solos y que es cuestión de tiempo para que otras civilizaciones quieran mantener contacto con nosotros, a los amantes de las cintas de este tipo nos ha hecho recordar las mejores películas al respecto.
Y aunque siempre es más factible que nos imaginemos una invasión donde los humanos se defienden de estos colonizadores con armamento, o peor aún, vienen a diseccionarnos en secreto, nos parece más halagüeño hablar de aquellas cintas donde no hay confrontación, sino una búsqueda del entendimiento frente a lo otro.
Por lo que nuestra primera recomendación es La llegada, cinta de 2016 dirigida por Denis Villeneuve. Una de las representaciones más grandiosas e hiperrealistas del primer contacto con civilizaciones extraterrestres.
Sin duda es el ejemplo más preciso de cómo la sociedad humana de todo el mundo reaccionaría ante la llegada de extraterrestres, y cómo el evento causaría una agitación que amenazaría nuestra supervivencia, pero ofrecería la oportunidad de cambiar fundamentalmente para mejor.
Hablando de primeros contactos con alienígenas que no desean causar mal (al menos en primera instancia), no podemos dejar de hablar de Close Encounters of the Third Kind, una cinta de Steven Spielberg que vio la luz en 1978.
Una historia brillante realizada sobre la lenta comprensión de que los extraterrestres han llegado y están construyendo hacia un monumental primer contacto con la humanidad.
Realista y misteriosa, e incluso amenazante a veces, pero aún así nos deja animados ya que es lo opuesto a las películas de invasiones extraterrestres, una llegada que nos eleva y nos redime a todos.
Siguiendo un hilo conductor que nos eleva como humanidad, no podíamos dejar de hablar de Interestelar, la impresionante película de 2014 de Christopher Nolan. Y es que pocas veces se había explorado las posibilidades de otros mundos desde algo tan profundo y universal como el amor de un padre con su hija.
Aunque puedes ser retadoras sus casi tres horas de duración, y muy a pesar de la revelación del final, tomar un sentimiento tan humano para crear el puente de empatía entre la noción de la quinta dimensión y la extrañeza que sentiríamos por nosotros mismo del futuro, es un buen ejemplo de cómo deberíamos (o querríamos) manejar un primer contacto con seres más avanzados.
Por último, no podíamos dejar el clásico y uno de los primeros en hablar sobre extraterrestres que no invaden, sino buscan ayudar, The Day the Earth Stood Still, cinta de 1951 dirigida por Robert Wise.
Esta cinta que también poseé un remake de 2008 protagonizada por Keanu Reeves, posiciona a los extraterrestres como los buenos que intentan ayudar a la humanidad a trascender nuestras pequeñas diferencias y tendencias hacia la guerra. Representando inteligentemente nuestros temores de la Guerra Fría como pequeños e insignificantes en comparación con nuestra posibilidad de ascender a un lugar más grande entre las estrellas.
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