Cuando la música va evolucionando de acuerdo con el contexto y las nuevas tecnologías y plataformas que van apareciendo, los sonidos y las posibilidades compositivas abren su camino hacia horizontes nuevos y nunca antes pensados.
Algo así fue el giro del punk y la música electrónica, cuando decidieron hermanar sonidos para crear el electropunk, que a diferencia de la música electrónica, consiste en una narrativa en la que entre sintetizadores y un espíritu meramente anarquista, se acopla con una batería fina, y voces directamente violentas, con ritmos, por supuesto, del punk original pero con bases electrónicas.
Una de las voces más icónicas del género es Peaches, con un estilo dominante y meramente punk, la cantante canadiense es mucho más que lo que deja ver su imagen de primer momento.
Merrill Beth Niske, o Peaches, es una cantante y compositora de electroclash y electropunk, nacida en Toronto y quien se ha dedicado a la exploración efusiva del género. A pesar de su imagen ruda, Niske comenzó su carrera siendo una maestra de teatro y música para alumnos de primaria.
Su estilo es único; con un símil al excéntrico modista británico Gareth Pugh y la diseñadora de moda escosesa Pam Hogg, Peaches ha conquistado la atención de la industria de la moda, mucho más allá de la musical. Sin embargo, hoy nos enfocaremos en su música y el legado que ha representado para el género del electropunk y su influencia en lo que ahora reconocemos como tal.
Más allá de la parafernalia de su llamativo e estridente aspecto, en el que incluso llega a jugar con su identidad de género, Peaches ha abierto el paso a nuevas voces del género desde 1995, hasta ahora con su más reciente lanzamiento “Flip This”, el cual sorprendió después de no saber nada de ella desde su álbum Rub Remixed de 2016.
Pensar en el electropunk nos remonta a una estética en la que los escenarios postapocalípticos, desde la moda hasta la mirada con la que las canciones se componen, se apoderan de nuestros sentidos.
Se trata de una estética en la que el electropunk, o synthpunk, nació a finales de los setenta e inicios de los ochenta, pero tomó nombre y forma propiamente hasta 1999 por Damian Ramsey, al intentar abarcar las bandas punks que mezclaron elementos del synth rock y del punk en un mismo sonido.
Su ruta ha abarcado más allá de una moda trashy en la que entre más desalineado te encuentres, mejor estás vestido, y en la que la música se protagoniza por sintetizadores, cajas de efectos y distorsiones, principalmente en el bajo y las voces, en un género que ha trascendido sus puertas desde hace más de dos décadas.
Con una fuerte influencia en la estética ochentera, por los sonidos electrónicos y los diversos efectos, el electropunk se enfilado en el mundo de la música de manera internacional, pero sobre todo en Berlín, en donde la moda por los lugares underground para ir a bailar sigue vigente desde sus inicios en los ochentas.
Tal es el caso de las imágenes, que dicen más que mil palabras, es el caso de la música y por eso sus beats y protagonistas, que le hablan más a nuestros oídos que cualquier párrafo bien redactado. Es por eso que ahora hacemos un breve top 3 de las bandas más emblemáticas del género de la última década.
Boy Harsher
Se trata de un dúo estadounidense, formado en 2013 en Savannah, Georgia, por la vocalista Jae Matthews y el productor Augustus Muller. Su música enmarca lo que el género ha evolucionado en los últimos años, sin dejar de fuera, en ningún momento el poder de lo que ha sido desde sus orígenes.
TR/ST
También llamados como Trust, son una banda canadiense procedente de Toronto, fundada en el año 2010. El sello discográfico actual al cual pertenece la banda es Arts & Crafts. Su álbum debut, TRST, fue lanzado el 28 febrero de 2012. Y desde entonces se han dedicado a la estética trashy y rebelde que representa el género.
ADULT.
Se trata del dúo estadounidense de Detroit, Michigan, formada en 1998. La banda integra voces con cajas de ritmos, sintetizadores analógicos, dignos del electropunk y la evolución que ha tenido en los últimos años.
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