Durante casi 30 años Carlos Álvarez-Montero ha llevado su cámara a diferentes latitudes para seguirle el rastro a lo que sobrevive como auténtico en un mundo que busca estandarizar nuestras potencias vitales.

“Somos lo que hay”, la tercera exposición presentada por OJO MX ARTE en su espacio de exhibición especializado en fotografía, OJO | VERSALLES, explora la identidad líquida de lo mexicano, siempre en constante movimiento y adaptación, de una manera que no es definitiva, que cambia y se transforma dependiendo de quién y cómo la mire, una identidad construida por cada uno a partir no sólo de su propia historia, geografía, cultura o economía, sino también a partir de lo compartido: esa sincretización que siempre hace interesante la manera en la que los mexicanos “hacemos nuestro” –o tropicalizamos– prácticamente lo que se nos dé la gana, conviertiéndolo en algo indiscutiblemente mexicano.

¿Pero qué es “lo mexicano”? Cuando Carlos Álvarez-Montero estudió la maestría en fotografía, video y medios relacionados en la School of Visual Arts de Nueva York, el primer obstáculo al que se enfrentó fue el hecho de ser etiquetado como una persona no-blanca, y por ende prematuramente relegado a ciertos temas obligatorios: la “raza”, la migración y a lo que en Estados Unidos denominan “temas minoritarios”, o de “las minorías”. De este modo, Carlos hacía la broma de que todo lo que retrataba se volvía, mágicamente, en mexicano sólo por el hecho de ser mexicano o por haber hecho esas fotografías en México, donde lOs mexicanos definitivamente no somos minoría. Era como si su ojo tuviera una suerte de “rayo mexicanizador”.

Los mexicanos más bien tenemos distintas preocupaciones, intereses y no nos formamos en los mismos entornos. "Lo mexicano" es un concepto de una realidad diversa y multicultural. Lo mexicano es la búsqueda de algo nuevo, de algo que no teme la alteración –o enriquecimiento– de las tradiciones. Las vanguardias modernistas y la "modernidad" en sí, se arraigaron en nuestro imaginario, así como la apropiación de elementos de todo tipo –urbanos, (neo)religiosos, populares, artísticos, etcétera– en las expresiones culturales e identitarias. 

Para Carlos Álvarez-Montero la identidad no tiene que ver con “lo nacional”, sino con el cambio constante y la exploración, y en su obra se pregunta ¿qué implica ser mexicano?, resignificando y subvirtiendo distintas nociones preconcebidas a través de los sujetos y objetos que retrata, aproximándose a múltiples temas que le interesan particularmente: identidad, diversidad, espiritualidad, crisis, resignificación, entre muchos otros.

El nombre de la exhibición, “Somos lo que hay”, proviene de la canción homónima del compositor cubano, Manolín, el médico de la salsa, cuya letra habla sobre la identidad cubana, afirmando: “bueno mira, tú sabes que somos lo que hay, lo que se vende como pan caliente, lo que prefiere y pide la gente, ¡lo máximo!”, de tal manera que empieza declarando que los cubanos son lo que son –lo que hay– y nada más, sólo para terminar ese mismo verso enunciando que los cubanos son lo máximo, pasando de lo común a lo extraordinario en un solo aliento. De ese concepto se apropia Carlos para presentar la segunda exposición suya que lleva ese título.

Información: Órbita. Central de Contenidos / Pablo Navarrete

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